Las siguientes estrategias te ayudarán a la hora de tener que enfrentar las presiones negativas de tus amigos.

«Cristo me da fuerzas para enfrentarme a toda clase de situaciones» (Filipenses 4.13).

1. Resistí la presión de tus amigos. Satanás quiere que pierdas. Su plan es que no seas la persona adecuada. Una de sus tácticas más comunes es usar a la gente que nos rodea a fin de que influyan sobre nosotros de forma negativa. Esa influencia negativa es lo que podemos llamar «la presión de los amigos».

2. Tené buenos amigos. Buscá buenos amigos que respeten tus creencias cristianas; ellos no te pedirían que hagas cosas que son moralmente malas.

3. Atrevete a actuar en contra de la corriente. Ser cristiano y obedecer a Dios muchas veces implica ir en contra de lo que todo el mundo cree que es «normal». Debés defender con firmeza tus convicciones porque sabés que hacer lo que Dios demanda es lo que te dará paz y felicidad a largo plazo.

4. Respeté a tus padres y seguí sus consejos. A Dios le agrada que atiendas y obedezcas a tus padres. Asegúrate de escuchar sus opiniones, de valorarlos y respetarlos.

5. Evitá las situaciones comprometedoras. Si estás tratando de perder peso, el último lugar donde quisieras trabajar sería en una fábrica de chocolates. Debés tratar de evitar situaciones que te comprometan y te tienten.

6. Aprendé a decir NO. Tus amigos y compañeros querrán involucrarte en trampas, mentiras, chismes, robos o cualquier otra cosa. Decidí cómo responderías a una situación en particular. Es mucho más fácil responder cuando ya tienes en mente qué hacer ante una situación determinada.

7. Algunas preguntas que debés contestar bien.

  • ¿Mis actos y mis palabras influyen en mi futuro y el futuro de mis seres queridos en forma positiva?
  • ¿Haría Jesús esto en mi lugar?
  • ¿Me ayuda relacionarme con esta persona?
  • ¿Es este el lugar donde Dios quiere que un hijo suyo esté?

8. Tené cuidado con tus pensamientos. No permitas que tus pensamientos vaguen como un auto sin control. Agarrá fuerte el volante. Cuando vengan a tu mente pensamientos inmorales, cambíalos por pensamientos de amor.

9. Rendile cuentas a alguien. Buscá un buen amigo espiritual que te anime en las cosas de Dios. Responder a alguien por tus acciones te ayudará a no desviarte.

10. Llenate de la Palabra de Dios. La Palabra de Dios es tu arma para vencer la tentación. La fuerza de voluntad no es suficiente. Jesús usó las Escrituras para vencer la tentación, en Mateo 4.1-11.

11. Comprométete con tu iglesia local. Los cristianos necesitamos estar integrados al cuerpo de Cristo. Asistí y participá activamente.

Extracto del libro “Si Te Gusta ¡Hacelo! ¿Podés Vivir Así?

Por Sociedad Bíblica Argentina

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