Pasaje clave: Proverbios 31:10.

Si viste alguna vieja película de Hollywood, habrás notado que la gran mayoría de las mujeres eran “casi tontas”. Indefensas víctimas que, ante una situación de peligro, solo podían gritar aterradas esperando a ser salvadas por algún héroe masculino. Y encima terminaban siendo un estorbo para el héroe que las salvaba: se caían, perdían el zapato, se les enganchaba la enagüa en el alambrado, se torcían el pie, se desmayaban…

Pero en las series y películas modernas, las mujeres ya no son las “tontas” que necesitan ser salvadas por un hombre. Ahora son ellas las que van al frente. Expertas en artes marciales, hackers profesionales, dueñas de corporaciones, ricas, hermosas, extrovertidas y desinhibidas. Unas “súper mujeres”.

Y aunque esta caracterización moderna también sea una exageración (porque la mayoría de las mujeres no son así, aunque que las hay, las hay), muestra cómo ha cambiado la idea de lo que es ser mujer, o de lo que debería ser. Nuestra cultura machista ha elaborado un “catálogo” de lo que significa ser mujer, y muchas iglesias (por ignorancia) lo han adoptado:

Según éste catálogo, una mujer es: pasiva, débil, dependiente, emotiva y fácil de convencer, cortés y educada, sentimental, creada para estar en casa, insegura y sumisa. Además, cuando sea mamá será todo en la vida (¿para qué más?). Tiene que ser maternal con todo el mundo, siempre arreglada y muy atractiva, femenina (ni muy ruda ni muy firme, eso es de machonas), sentadita con los pies juntos, si llora que no histeriquee mucho. Y si se queda soltera, ¡será una fracasada! porque perdió todas las oportunidades de su vida. ¡Pobrecita!

Con más o menos variaciones, eso es lo que dice el catálogo machista acerca de lo que es ser mujer.

Pero ¿qué dice Dios sobre éste tema?

Ser mujer no es ser inferior al hombre en ningún aspecto, sino igual (obviamente no me refiero a lo físico donde las diferencias son obvias).

Ser mujer no es ser sumisa, sino respetuosa con todos y enérgica para hacerte respetar.

Ser mujer no es sólo sentimentalismo y llanto, sino también inteligencia y razonamiento.

Ser mujer no es ser pasiva, sino proactiva, decidida y determinada para lograr tus sueños.

Y el día que te cases, entiende que ser mujer no es reprimir tus deseos sexuales y ponerlos al servicio de tu esposo, por el contrario es disfrutar de una mutua satisfacción sexual. Tienes derecho al placer.

Como mujer, no sólo necesitas amor propio, sino también necesitas tener el respeto de quienes te rodean. Dios nos da su opinión en Filipenses 2:3-11.

Sé tú misma. No trates de imitar ni parecerte a nadie. Recuerda que eres única.

Expresa interés en la vida de los demás, sin descuidar ni postergar tu propia vida.

Ten la misma actitud para servir que tuvo Jesús.

Piénsalo.

¿Estás de acuerdo con el catálogo machista acerca de lo que es ser mujer?

¿Cómo son las mujeres de tu familia? ¿Se ajustan al catálogo machista o a la perspectiva de Dios?

Por Edgardo Tosoni

DEJA UNA RESPUESTA

Por favor ingrese su comentario!
Por favor ingrese su nombre aquí