La televisión, el cine, y la radio, nos dicen lo que debemos hacer»

 Los medios de comunicación, especialmente la televisión, son una de las más poderosas influencias en las acciones morales de los jóvenes. La presión que ejercen estos medios para que los jóvenes participen en actividades sexuales, es abrumadora. Las estadísticas revelan que un adolescente promedio ve 9,230 actos sexuales, o escenas provocativas por año. Cuando el jo­ven ha cumplido veinte años ha visto 92,000 escenas sexuales en su breve vida.

El problema es que ningún programa de televisión parece ad­vertir del precio que se paga por tener sexo ilícito. Por ejemplo, ¿cuándo ha visto usted, el espectador, un caso en televisión de enfermedad venérea adquirida en sexo ilícito? Usted, al igual que una inmensa mayoría de espectadores, nunca lo ha visto. La impresión que los programas dejan es que nunca sucede.

Esta impresión es una falsedad, una tremenda mentira. Hoy 33,000 personas en Estados Unidos contraerán una enferme­dad venérea. ¡Eso hace doce millones por año!

La televisión y el cine alaban el sexo, y lo presentan como el más grande placer de la vida y lo que mejor cura todos los males. Nuestros jóvenes hallan extremadamente difícil combatir la influencia de la televisión.

He aquí lo que algunos adolescentes dicen sobre la influen­cia de los medios de comunicación.

Papá y mamá, la presión de los medios de comunica­ción para que participemos en sexo prematrimonial es muy intensa. Estoy seguro de que ustedes están advertidos de ello, a lo menos en parte. La música contemporánea es la peor; diecinueve de cada veinte canciones son acerca

de sexo o apasionamiento. Aun con un mundo y una vida cristiana a la vista, no puedo escuchar la radio sin pensar en lo que será estar casada y tener relaciones sexuales con mi esposo. Estos mismos pensamientos vienen visualiza­dos en el 90 por ciento de las películas que son califica­das como «decentes.» Estas imágenes me aterrorizan por­que yo no puedo ser una cristiana inmoral. Las dos cosas no concuerdan.

El sexo grita desde los cartelones de propaganda. Los anuncios de cigarrillos muestran a chicos recostados en el pasto. Anuncios de equipos estereofónicos muestran a chicos acostados en la alfombra. Anuncios de lociones para broncear muestran a parejitas en la arena. Por todas par­tes se ve a alguno acostado junto a otro.

 A la gente no se le ha dicho la verdad acerca del sexo prematrimonial… .a mí tampoco. Lo que se está diciendo (mayormente por los medios de comunicación, pero tam­bién por los compañeros del grupo) es que el sexo pre­matrimonial está muy bien. Se nos dice en los programas de televisión, en los comerciales y dibujos animados (gran­diosos para los niños) que éste es el estilo de vida de cuan­tos nos rodean. Desafortunadamente no se nos ha mostrado la otra cara de la moneda.

 La sociedad tiene mucho que enseñarme: maneje ese auto antes de comprarlo; muestra gratis para usted; ofer­ta sin compromiso; pruébelo en su casa por diez días; si no está completamente satisfecho, devolución de su dine­ro. He aprendido que los compromisos deben hacerse só­lo por fe, y uno siempre puede devolver la porción que no ha usado.

Una cosa más acerca de la presión del grupo. Si usted desea realmente comprobar cuan fuerte es, simplemente sintonice cualquier estación secular de música rock, o vea las cubiertas de los discos en cualquier negocio donde ven­den esta música. Encienda la televisión en alguna de esas telenovelas que las chicas de mi escuela miran tanto, o vea alguna de esas películas que están hechas especial­mente para adolescentes. Entonces dígame si la vida pro­miscua, el homosexualismo, la rebelión y el anticristianis­mo no es difundido ampliamente por todos los medios de comunicación. Entonces considere esto: por esto es que los adolescentes están «entonados» los 365 días del año. Es muy difícil para ellos resistir la presión del grupo y es triste ver a muchos cristianos cogidos en sus garras.

Las cosas que los adolescentes ven y escuchan hacen que tengan actitudes erróneas en cuanto al sexo. Como ven en las telenovelas, ellos creen que el sexo es correc­to. Tú siempre aplaudes a la persona correcta que se acues­ta con la persona correcta. Sexo sin matrimonio es la con­ducta generalmente aceptada. Tú siempre te alegras del éxito del protagonista, no importa lo que está haciendo.

 Una noche fuimos a ver la película «10.» De regreso a casa paramos en un bar donde él me compró un par de tragos (pero no me emborraché). Finalmente tomamos un desvío y tuvimos relaciones sexuales en el asiento trasero del auto de su mamá. Yo quisiera que si la televisión muestra cuan placentero es el acto sexual la noche que se hace, también debería mostrar la extrema culpa que se siente a la mañana siguiente. Por supuesto, ellos no pueden mostrar eso; perjudicaría la popularidad del programa. Yo me pregunto muchas veces si las compañías de televisión comprenden cuan terrible impacto hacen sus programas en la audiencia juvenil.

Extracto del libro “Lo Que Deseo Que Mis Padres Sepan Acerca de mi Sexualidad”.

Por Josh McDowell.

Lee Sexo y sexualidad – La influencia de los medios de comunicación 2

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