Pasaje Clave: Esdras 1:1

Bienvenidos al libro de Esdras. Un libro corto, de apenas 10 capítulos, pero cargado de vivencias, experiencias y principios espirituales. Podemos dividir al libro en dos grandes secciones:

  • El regreso de la cautividad de Babilonia (capítulos 1 al 6).
  • El ministerio de Esdras y sus importantísimas reformas (capítulos 7 al 10).

Gracias a esta distribución de contenidos, recién a partir del capítulo 7 (Día 10) conoceremos personalmente a Esdras, ¡aunque él mismo sea el escritor de todo el libro!

Históricamente hablando estamos en la cautividad, décadas después de los acontecimientos narrados en 2º Reyes 24 y 25, donde Jerusalén fue sitiada y los habitantes de Judá fueron llevados en cautiverio a Babilonia por Nabucodonosor. Esto sucedió en el año 596 A.C., pero 11 años después, en el 585 A.C., los babilonios vuelven para terminar de arrasar Jerusalén, saquear el templo y derribar los muros.
Puedes leer más acerca de esto en “Desafíos Para Jóvenes y Adolescentes: 2º Reyes. Días 29 y 30”.

Sin embargo, el relato paralelo de 2º Crónicas 36:22-23 mantiene intacta las esperanzas para el pueblo de Dios cautivo. En “Desafíos Para Jóvenes y Adolescentes: 2º Crónicas. Día 30”, escribí:
“Los malos líderes arruinaron al pueblo, pero el pueblo lo permitió y se dejó corromper por ellos, sin embargo hay una esperanza, una palabra final que el escritor de Crónicas deja registrada: vs.22-23. Dios tiene un az en la manga. Un rey se levantará en Persia, conquistará Babilonia y liberará a los cautivos de Judá para que vuelvan y restauren su tierra. Sólo Dios puede hacerlo, sólo Él puede amar tanto y perdonar tanto. #mellenasdeesperanzas”.
Y esta palabra de esperanza y liberación se cumple en los libros de Esdras y Nehemías. Y exactamente como finaliza el libro de 2º Crónicas (36:22-23), comienza el libro de Esdras. Veámoslo:

¿Qué sucede con Ciro en el 1º año de su dominio sobre Babilonia? (vs.1)
Ciro, el rey persa, reinó desde el 559 al 530 A.C., pero conquista Babilonia en el 539, y por lo tanto, todo lo que era de Babilonia ahora es de él, cautivos judíos incluidos. El ganador se queda con todo.
Luego del imperio babilónico, el imperio Persa se convirtió en el más grande hasta ese momento, no hubo quién pudiera hacerle frente. Y aunque Ciro tenía el “poder absoluto” (humanamente hablando), fue suficientemente humilde para dejarse usar como un instrumento de la voluntad de Dios.

UN ESPÍRITU DESPIERTO 1
Fíjate lo que dice el versículo 1: “Dios le despertó el espíritu a Ciro”. ¡Wooow! “¿Y qué significa esto?”
Significa que a Ciro le cayó la ficha de que Dios quería hacer algo con él. Ciro se “despertó” y dijo: “Mi propósito es mucho mayor que conquistar todos los imperios conocidos y ser el rey más poderoso de mi tiempo. Tengo un propósito espiritual, soy parte del plan de Dios para bendecir a su pueblo y Dios me ha dado el poder para hacerlo”.
“¿Y cómo te despierta Dios el espíritu?”
Qué buena pregunta… Dios lo hace por medio de su Palabra cuando la lees, la oras y la piensas. O cuando escuchas una predica ¡y de pronto entiendes o te das cuenta de algo que no habías “visto” ni pensado hasta ese momento! O cuando oras y ayunas, buscando a Dios. Él hablará a tu espíritu y lo entenderás en tu mente. O cuando alguien más crecido y maduro en Dios te aconseja, te enseña o te corrige de acuerdo a los principios de Dios. ¡Tu espíritu se despierta! Ves lo que no veías… entiendes lo que no entendías… Te empiezas a dar cuenta de lo que está bien y de lo que está mal, comienzas a entender que Dios también tiene un propósito para tu vida y que eres parte de su plan para bendecir otras vidas.

Y si bien Esdras no nos cuenta qué fue lo que sucedió con Ciro para que se “despertara” su espíritu, podríamos suponer un par de cosas, por ejemplo:
Hubo un tremendo hombre de Dios, llamado Daniel, profeta, lleno de revelación y sabiduría y además, asesor político y espiritual de los reyes de turno, que fue contemporáneo de Ciro (Daniel 1:21 y 6:28). Daniel siempre tuvo acceso a los reyes, por lo tanto, podríamos deducir que también asesoró a Ciro dándole palabras de revelación y ayudándole a entender lo que proféticamente Dios había revelado acerca de él y de su tiempo por medio de los profetas Isaías y Jeremías.
La revelación de la Palabra, y la disposición de Ciro a ser usado por Dios, despertaron su espíritu, aclararon sus pensamiento y definieron su propósito. Él fue el “az” en la manga de Dios. #mellenasdeesperanzas

Extracto del libro “Desafíos Para Jóvenes y Adolescentes: Esdras”

Por Edgardo Tosoni

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