AYUDÁNDOLOS A ENCONTRAR LA VOCACIÓN

Ahora bien, ¿cómo puedes ayudar a los adolescentes a tomar decisiones bien fundamentadas respecto a su vocación? A continuación, encontrarás algunas ideas que pueden servirte como guía durante la consejería:

  • Ayuda a los adolescentes a identificar la carrera universitaria que les interesaría seguir. Formúlales preguntas que les ayuden a listar sus motivaciones para esta elección.
  • Oriéntalos a revisar si sus cualidades o características distintivas van acorde con la carrera elegida.
  • Considera la posibilidad de que realicen alguna pasantía laboral en el rubro que les interesa.
  • Los tests vocacionales son herramientas que a veces resultan de gran utilidad. Puedes sugerirles a tus adolescentes que recurran a algún orientador vocacional o profesional en psicología.
  • El asistir a cursos, talleres, seminarios y actividades afines a sus intereses, ayudará para que conozcan más de esa carrera o rubro, a fin de que corroboren si es realmente lo que pretenden para su futuro.
  • Se debe siempre considerar la opinión de los padres, porque ellos conocen bien a su hijo o hija. Aunque sin permitir que los padres decidan por su futuro, o condicionen al adolescente a seguir una carrera para la cual él o ella realmente no sienten el llamado.
  • Puedes invitar a profesionales de diversas ramas para que hablen y compartan su experiencia de estudio y de trabajo con el grupo de adolescentes.
  • También puedes organizar actividades de servicio comunitario en beneficio de tu barrio o de la propia congregación. A veces uno descubre sus talentos y habilidades especiales sirviendo a otros.
  • Equípate con libros y recursos que te ayuden a crear espacios y experiencias significativas que lleven a los adolescentes a conocerse mejor a sí mismos, sus gustos, tendencias e intereses.

El proceso de desarrollo de la vocación puede durar toda la vida, pero es en esta etapa de la adolescencia donde la presión familiar, la insistencia de los amigos que ya han tomado sus decisiones al respecto, y la suma de situaciones que se irán dando en el último año de la secundaria, todo traerá una ansiedad que podría incluso llevar a un adolescente a vivir periodos de depresión, ansiedad y angustia. Tu labor es importantísima, ya que es muy probable que en muchos casos nadie más los esté orientando intencionalmente para que descubran el llamado de Dios para sus vidas.

PALABRAS DE ESTEBAN OBANDO

¿Para qué meternos en líos? ¿No es esta acaso una función de la escuela de los adolescentes, o de las familias? ¡No! Si afecta a nuestros adolescentes, ¡es parte de nuestra función! Sin caer en el síndrome del «Mesías», ¡tenemos que dar alguna ayuda!

El tema de la vocación en los adolescentes es crítico y debe ser abordado de una manera muy intencional y seria, porque la vocación tiene que ver con la percepción de ellos mismos en el mundo. Esta se forma de muchas maneras, y la iglesia también debe de ser una facilitadora para que los chicos y chicas encuentren su función en este mundo.

Parte del desarrollo normal de un adolescente tiene que ver con la identidad, la cual se relaciona en gran manera con el poder responder adecuadamente a la pregunta: «¿Qué quiero hacer cuando sea mayor?» Y en el caso de chicos cristianos, una pregunta existencial que tienen ellos es: «¿Qué quiere Dios de mí?». El problema es que, a mi modo de ver, esto es muchas veces un obstáculo, en cierta manera, para las decisiones que ellos deben tomar. Toda una generación ha creído que cada decisión que tomamos en la vida debe ser dirigida por Dios. Y no me malentiendas. Solo quiero decir que por algo Dios ha dispuesto en nuestras vidas la capacidad de decisión. No creo que Dios quiera que le pidamos que nos diga qué hacer en absolutamente todas las decisiones que tomamos en la vida. Tenemos «libertad de escoger». Y cuando dejo claro en mi vida y en la de mis adolescentes que está bien que yo tome decisiones basadas en buenos principios, se abre una ventana de oportunidades para mis chicos…

Cuidado, no me malinterpretes. No creo que esté bien que tomemos decisiones sobre todo. Hay muchas cosas en las que la Biblia es enfática, y reglas que Dios las ha puesto allí para nuestra protección. Tales cosas no deben discutirse. No podemos decidir nosotros si están bien o mal. Dios estableció ciertas reglas, y estas deben seguirse para que nos vaya bien. Y punto. Pero por otro lado, hay otros miles de cosas sobre los que Dios no nos da luz respecto de cómo decidir. ¡Lo que sí nos dio son principios bíblicos y neuronas en nuestra cabeza! Y ahí es donde entra aquello que dije antes, de que «está bien que decidamos nosotros».

He escuchado a muchos chicos hacer la pregunta: «Dios, ¿qué quieres de mi? ¿Qué quieres que haga de mi vida?» Debemos dejarles en claro a nuestros chicos que hay cosas que Dios ha definido en cuanto a lo que Él quiere para nosotros (como el evangelismo, crecimiento y madurez, discipulado, servicio, adoración, etc.) pero que en ningún pasaje de la Biblia se nos habla puntualmente acerca de la carrera o vocación que Dios quiere que escojamos. La realidad es que en muchos casos el joven no quiere tomar esa decisión por lo difícil que es. Por eso parte de la responsabilidad que tenemos como consejeros es animarlos y orientarlos en este sentido.

Extracto del libro “Manual de Consejería Para el Trabajo con Adolescentes”

Por autores varios.

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