PROMEDIO 77

El promedio de vida en esta época que nos toca vivir, el siglo XXI, es de 77 años de edad. ¿Y qué con eso? Qué si te casas, digamos a los 30, tienes 47 años para vivir en pareja, caminar de la mano con alguien, tener alguien siempre cerca y tener sexo hasta el hartazgo. ¿Te parece que realmente necesitas andar pololeando desde los 17? ¡Tienes tiempo para eso! ¿Por qué dejarte llevar por la insistencia de quienes quieren hacerte creer que sólo vas a ser una persona más completa si te pones en pareja?

Me gusta lo que dice David Hormachea respecto de que es bueno decidir antes de decidir. ¿Qué quiere decir con eso? David explica que no es sabio tomar decisiones apresuradas y sin conocimiento. Es necesario tener un cuadro más grande de lo que verdaderamente está en juego. Por eso es bueno tener en cuenta lo del promedio 77. Hay mucho tiempo para estar en pareja. Por eso es mucho mejor tener todas las neuronas en movimiento antes tomar la decisión de estar en pareja. Ponerte de novio significa abrir una ventana a tu corazón, y si la persona que entra no es la adecuada eso te producirá dolor. David Hormachea sigue diciendo, en su libro Noviazgo con propósito: El fracaso en la preparación es la preparación del fracaso. Si decides no prepararte para tomar decisiones, estas estarán basadas en tu falta de preparación y cometerás serias equivocaciones.

Por eso te pregunto: ¿verdaderamente crees que ya es tiempo de estar de novio? Como les he dicho a miles de chicos y chicas: ¡Aprovecha tu soltería!

SALVANDO TÚ MATRIMONIO ANTES DE CASARTE

Un noviazgo sano tiene que tener como meta a largo plazo terminar en el matrimonio. Por eso es bueno pensar detenidamente qué es lo que se viene después de la ceremonia… Aquí van siete razones ridículas para casarte:

1. Para huir de la casa de mis padres, porque estoy cansado de ellos, ya no los soporto más. ¿Crees que la mejor solución es relacionarte con otra persona para toda la vida? Si tienes un problema serio con tus padres, lo más probable es que ese problema continúe después de que te hayas ido de su casa. Si lo que querías era independencia, no es eso exactamente lo que estás comprando.

2. Para no quedarme soltero o soltera, para escapar de la soledad. Si lo que te importa es el que dirán, déjame decir que no estás pensando correctamente. Los amigos y familiares que te aman de verdad prefieren verte a solas que en mala compañía. Es cierto que nadie quiere quedarse solo, pero para compartir la vida hay que hacerlo con alguien que uno quiere. La convivencia del matrimonio no es como tener una conversación de tanto en tanto con alguien que no te interesa demasiado.

3. Para vengarme de un ex-novio. Hacer esto es una maldad. No tiene en cuenta los sentimientos de la nueva persona y es un pésimo comienzo si después pretendes crear confianza en tu pareja.

4. Porque hubo un embarazo. Si bien esta es una idea común en muchos círculos de Latinoamérica, es una mala idea. Es tapar un error con otro error. Por supuesto que hay que asumir las responsabilidades, pero en estos casos el matrimonio forzado siempre empeora la situación.

5. Porque me estoy quemando, deseo tener relaciones sexuales y no quiero pecar. Tu pareja no es un órgano sexual acompañado de una persona. Las relaciones sexuales son una parte hermosa de un buen matrimonio, pero no son el motor de la relación.

6. Para mejorar mi posición social y económica. Esto no tiene nada que ver con el verdadero amor. Esta motivación no tarda en salir a la luz y produce muchas frustraciones de ambos lados.

7. Porque conocí al chico más guapo o a la chica más linda de la iglesia. Un día te vas a despertar y vas a mirar al otro lado de la cama y no vas a encontrar al más lindo de la iglesia. Ya no tendrá ese peinado que ahora le queda tan bien porque posiblemente ya no tenga pelo (mi esposa te puede contar su experiencia, ja ja) ni tendrá ese perfume de moda que te daban ganas de hacerle una traqueotomía.

10 SECRETOS PARA LOGRAR UN NOVIAZGO FELIZ

1. Comienza despacio. El noviazgo no es un destino sino un viaje. Para ir conociendo a la otra persona no hace falta ni ponerse de novios. Eso suele apurar demasiado las cosas.

2. Conoce todo lo que puedas de quien te gusta. Haz muchas preguntas. Toma interés en los gustos, sueños y expectativas del otro. Observa a sus padres.

3. Establece límites claros. Si me dieran un dólar cada vez que me preguntan hasta dónde se puede ir en el noviazgo, ya me hubiera vuelto millonario. El sentido común nos dice que cualquier zona erógena (excitable) es peligrosa. Los genitales y los pechos de la mujer son zonas que producen sensaciones muy fuertes, de modo que son terreno incandescente. ¿Qué es eso? ¡Que queman! No toques allí si no quieres quemarte. ¿Qué quiero decir? Que es casi imposible que puedas controlarte después de tocar esas zonas. También los labios, la espalda y el cuello entusiasman, aunque no tanto… Por eso conviene poner límites claros.  Habla sobre ello, pon el tema sobre la mesa.

4. Definan una estrategia para que puedan cuidarse. Luego de establecer límites claros, que marcarán la frontera entre lo que sí y lo que no, deberán evitar situaciones en las que podrían perder el control. Por ejemplo: quedarse a solas en una habitación es peligroso. Siempre procura que haya alguien más en la casa, y que pueda interrumpir en cualquier momento. O simplemente evita la habitación, lo mismo que los lugares oscuros y el pasar demasiado tiempo a solas.

5. Compartan amistades. Muchos chicos y chicas, cuando se ponen de novio, terminan totalmente alejados de otros amigos. Esto es completamente negativo en varios sentidos. Si quieres que tu noviazgo sea bueno, comparte tiempo con las amistades que tenías antes de esta relación, y también procura hacerte amigo de los amigos de la persona que amas.

6. Provoca actividades. El aburrimiento es uno de los enemigos más comunes de un buen noviazgo, y además es una de las razones por las que algunos se involucran sexualmente. Sólo pasan tiempo entre cuatro paredes y no se les ocurre otra cosa que besarse… ¿Qué hacer? Pueden andar en bicicleta, patinar sobre ruedas, jugar al tenis, ir de compras, montar a caballo, jugar a los bolos, al mini golf, pescar, hacer paseos, visitar parientes, bañar al perro, ir a conciertos, etc., por supuesto, si eres un rebelde con causa, será importante que juntos busquen servir a otros y compartir lo más importante de la vida: la relación con Jesucristo.

7. Busca un referente. Con esto me refiero a un amigo mayor, preferentemente un líder de la iglesia con quien puedan hablar de la relación y pedir consejos, ya sea juntos o por separado. A mí me ha encantado ser este referente para muchas parejas, y ha sido un privilegio casarlas tiempo después.

8. Respeta a la familia de tu pareja. Aunque tu novio o tu novia se quejen de su familia, tú no lo hagas nunca. Es su familia. Nuestra familia es algo que relacionamos con nuestra identidad, de modo que si aceptan a nuestra familia sentimos que nos aceptan a nosotros, y si la rechazan sentimos que nos rechazan a nosotros. Cuanto mejor te lleves con su familia más fácil será tu noviazgo, así que vale la pena que trabajes en eso.

9. Procura entender la etapa de vida y los desafíos de la otra persona. Todos tenemos nuestros días… y a veces esos días pueden transformarse en una temporada. Por ejemplo, en épocas de exámenes la otra persona tal vez está muy estresada. Algún problema familiar puede ponerla especialmente sensible. Recuerdo cuando terminé el secundario y comencé la universidad. Me sentía indeciso respecto a qué hacer con mi futuro, y eso me hacía sentirme inseguro y afectaba mi manera de relacionarme con otras personas.

10. Siente con el corazón del otro. ¿Qué entusiasma y qué entristece a la persona que amas? Hay cosas que para ti no son importantes, pero para el otro sí lo son. Procura conocer estas diferencias y ponte en los zapatos del otro. La idea es fácil: haz por la otra persona lo que te gustaría que hagan por ti. A esta altura ya te habrás dado cuenta: el noviazgo es un tema muy importante, y por eso no hay nada mejor que ponerlo siempre en las manos de nuestro amoroso Dios. Dios, permíteme respetar los tiempos que tú dispongas, y aprovecharlos para conocer a la persona que me interesa. Tú sabes mejor que yo que necesito a alguien que me ayude a vivir lo que preparaste para mí, y no alguien que me estorbe y me impida hacer tu voluntad.

Extracto del libro Rebeldes Con Causa

Por Lucas Leys

DEJA UNA RESPUESTA

Por favor ingrese su comentario!
Por favor ingrese su nombre aquí