LA EDUCACIÓN: ¿QUÉ Y CÓMO?

Uno de los retos más grandes en la formación de los hijos es la disciplina. ¿Cuánto exigen los padres a sus hijos? ¿Hasta qué punto controlan sus conductas? ¿Hay castigos, o no? ¿Cómo enfocan las situaciones que suponen retos para sus hijos?

Los padres pueden ser más o menos exigentes, y esto hará que los hijos tengan que esforzarse más o menos para conseguir los objetivos fijados. Hay padres que establecen una gran variedad de normas muy inflexibles, y con castigos muy severos si no se cumplen. Así como hay otros que sí ponen castigos, pero al final no los llevan a la práctica. Y otros más que directamente no usan el castigo como método educativo. Cada familia es distinta, y cada uno de nuestros niños se encuentra en un lugar distinto dentro de toda esta variedad.

Recordemos que el desarrollo de la personalidad y de las emociones de los niños depende en gran medida de los procesos educativos y de socialización. Su autopercepción está ligada en gran parte a cómo se sienten valorados por sus padres. Y además, el aprendizaje sobre las emociones estará vinculado a los procesos de socialización y afectivos que se den en el seno familiar. En las edades más tempranas de los niños, su familia tiene un gran peso en estos procesos, puesto que los niños aún son domo-centristas, es decir, sus padres y sus hermanos (en el caso de tenerlos) son el centro de su vida y sobre lo que basan su realidad.

Otro aspecto a tener en cuenta es que las influencias que reciben los niños de sus familias son multidireccionales. Por ejemplo, la relación de pareja que tengan los padres repercutirá en sus hijos, y el temperamento de un niño tendrá efectos sobre sus padres. También la relación entre los hermanos, o de cada hijo con cada padre, repercutirá en el núcleo familiar. ¡Todo cuenta! Por esta razón, debemos entender a la familia como un sistema de relaciones interpersonales recíprocas.

Este sistema, además, no se encuentra aislado del entorno que lo rodea, ni ajeno a sus influencias. El trabajo de los padres, las experiencias que vivan los hijos en la escuela, la relación de los padres con la escuela, etc., todas estas cuestiones son importantes en el desarrollo del núcleo familiar y de la familia como sistema.

Si eres líder, maestro, o consejero, tal vez te angusties al ver cuántas carencias sufren los niños en su vida familiar. Y aunque es cierto que los padres son las figuras más importantes para ellos, ¡tu influencia también tiene un gran impacto sobre sus vidas! Tú eres un referente para ellos, alguien a quien respetan, y a quien muchas veces tratarán de imitar. Aquí te dejo una lista de cosas que puedes hacer para ayudar a tus niños y niñas en este sentido:

  1. Recuerda que los niños y niñas dependen de los adultos. Tu conducta, y tus reacciones hacia su conducta, determinarán en gran medida su comportamiento.
  2. Las necesidades emocionales y afectivas son necesidades básicas de todo niño. Recuerda brindarles cariño, afecto, amor y paciencia.
  3. Como líder, procura guiar a los niños y niñas a que puedan comprender lo que sienten, y a que puedan expresarlo.
  4. Explícales, si algún día te notan triste o cansado, a qué se debe.
  5. Explícales los porqués de las cosas. Las cosas no son «porque sí».
  6. Recuerda que los niños necesitan normas y límites saludables.
  7. Como líder es importante que siempre cumplas tus promesas.
  8. Ayuda a que los niños y niñas puedan comprender la importancia del esfuerzo.
  9. Asegúrate de que cada niño sepa que, si se equivoca o falla, tú estarás disponible para ayudarle.

Extracto del libro Manual de Consejería Para el Trabajo Con Niños.

Por Esteban Obando y Autores Varios

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