Dios no solo muestra al ma­trimonio como modelo priori­tario, lo ordena también: «Así mismo el esposo debe amar a su esposa como a su propio cuerpo. El que ama a su es­posa se ama así mismo … y que la esposa respete a su esposo» (Efesios 5:28,33).

Tu novio o novia, y sobre todo tu cónyuge, condicionan tu habilidad ministerial. A mu­chos no les gusta admitirlo, pero es la pura verdad.

Cuando dejamos la congregación en México en donde estuvimos ministrando por diez años, ninguno de los estudiantes dijo: «Gracias por esos estudios bíbli­cos que dieron sobre el noviazgo». Mas sí afirmaron: «Cuando me case, quiero tener un matrimonio como el de ustedes». Pues bien, tu matrimonio puede ser el único modelo saludable y cercano que ellos conozcan en sus vidas. Lo notes o no, están mirando a tu pareja como un ejemplo para la clase de «media naranja» que ellos quieren tener.

En las convenciones de Especialidades Juveniles hemos tenido el privilegio de ser facilitadores en talleres sobre el matrimonio y la pastoral juvenil para cientos de líderes juveniles. Siempre comenzamos enfatizando tres puntos elementales:

  1. El matrimonio es un ministerio prioritario
  2. No existe un patrón único
  3. La comunicación es clave para una buena vida conyugal

Estos, por tanto, cubren la mayoría de los temas bási­cos. Sin embargo, los líderes completan el resto del tiempo con pregunta tras pregunta mientras tratan de comprender cómo estos tres puntos pueden aplicarse en sus parejas y su ministerio. En este breve espacio compartiremos algunas de las respuestas a los cuestionamientos y comentarios con el fin de que ayuden a crear una armoniosa relación de pareja y un saludable ministerio.

¿¡Un matrimonio trabajando en la pastoral juvenil!?

«El pastor de mi iglesia dice que los líderes de jóvenes no deben ser esposos».

Indudablemente los individuos que sirven en una congregación necesitan respetar las opiniones de sus lí­deres y descubrir lo razonable detrás de esas opiniones. Dicho esto, los años de experiencia —ambos como jóve­nes y como personas que trabajan con jóvenes— nos han convencido de que la madurez y el ejemplo de una pareja emocionalmente saludable puede ser un recurso valioso y un punto de referencia para los adolescentes y jóvenes adultos con los que ellos trabajan.

EL MATRIMONIO ES UN MINISTERIO PRIORITARIO

«Soy líder de alabanza y ministro a adolescentes, pero esto me aleja de mi familia. ¿He escuchado que ustedes decían que si fracaso con mi familia, no importa cuán exitoso sea mi ministerio?»

Es verdad. No necesitamos decir mucho más, pero lo haremos pensando en esto: El hecho de que Dios use la imagen del esposo y de la esposa para describir su relación con nosotros, la iglesia, nos muestra cuán im­portante es la relación conyugal. Dios le pide a su gente que lo ame con todo su corazón, con toda su alma y con todas sus fuerzas. Les pide que pasen un día entero cada semana enfocados en descansar y disfrutar de su presencia. De modo que así es como una relación prio­ritaria se asemeja a la de Dios.

Por otra parte, Dios no solo muestra al matrimonio como modelo prioritario, lo ordena también: «Así mismo el esposo debe amar a su esposa como a su propio cuerpo. El que ama a su esposa se ama así mismo … y que la esposa respete a su esposo» (Efesios 5:28,33).

Le recordamos al líder que nos preguntó esto que el responsable ante Dios por el voto que hizo de amar a su esposa era él, y que no debía dejar de hacer una cosa por la otra, aunque hubiese sido dotado y llamado a otro ministerio. Ambas cosas las podría cumplir. Ade­más, le advertimos que si su matrimonio llegara a fra­casar, de la misma forma pasaría con su ministerio.

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