1. INTRODUCCIÓN

En verdad el tema en sí es una superposición ya que hablar del propósito de madurez en la vida cristiana significa justamente hablar de “ser más parecidos a Jesús”. El discipulado consiste en aprender a vivir al estilo de Jesús, ser sus seguidores incondicionales en todas las esferas de relación. El asunto es que Jesús es el modelo de relación perfecta con Dios el Padre… y eso es llegar a la perfecta madurez

Un texto clave que muestra este propósito en la vida de Jesús es justamente el de su adolescencia… y aquí vale una observación interesante: El tiempo presente muestra signos que tienden a una postergación eterna de esta etapa de la vida. Todo privilegia el alargamiento del período, suponiendo que ese tiempo de torpeza, desconcierto ante los cambios físicos y psíquicos, despertar de sentimientos, emociones nuevas, descubrimiento de aspectos de la personalidad, etc, etc. debe mantenerse y no apresurar el asentamiento de las ideas, los comportamientos, las actitudes. Se extienden los perdones, las oportunidades, las instancias de recuperación… se consideran como prioritarios sus tiempos de recreación y esparcimiento… se postergan sus instancias de responsabilidad personal y grupal. Hoy hasta se suele leer en revistas y comentarios sobre los adultos que intentan retornar a comportamientos de adolescentes (en sus modos de vestirse, relacionarse, divertirse, etc.). Se habla de los adultescentes.

Esta problemática abarca todas las esferas sociales, porque no es sólo una cuestión de las poblaciones más carenciadas, ni tampoco de las más acomodadas. En todos los estratos se multiplican alarmantemente los llamados “ni ni” (ni estudian ni trabajan entre los 15 y 25 años)

Sin embargo, desde una mirada bíblica y a la luz de este único pasaje que nos muestra a Jesús adolescente parece que la idea era otra.

2. EL EJEMPLO DE JESUS

“Y Jesús crecía en estatura, en sabiduría y en gracia para con Dios y los hombres” (Lc.2:58).

Se propone trabajar el pasaje con el método de la personificación, considerando los siguientes personajes en la escena: los padres de Jesús, Jesús mismo, los maestros de la ley, los familiares y amigos de la caravana.

Madurar no tiene porqué ser un proceso lineal progresivo y proporcional al tiempo en la vida del creyente. Se podría relacionar con el ciclo de vida de los productos en términos de marketing, concepto que también se espera en la vida misma…muchas veces se suele comentar acerca de alguien: “¿cuándo piensa madurar?”

Una etapa de inicio, un crecimiento rápido hasta el punto de madurez y una larga etapa madura hasta la declinación. Ver gráficos y correspondencias con nuestras vidas.

Jesús comprendía a su corta edad adolescente la urgencia de entrar en los negocios del Padre que requerían completa responsabilidad, dedicación y constancia. Él no perdió tiempo distrayéndose en otras actividades más “light” y aprovechó expresamente la mejor edad para dedicarse de lleno al salto cualitativo hacia la madurez.

Quizás en este punto se pueda especificar algunas diferencias entre madurez y proceso de santificación en la vida cristiana.

Por Patsy Winter

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