EPÍLOGO
¡Aviva el fuego!
Nadie se levanta un día y dice: ‘Hoy voy a empezar a enfriarme: ¡Voy a convertirme en un dinosaurio espiritual!’ No. El proceso es lento, sigiloso, sostenido al comienzo y en picada después… Siempre que separas una brasa del resto del fuego, poco a poco se apaga. Por eso es vital estar cerca de Jesús y de su iglesia.
Las disciplinas te mantienen vivo, lleno de fuego. Tienes que hacerlas un hábito en tu vida, ahora mismo, antes de que seas más difícil de moldear y cambiar. Eso es lo maravilloso de ser jóvenes. Hoy puedes cambiar drásticamente tu estilo de vida. Puedes encontrar al amor de tu vida al dar vuelta a la esquina y puedes decidir qué clase de adulto vas a ser. Es más:
¡Ya lo estas decidiendo!
A los jóvenes que puedo discipular, siempre les digo: Ahora es tiempo de luchar contra los malos hábitos en tu vida y suplantarlos por los buenos. Si no lo haces ahora, cuando seas adulto será mucho más difícil. Los hábitos se van haciendo tu rutina de vida, tu forma de ser.
Si desde ahora haces de cada disciplina espiritual un hábito firme, podrás sobrevivir las crisis y cambios de temperatura en la vida. Vas a aguantar los fríos intensos o los volcanes humanos que te salpican de lava. Hasta vas a poder sobrevivir a los tiempos de escasez y sequía, porque estarás en buena forma.
En la vida espiritual también funciona la supervivencia del más apto, y este es el que sabe encontrar el agua en las fuentes que no se secan. No dejes, por nada del mundo, que tu vida espiritual se extinga. Cuídala con las disciplinas espirituales y entonces será abundante y estará segura a pesar de las crisis.
Esfuérzate y sé valiente.
¡No seas dinosaurio!
Extracto de «No seas Dinosaurio» por Lucas Leys
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