Continuemos.

20. El Promedio de Divorcios entre los que han tenido relaciones sexuales previas es muy alto.

Algunos estudios muestran que el doble de los matri­monios se rompen entre aquellos que han tenido relación sexual previa que entre los que no. Además son más pro­pensos a divorciarse, separarse o caer en adulterio. De un modo o de otro, la intimidad prematrimonial está más vinculada a las relaciones rotas que a los lazos sólidos.

21. Evitar el Sexo Prematrimonial crea confianza en la relación matrimonial.

Debido a que los sentimientos de amor están sólidamente relacionados con el carácter de la persona amada, la po­sición de una persona en cuanto al sexo prematrimonial afecta las emociones de su compañero en cuanto a ella. Cuando un hombre, (o mujer) insinúa a su compañero o compañera a tener sexo, le está enseñando algo acerca de su carácter. Ella (o él) podrá excusar al compañero en ese momento, porque lo ama, pero el mensaje  que ella ha recibido es que él es débil de carácter cuando lo domina la pasión. La confianza queda destruida, y la confianza es un elemento básico en toda buena relación. La relación entre dos personas en las cuales hay poca con­fianza de sus respectivos valores morales, rara vez llega a un cabal cumplimiento.

22. El Sexo Prematrimonial lastima la relación de él o de ella con sus padres.

¡Claro que yo pienso en mi iglesia y en mi familia! Cuan­do yacía al lado de mi esposo en nuestra noche de bodas, no tenía necesidad de escabullirme antes del amanecer. Mis padres sabían dónde estábamos. Teníamos su bendi­ción. La iglesia había sido testigo de nuestros votos ante Dios. Teníamos su bendición. Amigos y familiares habían enviado tarjetas de felicitación. Yo estaba bien, tanto a los ojos de mi gente como a los de mi Señor. Había espe­rado largo tiempo por el día de mi boda, y he estado go­zando de esa relación desde entonces.

23. Esperar Trae la Bendición de Dios.

Esperar te dará la recompensa de la bendición de Dios sobre tu vida, porque la obediencia a Dios siempre trae la bendición de Dios. El libro Be Challenged (Sé desa­fiado) por Warren Wiersbe anima a los adolescentes a es­perar por lo mejor de Dios: «La tragedia es que dema­siados jóvenes están sacrificando su fantástico futuro por un divertido presente. El juguete de hoy es realmente un placer pospuesto. El adolescente verdadero quiere dejar que Dios lo prepare para un magnífico futuro».

24. Esperar Produce Dignidad.

Una de las razones por las cuales Dios nos da sus amo­rosos mandamientos es que nuestra dignidad tiene que ser preservada. Dignidad es ese sentido de nobleza, honra y honor que Dios ha puesto en cada hombre. Por alguna razón el hombre es algo más que un animal. Dios, dentro de Su naturaleza, tiene nobleza y dignidad. Él ha creado al hombre a su propia imagen. La conciencia de su pro­pia dignidad en el hombre resulta de haber sido creado a la imagen de Dios.

25. El Sexo Prematrimonial lleva a menudo al sexo extramatrimonial.

El sexo prematrimonial puede dañar el futuro matrimo­nio. El libro Premarital Sex in a Changing Society (El sexo prematrimonial en una sociedad cambiante), por Robert R. Bell explica que el sexo premarital aumenta la posibi­lidad de sexo extramarital, que a menudo lleva al divor­cio. Todavía, algunos preguntan qué importancia tiene para el matrimonio un pedazo de papel. Los estudios realiza­dos por la revista Family Life (Vida familiar) dicen que «la intimidad previa produce más relaciones quebradas que fortalecidas». El amor puede esperar para dar, pero la lujuria no puede esperar para obtener.

26. Jesús Puede Llenar la Necesidad de Relación Sexual.

Desde que me hice cristiana, he comprendido que el va­cío espiritual que yo pensaba sólo podía llenarse con otra persona, ha sido llenado por Jesucristo, puedo sentir ese íntimo, profundo amor sin relación carnal. También puedo ver que porque esa unión es tan sagrada, y que uno llega a ser una sola cosa con la persona amada, Dios lo ha re­servado para la santidad del matrimonio. El sexo es la más grande expresión de amor posible. Sólo puede ser compartido a fondo por dos personas que se han hecho el mutuo compromiso de amarse el uno al otro, para lo mejor o para lo peor, por el resto de sus vidas. Estoy muy agradecida por haber sido per­donada y haber sido librada de mi culpa, y tener un nuevo principio, por ser una virgen otra vez a los ojos de Dios, y esperar esta vez para compartir esa intimidad sólo con mi esposo.

(CONTINÚA…)

Extracto del libro “Lo Que Deseo Que Mis Padres Sepan Acerca de mi Sexualidad”

Por Josh McDowell

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