Era brava pero era una buena maestra. De pronto perdía las casillas y pegaba uno que otro grito. Pero a la vez, era una maestra muy dulce. Una de sus mejores amigas también trabajaba en el colegio. No recuerdo el mo­tivo, pero por algún problema que hubo, ella se llevó a su mejor amiga a vivir a su casa. Lo que sucedió nadie lo esperaba. Su mejor amiga se convirtió en la amante del esposo y termi­nó por quedarse con él. ¡La mejor amiga! Esta noticia nos partió el corazón a todos los que la queríamos.

Cada vez es más común ver a personas que tie­nen su pareja y a la vez un mejor amigo. No sólo salen a tomar café con su pareja, salen después con su mejor amigo. No sólo salen tomándose fotos con su pareja, sino también con su mejor amigo, que si no leyéramos el texto de la foto en las redes sociales, pensaríamos que es su pareja. ¿No debiera ser nuestra pareja nuestra mejor amiga?

Toda relación de noviazgo se basa en una amistad, cuyas raíces de afecto van profun­dizándose y la frondosidad de la amistad se engrosa hasta el punto que nos decimos, con esta persona una amistad no es suficiente, hay que elevarla a otro nivel porque me atrae, me gusta, me cae bien y saca lo mejor de mí. Nos convertimos entonces en dos imanes comple­tamente inseparables. Teniendo esta profun­didad de relación, ¿Quedará espacio para un mejor amigo del sexo opuesto?

Podremos estar en desacuerdo, pero nuestro mejor amigo debe ser nuestra pareja aunque no nuestro único amigo, pero las demás amis­tades con el sexo opuesto deben tener sus lí­mites. Cada vez lo veo como algo más común, no sólo infidelidad en los matrimonios, sino infidelidad en los noviazgos. Y es que cualquier amistad con el sexo opuesto siempre se basa en un me caes bien. Y eso al igual que nos pasó con nuestra pareja, puede escalar a un nivel al que ya no se puede, porque estamos compro­metidos con alguien.

No quiero decirle que ahora sólo debe tener un amigo del sexo opuesto, sino que para proteger su relación con quien considera que es el amor de su vida, todas las amistades del sexo opues­to deben tenerse bajo otras circunstancias. Qué mejor que salir en grupo si no va nuestra pareja con nosotros.

Amigos con derechos o amigovios. Esta es aquella relación en donde se obtienen benefi­cios sin las responsabilidades de una relación de noviazgo seria. Es un avión estacionado en la pista que no despega para ningún rumbo, pero que pareciera que está listo para todo.

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