Además de advertimos en contra del autoengaño y de los falsos profetas y maestros, la Biblia nos advierte en contra del engaño que viene de la influencia demoníaca. Pablo alertó a Timoteo: «Pero el Espíritu dice claramente que en los postreros tiempos algunos apostatarán de la fe, escuchando a espíritus engañadores y a doctrinas de demonios» (1 Timoteo 4:1). Juan también nos dijo que probáramos los espíritus para distinguir el espíritu de verdad del espíritu de mentira (1 Juan 4:1-6).
Yo —Dave— me acordé del engaño que los espíritus malignos hacen entre los jóvenes cuando conversé con una muchacha llamada Ashley, en un campamento para alumnos de los primeros años de la enseñanza media. Ella dijo abruptamente: «Estoy siendo visitada por mi hermana muerta, Brandy». Le pedí que me contara lo que pasaba. «Después que murió mi hermana, mamá iba al cementerio muy a menudo. Ella decía que allí conversaba con Brandy por horas. Después, mamá dijo, que podía verla, y que hasta la acompañaba parte del camino en el automóvil. Al fin de cuentas, mi hermana empezó a visitar a mamá en la casa y, ahora, hasta yo la veo y converso con ella».
Busqué Lucas 16 en mi Biblia y le pedí a Ashley que leyera en voz alta el relato del rico y Lázaro (versículos 19-26). Luego le pedí que releyera el versículo 26, donde está lo que dijo Abraham en el cielo al rico que estaba en el infierno. Ashley leyó «una gran sima está puesta entre nosotros y vosotros, de manera que los que quisieren pasar de aquí a vosotros, no puede, ni de allá pasar acá». Le pregunté: «Según ese pasaje, ¿esa persona que te visita, a ti y a tu mamá, será realmente tu hermana?»
«No» —respondió ella sin duda— «no puede ser, ¿cierto? Nadie puede regresar de los muertos». «Correcto, Ashley» —le dije. «¡Pero habla y luce como ella!» —contestó. «Eso es justamente parte del engaño del diablo. Sus demonios son tan malos y bajos que hasta imitarán a un precioso ser amado para tratar de desviamos de Dios y Su Palabra». Ashley asintió. «Ahora me doy cuenta que esa cosa no es mi hermana y que no viene de Dios».
Satanás tratará probablemente de influir nuestras mentes más que aparecerse a nosotros, aunque lo que le pasó a Ashley se está volviendo cada vez más común entre los jóvenes. Las fuerzas demoníacas de Satanás están activas tratando de contaminar nuestras mentes con mentiras para impedir que caminemos en la verdad.
Lo siguiente es un ejemplo de la clase de oración que debemos elevar a Dios para cuidamos de los espíritus engañadores: Padre celestial, me entrego totalmente a Tu voluntad. Si he sido engañado en alguna forma, mego que Tú abras mis ojos para ver el engaño. En el nombre del Señor Jesucristo mando que todos los espíritus engañadores se vayan de mí. Rechazo todos los dones o hechos espirituales falsos. Señor, bendice todo lo que viene de Ti y haz que crezca para que Tu cuerpo sea bendecido y edificado por esto. Amén.
DISCERNIR EL ENGAÑO
El discernimiento es nuestra primera línea de defensa contra el engaño de parte del diablo. El discernimiento es la alarma que suena dentro de ti advirtiéndote que algo anda mal. El discernimiento sencillamente significa efectuar un juicio o hacer una distinción. El discernimiento tiene un solo propósito: distinguir lo bueno de lo malo para que lo bueno sea alentado y lo malo, eliminado. El pasaje de 1 Corintios 12:10 define el discernimiento como la habilidad dada por Dios para distinguir un espíritu bueno de uno malo. Es uno de los dones del Espíritu que debe usarse para edificar la iglesia.
El discernimiento no es un acto de la mente sino un acto del Espíritu Santo, que habita dentro de nosotros. Cuando el Espíritu hace sonar la alarma, tu mente, que está diseñada para trabajar con hechos concretos, puede no ser capaz de entender qué es lo que anda mal. Pero cuando disciernes que algo anda mal, no tienes que entenderlo para actuar basado en la advertencia. Di sencillamente a quienes están contigo: «siento que aquí hay algo mal. Pidamos a Dios que nos ayude». Luego permite que Dios saque el problema a la luz en la forma que solamente Él puede hacerlo.
Somos más vulnerables al engaño del diablo que a cualquiera de sus otras maquinaciones ¿Por qué? Porque cuando nos tienta o acusa, lo sabemos, pero cuando nos engaña, no lo sabemos. Esta es su estrategia: mantenemos a oscuras. Si el diablo puede meterse en nuestros grupos de jóvenes, nuestros hogares y nuestras mentes sin ser advertido, podrá controlarnos. Triste es reconocer que el diablo hace justamente esto en todo el mundo engañando a muchos.
No puedes poner al descubierto el engaño de Satanás mediante el razonamiento humano; solamente puedes hacerlo por revelación de Dios. Jesús dijo: «Si vosotros permaneciereis en mi palabra, seréis verdaderamente mis discípulos; y conoceréis la verdad, y la verdad os hará libres» (Juan 8:31 -32). Jesús oró: «Santifícalos en tu verdad; tu palabra es verdad» (Juan 17:17).
Cuando te pones la armadura de Dios, es muy importante que empieces por el cinturón de la verdad (Efesios 6:14). La luz de la verdad es la única arma válida contra la oscuridad del engaño.
He aquí una carta que da mucho ánimo, la cual fue escrita por una joven que estuvo atrapada por el engaño hasta que Aquel que rompe las cadenas la liberó:
Estimado doctor Anderson: Siempre recordaré el día en que fui a verlo para pedirle consejo y oración. Desde entonces he sentido tanta libertad. No hay más voces ni sentimientos de pesadez en mi cabeza. Hasta disfruto de un sentido físico de liberación. Satanás ha vuelto muchas veces tratando de golpearme con aquellos viejos pensamientos, pero el agarre que tuvo en mí fue roto. Nunca olvidaré lo que usted me dijo, que esos pensamientos negativos sobre Dios y yo misma eran mentiras plantadas en mi mente por el diablo. Dijo que yo tengo el poder, por Cristo, de reprender a Satanás y librarme de los malos pensamientos. Me ha costado un poco creer realmente eso con todo mi corazón, pero, hace poco, he decidido dar la pelea y ¡funciona! Ha sido maravilloso tratar mis problemas con la mente clara. Gracias por ayudarme, a mí y a tantos otros, a encontrar la paz y aprender a confiar, amar y creer en el Señor. Le amo en Cristo.
ENCUENTRO CON LA VERDAD
Lee: Santiago 4:7; Jeremías 23:16-31. Reflexiona:
- ¿Tienes amigos cristianos que parecen derrotados y engañados? ¿Hay esperanza para las personas que se encuentran atadas a las mentiras del diablo? ¿Cuál es esa esperanza?
- ¿Cuál forma de autoengaño te parece que sea la más corriente entre los jóvenes cristianos de la actualidad? ¿Cuál es la forma de autoengaño con que luchas más?
- ¿Cuáles son algunas de las señales de un profeta verdadero? ¿Por qué deben rendirse cuentas, unos a otros, de sus ministerios los líderes cristianos?
- ¿Cómo puede identificarse a un falso profeta? ¿Por qué es tan importante entender la Palabra de Dios cuando se trata de detectar un falso profeta?
Responde: Revisa la lista de autoengaños que se menciona en este capítulo. Ora respecto de cada uno pidiendo que Dios te revele si te has dejado engañar, a sabiendas o no, en algunos aspectos. Trata lo que Dios te traiga a la mente, confesando primero el engaño y, luego, renunciando a tu participación en él.
Extracto del libro Rompiendo Las Cadenas Edición Para Jóvenes
Por Neil T. Anderson y Dave Park