INDICADORES DEL ACOSO ESCOLAR (Por Karen Lacota)

Es importante que atiendas al comportamiento del adolescente cuando manifiesta algún tipo de indicador verbal o no verbal de estar siendo partícipe en alguna forma de violencia escolar o de bullying. Tu trabajo en esta primera fase será el de detectar comportamientos y actitudes de riesgo, a fin de ayudar al establecimiento de límites, cuidado y contención. Entre los indicadores de acoso escolar que podrían presentar tus adolescentes se encuentran:

A. La víctima: suele evidenciar ansiedad, inseguridad, sensibilidad e introversión, baja autoestima y tendencia a culparse por los problemas. Esto puede llevarlo a reacciones que van desde el fracaso o el abandono escolar, hasta ideas suicidas o la intención de tomar represalias contra sus victimarios.

B. El agresor: suele tratarse de un adolescente belicoso con sus amigos y compañeros, que presenta una actitud violenta y usa medios violentos contra otros, impulsivo y con una necesidad tremenda de dominar a otros, que muestra poca empatía hacia los demás y que generalmente tiene una opinión positiva de sí mismo (al menos superficialmente).

C. El espectador: suele ser reservado en cuanto a lo que ha presenciado por temor a que también lo agredan, o por presentar una actitud indiferente ante los demás. Puede que reconozca el daño, pero que se mantenga en silencio. En algunos casos el espectador se divierte observando la agresión porque no dimensiona los efectos sobre la víctima.

Como ya dijimos, el acoso escolar nunca debe ser minimizado. Hay que prestarle atención al primer signo de alarma, por más pequeña que fuere. Cuando un adolescente comparte estos temas contigo, siempre debes alentarlo a que lo hable también con sus padres y, dentro de la escuela, con algún docente o directivo para que puedan ayudarlo.

HAZLE SABER A LOS PADRES SOBRE LA SITUACIÓN DE ACOSO ESCOLAR

Por lo general los adolescentes no cuentan a nadie que están siendo víctimas de bullying o que saben que alguien más lo está siendo. De ahí la importancia de establecer vínculos de confianza y diálogo, tanto por parte de los padres y maestros, como de los consejeros. Una vez que hayas detectado indicadores de agresión debes comunicarte con los padres, a fin de alertarlos y establecer estrategias en conjunto para sacar al adolescente en cuestión de la posición de víctima, victimario o espectador.

Es fundamental que expliques a todo el grupo de padres de los adolescentes que tengas a tu cargo que sin duda sus hijos enfrentarán o presenciarán algún tipo de acoso o violencia dentro de su entorno escolar. Por eso se torna imprescindible que ellos construyan relaciones significativas y de buena comunicación con sus hijos, para que llegado el momento ellos compartan lo que están viviendo. La necesidad de hablar regularmente con sus hijos acerca de sus sentimientos, sus amistades, su rendimiento académico, y también acerca de su seguridad en el entorno donde se encuentran será clave para hacer frente a esta problemática. Cuanto más ejerciten los padres un diálogo abierto con sus hijos desde edades tempranas, tanto más sencillo será el mantener este tipo de diálogo durante los años de adolescencia e inicios de la juventud. Además, cuando surjan cuestiones importantes, los adolescentes se sentirán confiados de compartirlas con sus padres.

CONCÉNTRATE EN DAR HERRAMIENTAS PARA PREVENIR Y HACER FRENTE AL ACOSO ESCOLAR

Tanto tú como los padres pueden hacerle a los adolescentes preguntas sencillas y directas acerca de lo que ocurre en la escuela y cuál es su percepción. También es importante brindarles las herramientas de resolución de conflictos y las habilidades sociales que se requieren como para que el adolescente se defienda por sí mismo, sin que los padres salgan en su defensa como primera medida (siempre y cuando no exista riesgo físico inminente). Los padres y líderes deben ayudarle al adolescente a enfrentar las distintas situaciones, en tanto que lo capacitan, lo acompañan y lo sostienen emocionalmente.

Por otro lado, es importante que propicies los espacios para capacitar tanto a los padres como a los adolescentes a fin de que tomen conciencia, reconozcan el acoso escolar y le hagan frente. Puedes hacer esto a través de charlas, estudio de casos, servicios comunitarios, o trabajos cooperativos, entre otros. Para la prevención de estas situaciones se debe lograr crear un clima de confianza, respeto, empatía y amor entre los adolescentes y adultos. Además, por supuesto, de promover que experimenten el amor de Dios.

Jesús dijo que nos amemos los unos a los otros así como él nos ha amado, y que también debemos amar a los demás (Juan 13.34). Un adolescente que conoce a Jesús íntimamente actuará bajo el principio del amor. No causará daño a los demás, será sensible hacia las necesidades ajenas, estará firme en quién es él, y contará con el poder que Dios le otorga a través de su Espíritu Santo. Además, con confianza reconocerá que todo lo puede en Cristo, que le da fuerza suficiente para hacer frente a cualquier situación (Filipenses 4.13). ¡Esta es la clase de actitud ante la vida que tenemos que lograr en nuestros adolescentes!

Extracto del libro “Manual de Consejería Para el Trabajo con Adolescentes”

Por autores varios.

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