Texto: NÚMEROS 34 y 35 (leer con Biblia a mano)

INSTRUCCIONES 75: LOS LÍMITES DE LA TIERRA PROMETIDA
Hacia el sur, ¿cuáles serán los límites de la tierra prometida? (34:1-5)
Hacia el este, ¿cuál será el límite de la tierra prometida? (34:6)
Hacia el norte, ¿cuáles serán los límites de la tierra prometida? (34:7-9)
Hacia el oeste, ¿cuáles serán los límites de la tierra prometida? (34:10-12)
Estos límites describen la antigua tierra de Canaán que Dios prometió darles, y no las fronteras históricas de Israel en una época posterior.
“¿Y por qué no? ¿Qué pasó?” Lo que sucedió fue que Israel nunca se apoderó completamente del territorio abarcado por los límites que se mencionan aquí. Nunca conquistó totalmente la tierra prometida. Y si la conquista no es total, entonces es una conquista “a medias”.

Hablando de límites…
¿Cuáles son los límites que estableces para tus conductas?
¿Qué criterios usas para decidir hacer o no hacer determinada cosa?
¿Cuáles son los valores que dirigen tu vida y tus acciones? (Por ejemplo: justicia, verdad, integridad, etc. Esos valores también actúan como límites).

¿Quiénes poseerán la tierra prometida y quiénes no? (34:13-15)
Moisés anuncia oficialmente que Rubén, Gad y media tribu de Manasés vivirán de este lado del Jordán y no tendrán heredad en la tierra prometida.

INSTRUCCIONES 76: LOS RESPONSABLES DE REPARTIR LA TIERRA
Dios les señaló claramente los límites de la tierra que poseerían, pero… ¿qué nuevas indicaciones les da? (34:16-29)
¿Te das cuenta? Dios no deja ningún detalle librado al azar.
Dios no improvisa. No se deja llevar por la emoción del momento.
Antes de que tomen posesión, Él les detalla con toda precisión los lugares que ocuparían y quienes serian las personas que repartirían la tierra para cada tribu y familia. Dios no podía permitir que surgieran revueltas internas o pleitos por la posesión de la tierra. Y además, semejante tarea y responsabilidad no podía quedar en manos de cualquier “improvisado y bien intencionado”, al contrario, tenía que ser realizado por un liderazgo capaz, íntegro, obediente a Dios y decidido a que sus deseos se cumplan plenamente.

Hay tareas, servicios, ministerios, en el Reino de Dios, para los cuales no alcanza con tener “ganas” y “buena disposición”, además, tienes que estar preparado, capacitado, equipado.
Dios puede utilizarte para su servicio como Él quiera, pero si estás capacitado, si estudias más, si aprendes más, si lees más, si te preparas más, será mayor el alcance de lo que Dios podrá hacer contigo.

INSTRUCCIONES 77: LAS CIUDADES DE LOS LEVITAS
Continúan las indicaciones de Dios para una perfecta organización de las cosas.
¿Qué lugares ocuparán los levitas y cuántas serán sus ciudades? (35:2-7)
¿Cómo escogerían las ciudades para los levitas? (35:8)
El número total de las ciudades de los levitas es 48, de las cuales 6 son ciudades de refugio.
Cada tribu de Israel, en función del tamaño de su herencia, debía apartar ciudades para que habiten sus hermanos levitas. Por lo tanto, todas las tribus aportarían al cuidado y sostén de los levitas, y todas se beneficiarían al contar con la presencia de ellos en sus tierras. Recuerda que el trabajo de los levitas era 100% ministerial y espiritual.

INSTRUCCIONES 78: CIUDADES DE REFUGIO
¿Para qué servirían las ciudades de refugio? (35:9 al 13)
¿A quiénes se los consideraría culpables por asesinato (homicidas) y qué castigos recibirían? (35:16 al 21)
Cuando un hombre era asesinado, su pariente más cercano tenía la obligación de matar al asesino, y así vengar al fallecido. Pero, ¿qué sucedía si el homicidio era accidental? ¿Cómo diferenciaban entre un asesino intencional, deliberado, de una muerte por accidente?
La respuesta la tienes en 35:22 al 25.

Ahora bien, ¿qué sucedía si el homicida salía fuera de los límites de la ciudad de refugio? (35:26-28)
¡Exacto! ¡Lo hacían boleta!
Espiritualmente hablando, tú y yo también tenemos una “ciudad de refugio”. ¡Es Jesucristo! Él es nuestro refugio, nuestro protector, nuestro Gran Héroe. A Él podemos ir corriendo las 24 hs del día, y nunca lo encontraremos ocupado. Tiene la capacidad de oírnos, entendernos y darnos soluciones a nuestros problemas. Él es suficientemente fuerte como para llevar todas nuestras preocupaciones, tristezas y dolores. ¡Él es el Todopoderoso!

Extracto de «Serie Desafios Números» por Edgardo Tosoni


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