Una tendencia a no ser sabios en la elección de sus acompañantes

En el libro de Proverbios hay una gran cantidad de material acerca de la amistad y la influencia que otros tienen sobre ti y tu comportamiento. A menudo los adolescentes son ingenuos y insensatos en su elección de amigos. Proverbios llega al punto de decir que cuando veas a ciertas personas debes cruzar a la otra acera. La amistad es muy importante. Una persona es conocida por el tipo de gente con la que anda. Es imposible no ser influido por los amigos de uno. No obstante, los adolescentes típicamente asumen que no serán influenciados y responderán a nuestra preocupación con un «yo puedo manejar la situación».

Al estar pensando sobre este asunto, pensé en una experiencia de mi propia adolescencia. Al recordarlo me sentí tentado a llamar a mi madre y pedir su perdón. Alrededor de la época en la que comenzaba a notar al sexo opuesto, también había comenzado a ser un participante ávido en un ministerio juvenil local. Parecía que en este ministerio todos encontraban pareja. Yo encontré a alguien que me gustaba y la lleve a mi casa después de una de las actividades de fin de semana. Ahora me doy cuenta al mirar hacia atrás que era una de las muchachas más mezquina en la comunidad cristiana. ¡Estoy tan agradecido de que ella no fue la persona con quien me casé! Recuerdo la escena surrealista de cuando llegamos a mi casa. Mi mamá tenía su clásica sonrisa afligida. Estaba tratando de ser amable mientras, al mismo tiempo, quería rescatarme del peligro moral. Recuerdo que mi mamá me preguntó más tarde aquella noche qué era lo que me atraía de esa muchacha en particular. (Me parecía muy obvio: era bonita, era divertida, y yo le gustaba). Puedo recordar cuánto estuve a la defensiva (aunque no lo hubiera admitido en aquella ocasión). Recuerdo que mi mamá me advirtió de la importancia de este tipo de decisiones. Y recuerdo que me ofendí y le dije que yo podía manejar la situación.

Necesitamos acercarnos a estas conversaciones con sensibilidad y amor paciente. Los adolescentes tienden a ser espinosos y protectores cuando se trata de discutir acerca de sus amigos. Es como si la regla operacional fuera esta: «Rechazar a mis amigos es rechazarme a mí». Como padres necesitamos ser muy cuidadosos acerca de la manera en la que tenemos estas conversaciones. Nunca recurras a las ofensas y al asesinato del carácter. Tu meta debe ser hacer que tu adolescente salga de la emoción y compromiso de la relación para darle una mirada honesta y bíblica. No harán esto sin tu ayuda. Pero también es cierto que no lo harán si en tu propio temor, has denigrado emocionalmente las relaciones que son de gran valor para ellos.

Este asunto debe ser puesto sobre la mesa. Los adolescentes necesitan aprender la habilidad de escoger sabiamente a sus amigos. Necesitan entender la influencia poderosa que la amistad tiene sobre ellos. Es muy importante que como padres evitemos socavar nuestra influencia sobre nuestros hijos al etiquetar insensatamente a sus amigos, al hacer acusaciones sin fundamento, al juzgar sus motivaciones, y al sostener suposiciones acerca de la naturaleza y nivel de influencia de la amistad. Necesitamos hacer buenas preguntas que ayuden al muchacho a examinar sus pensamientos, deseos, motivos, decisiones y comportamientos con respecto a sus amistades. Queremos dirigir a nuestros hijos a tener entendimiento del corazón que los llevará a tomar decisiones más sabios con respecto a las amistades. No logramos nada al nivel del corazón cuando juzgamos en miedo y decidimos cosas por ellos. Al hacerlo, nos perdemos de la oportunidad de ver en ellos cambios de corazón duraderos , no obstante, sólo esto conducirá a cambios básicos en su perspectiva de la amistad.

Una susceptibilidad a la tentación sexual

El padre en Proverbios tiene mucho que decir acerca de la tentación. Necesitamos tomar este tema seriamente, de manera particular en una cultura que tiene una perspectiva tan distorsionada de la sexualidad humana. Casi no hay otro lugar fuera de la comunidad cristiana que un adolescente tendrá algo cercano a una perspectiva precisa de esta área importante de la vida. Los años de la adolescencia son tiempos de despertamiento físico. Por primera vez, los muchachos se vuelven deseosos de tener relación con el sexo opuesto. La lujuria y la fantasía a menudo se convierten en los pecados privados de los adolescentes. No podemos evadir esta área o responder con vergüenza y ambivalencia. Debemos poner este asunto sobre la mesa desde el comienzo con nuestros hijos y mantenerlo allí como un tópico de discusión abierta.

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