1. Están actualizados en cuestiones generales de la cultura juvenil

El mencionado vértigo de los medios exige una constante actualización. Las dife­rentes tribus de adolescentes tendrán diferentes características en sus gustos musi­cales, en su vestimenta y en su lenguaje. Desconocer sus ondas equivaldrá a desin­terés por saber qué los atrae. Un grupo de adolescentes requiere una disposición transcultural similar a la que requieren las misiones en otras latitudes solo que el cambio es generacional más que geográfico. El o la líder efectivos estarán atentos a cuáles son las características de los jóvenes de su barrio y de su iglesia. Una buena manera de lograr esta actualización es observarlos atentamente en los luga­res donde haya más jóvenes en nuestra zona (escuelas, la puerta de las discos, hamburgueserías y demás). Otra manera recomendable es preguntarles a ellos mismos. Los jóvenes se sienten importantes cuando se les pregunta y por eso funcionan muy bien los cuestionarios y encuestas. Sacar a los jóvenes cristianos del templo y lle­varlos a lugares públicos a hacer cuestionarios acerca del gusto y tendencias cultu­rales no solo sirve a los líderes para estar actualizados sino que es una excelente actividad que los chicos agradecerán. Revistas, películas y programas de moda pueden servir para informarnos de qué es lo que los jóvenes están escuchando fuera de nuestro medio. Más adelante dedicaremos todo una conversación^ de sobremesa para hablar de lo importante del contexto cultural.

  1. Se especializan

Aun llegando a las actuales Instancias de la evolución del ministerio juve­nil, los estudiantes de seminarios candidatos al pastorado suelen ver al ministerio juvenil como un escalón de ascenso al «verdadero ministerio». Gracias a Dios, la escena irá cambiando en los próximos años. Más y más estudiantes de institucio­nes teológicas se darán cuenta de que Dios está llamando a una generación de líde­res juveniles que se especialicen en la tarea de evangelizar y discipular jóvenes. Desde hace poco más de una década en países como Estados Unidos y Corea más y más pastores y estudiantes han entendido la complejidad, el enorme desafío y la vitalidad que tiene el ministerio juvenil para la Iglesia. Con esta luz, más y más semi­narios fueron agregando materias de ministerio juvenil e incluso hoy se ofrecen maestrías y ya se empieza a hablar de doctorados en la especialización.

Pero más allá de las posibilidades académicas está la razón eje del ministerio juvenil: los adolescentes y jóvenes necesitan líderes preparados. Los jóvenes se merecen un liderazgo que pueda articular una filosofía sensata de por qué hacen lo que hacen, puedan interpretar las escrituras desde el contexto contemporáneo, entiendan las realidades interiores propias de la edad, puedan evaluar un currículo, sean creativos, suficientemente críticos y puedan comunicar visión y organizarse. ¡Uf! El liderazgo juvenil efectivo es cosa seria. Es cierto que no todos los que ingre­sen al ministerio juvenil de los próximos años podrán prepararse desde un ámbito académico y al leer esto quizás pienses que no es para ti. Pero la base de lo que estoy diciendo no es que haya que salir corriendo al seminario sino que si hay que invertir tiempo y dedicación en ser cada vez mejores.

Gracias a Dios hoy hay cada vez más recursos bibliográficos y páginas en la inter­net de ayuda para líderes juveniles. Al final de este libro hay una lista de organiza­ciones y publicadoras de recursos para que sigas perfeccionando tu liderazgo y mejorando tus programas. Aun una cantidad importante de recursos seculares pue­den servir a un liderazgo que entiende que sus jóvenes se merecen una seria refle­xión y preparación.

Al viajar por todo el continente me ha llamado la atención ver que los líderes juve­niles de ministerios sanos y creciendo tienen inevitablemente una pequeña bibliote­ca de libros de ideas y recursos de ministerio juvenil. Libros de lecciones bíblicas, juegos, actividades, devocionales y de todo lo que les pueda servir.

Existiendo especialización, estrategias y procedimientos definidos, las expectati­vas cambian y la congregación empieza a entender que el ministerio juvenil no se trata simplemente de conservar un grupo de jóvenes en los valores evangélicos, sino que esos valores puestos en práctica se traducen en expansión. La puesta en funcionamiento de los dones del Espíritu de jóvenes que ya están listos para ser úti­les al reino requiere de directores técnicos y entrenadores lo mejor preparados para sacar equipos campeones.¡

Hoja de Trabajo

Para uso personal o equipo de liderazgo

  1. ¿En cuáles de las señales mencionadas en este capítulo crees que estás fuerte y en cuáles tienes que hacer un esfuerzo extra?
  2. ¿Cuáles de estas señales necesitan ser fortalecidas en otros líderes a tu alrededor y cómo puedes ayudarles?
  3. ¿Por qué es sabio incluir a los padres y cuál es el beneficio de hacer­lo? ¿Qué elementos habría que añadir en el ministerio considerando a los padres?
  4. ¿Qué actividades se pueden realizar para incentivar el trabajo de un equipo de liderazgo?
  5. ¿Qué piensas de la especialización? ¿Qué puedes hacer al respecto?

Extracto del libro “El Ministerio Juvenil Efectivo”

Por Lucas Leys

Lee el siguiente devocional de la serie: EL NIVEL DE MADUREZ DE LOS JOVENES

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