¿De Qué Se Trata?: Enseñar sobre el valor de las decisiones.
Un hombre joven fue nombrado para la presidencia de un banco a la temprana edad de 32 años. La promoción a este puesto estaba más allá de sus sueños y lo asustó bastante, así que se dirigió al venerable presidente de la junta directiva para pedirle consejo de cómo convertirse en un buen presidente de banco.
«¿Qué es lo más importante que yo debo realizar como nuevo presidente?» le pregunto al viejo hombre.
«Solo toma decisiones correctas,» fue la respuesta de aquel amable hombre.
El joven pensó un momento sobre ello y dijo: «Muchas gracias; eso me ayuda mucho. Pero, ¿puede ser un poco más específico? ¿Cómo tomo decisiones correctas?
El sabio hombre respondió: «Experiencia»
Molesto, el joven presidente dijo: «Pero señor, por eso estoy aquí. Yo no tengo la experiencia que necesito para tomar decisiones correctas. ¿Cómo adquiero experiencia?»
«Malas decisiones,» fue la respuesta del viejo hombre.
Piénsalo.
La madurez espiritual no se adquiere fácilmente. Usualmente se adquiere cometiendo muchos errores. No te desanimes si no eres capaz de llevar una vida cristiana «perfecta». Dios no busca tu perfección, sino tu avance, tu crecimiento. De eso se trata el compromiso. Compromiso significa que aunque caigas una y otra vez, sostienes tu posición y te mantienes aprendiendo de tus errores. No te des por vencido con Jesús; Él nunca se da por vencido contigo.