Continuemos.
34. El Sexo Prematrimonial sepulta al amor.
El desarrollo de una amistad puede ser inhibido porque mucho del tiempo que la pareja pasa juntos, está dedicado al sexo. Una pareja puede inclinarse a dejar de ejercitarse en la exploración de las muchas facetas de la personalidad del otro con lo cual se profundizan las relaciones. La curiosidad se va, y así el misterio. Entonces es fácil que sobrevenga el aburrimiento. El amor se estropea en una relación cuando el sexo es explorado fuera del matrimonio. Puede causar problemas sexuales en la pareja. Trobisch ilustra esta idea de este modo: «El sexo prematrimonial es como recoger capullos en primavera. Parece hermoso, correcto y natural. Pero cuando llega el otoño no hay frutos.»
35. Esperar Trae Madurez.
La gente debe esperar al matrimonio para tener relaciones sexuales, porque el esperar da a la mente y al cuerpo tiempo para madurar.
36. Las Expectativas Fallan.
Si yo fuera a dar una razón para esperar, sería ésta. Muchos se han dado a la pasión, como yo lo hice, en el calor del momento. He oído a muchos decir después que lo han lamentado. Otros esperaron hasta estar casados. Pero no he oído a ninguno de éstos decir que lamenta haber tenido que esperar.
37. El Sexo Prematrimonial induce al síndrome de ejecución.
La gente sexualmente activa sufre del síndrome de ejecución y evaluación. Debora Phillips, autora del libro Sexual Confidence (Confianza sexual), y directora del Princenton Center for Behavior Therapy (Centro para terapia del comportamiento, de Princenton), en Nueva Jersey, dice que: «Debido al sexo instántaneo de la revolución sexual, la gente ejecuta más bien que practica el amor. Muchas mujeres no pueden lograr un sentido de intimidad, y su ansiedad acerca de como ejecutan el acto bloquea su oportunidad de emoción verdadera. Sin un envolvimiento genuino (que sólo se logra en el amor genuino) no tienen sentimiento de haber sido engañadas y despojadas».
38. Malos Recuerdos de Amistades quebradas quedan contigo.
¿Es posible tener relación sexual con una chica o un muchacho, y después de haber roto, decir adiós tanto física como emocionalmente? La experiencia del que escribe dice no. El acto sexual liga y enlaza, no sólo físicamente, sino también emocional y espiritualmente. Si yo hubiera tenido una buena relación amorosa (sin llegar al sexo), yo sé que el camino de recuperación después del rompimiento habría sido en comparación, mucho más breve y menos doloroso. Por el contrario, la recuperación fue larga, porque el envolvimiento fue fuerte. Yo había dado una parte de mí mismo y las memorias era lo que me quedaba. ¿Cómo puede borrarse la imagen de la unión? Ha sido para mí penoso y difícil adiestrar mi mente para pensar «en todo lo verdadero, todo lo honesto, todo lo justo, todo lo puro, todo lo amable…» (Filipenses 4:8).
39. Esperar Trae Verdadera Libertad.
¿Cómo puede la espera hasta el matrimonio para tener relaciones sexuales, significar libertad? ¿En nuestro día y época? Todo el mundo sabe que libertad es hacer lo que uno quiere, con quien uno quiere, cuando quiera. ¿Correcto? No necesariamente, libertad verdadera no es hacer cualquier cosa, con cualquier persona en cualquier tiempo. Si alguno hace eso, no tienen libertad; tiene caos. La libertad real puede ser expresada a través de la siguiente ilustración de Rabindranath Tagore: «Tengo sobre mi mesa una cuerda de violín. Ella es libre. Retuerzo una punta de ella, y responde. Es libre. Pero es libre de hacer lo que una cuerda de violín tiene que hacer: producir música. Así que yo tomo la cuerda, la amarro al violín, la estiro hasta que está tensa. Recién entonces ella es libre para ser cuerda de violín».
La verdadera libertad viene cuando la cosa creada es libre de hacer la función para la cual fue creada. En el campo de las relaciones sexuales, la libertad total se produce cuando el sexo se confina a los límites del matrimonio. Igual que la cuerda de violín, que produce música sólo cuando está sujeta al violín. Así el sexo, produce su mejor música cuando está sujeto al matrimonio.
(CONTINÚA…)
Extracto del libro “Lo Que Deseo Que Mis Padres Sepan Acerca de mi Sexualidad”
Por Josh McDowell