Efrem Smith es un líder de jóvenes en la iglesia Park Avenue en Minneapolis, Minnesota. Park Avenue es una iglesia urbana legendaria que ha rehusado huir hacia los suburbios. Efrem ha rehusado huir de las demandas peligrosas y agotantes del ministerio de jóvenes de la ciudad.

Recientemente Efrem me contó acerca de una experiencia que tuvo mientras compartía en un campamento de jóvenes. Había llegado ahí fatigado, cansado de hablar. Las semanas anteriores al campamento habían estado agitadas y ocupadas. Estaba consciente de la sequedad de su alma. Se sentía alejado de Dios y vulnerable a las tentaciones comunes de un predicador de jóvenes: arrogancia, orgullo y dependencia total en sus dones.

Después de la primera conferencia en la noche, Efrem, exhausto y ansioso por regresar a su habitación, les pidió a los jóvenes que se acercaran al frente si realmente querían ser “revolucionarios para Cristo”. Un número de estudiantes respondió y se oró por ellos. Pero una muchacha permaneció ahí. Su nombre era Krystal, y no se iba. Ella dijo que había estado huyendo del llamado de Dios para su vida y que necesitaba más oración. “Los otros líderes adultos y yo seguimos orando aunque ya era tiempo de dar lugar al otro evento que seguía de acuerdo al programa”. Efrem quiso retirarla. “Pero ella seguía orando, y seguimos orando. Algunos de los líderes ya se estaban cansando. Y de pronto, Krystal se levantó y dijo, “¡he estado huyendo de lo que yo debo hacer!”.

Inmediatamente caminó hacia un grupo de jóvenes y comenzó a orar por ellos. Sin embargo no sólo estaba orando, era más como una profecía. Les dijo como Dios los iba a usar de una manera poderosa, pero su oración fue inusual. Oro por los jóvenes de ese grupo como si los conociera, conocía su pasado. Fue claro para mí que su sabiduría venía de Dios. Y mientras más Krystal oraba, más cada estudiante se daba cuenta de que algo misterioso y santo estaba sucediendo. Uno por uno comenzaron a llorar. ¡El lugar estaba electrizado con la presencia de Dios! La gente tenía temor y asombro al mismo tiempo. De seguro yo me sentía así.

Después de orar por todos en aquél lugar, Krystal salió y comenzó a imponer manos sobre cada estudiante con quien se topaba. Mientras más hacía esto, más incómodos los líderes adultos estaban. ¿Por qué está haciendo esto? ¡Esto es muy raro! ¿Cuándo va a parar? ¿Qué explicación les voy a dar a los padres cuando lleguemos a casa? ¡Sólo está haciendo esto para llamar la atención!

“Una hora después fui a la cafetería por un chocolate caliente , y ahí estaba Krystal, aún estaba orando por los jóvenes. Cuando me vio, corrió hacia mí, impuso manos sobre mí y comenzó a orar. Ahora yo me sentía incómodo. Ahora sí pensé que estaba exagerando, hasta que comencé a escucharla orar: “Oh Dios, ayuda a Efrem a pasar más tiempo con su familia y contigo. Ayúdalo a no dejarse llevar solamente por sus dones, sino a confiar en ti. Mantenlo humilde y ayúdalo a estar firme en contra de los ataques del diablo”.

“Esta no fue una oración ordinaria. Krystal no estaba hablando sus propias palabras, estaba hablando las palabras de Dios. Estaba siendo profética. No estaba preparada para la respuesta que tendríamos hacia su don, incluyéndome a mí. ¡Esta muchacha será considerada peligrosa!”.

Efrem tenía razón. Esta muchacha ya era peligrosa para el status quo, ya era peligrosa para el programa del campamento, y pronto sería considerada peligrosa para los padres de los otros jóvenes.

Lo que me preocupa acerca del ministerio juvenil moderno es la ausencia de estudiantes peligrosos como Krystal. Decimos que creemos que el evangelio es peligroso, pero realmente no lo creemos… ¿o sí? De hecho pensamos que el evangelio es peligroso en contexto limitado, para no cristianos, administradores de escuelas y liberales. Ciertamente no pensamos que el Cristianismo sea peligroso para nosotros, para la iglesia o para los padres.

Piénsalo. ¿Qué tal si tuviéramos un auditorio lleno de Krystals en nuestro grupo de jóvenes? ¿Qué tal si el grupo de jóvenes fuera un lugar a donde los estudiantes diligentemente buscaran la voz de Dios en sus vidas? ¿Qué tal si el grupo de jóvenes fuera un santuario, no un escenario, un centro de adoración no un centro de programas, un lugar para escuchar no un lugar de conferencias?

Yo sé, yo sé. Simplemente no es práctico, no es sensible, no es compatible para la seguridad del trabajo y por la estabilidad económica. Pero tú y yo sabemos que el llamado del evangelio nunca ha sido compatible con la estabilidad económica ni con la seguridad de un trabajo. Entonces, ¿por qué no dejamos a Jesús libre sobre nuestros estudiantes?

Aquí está mi respuesta para mí: Yo tengo miedo que la gente piense que soy raro, loco, extraño, diferente y fanático. Puedo manejar casi cualquier reacción de la gente excepto el pensamiento de que estoy loco y fuera de la realidad. Ese es mi mayor temor.

Si, yo creo que el ministerio de jóvenes debería de ser el lugar más peligroso en la iglesia. Si, yo creo que cuando Cristo corra libremente en el grupo de jóvenes, todos en la iglesia estarán en peligro. Estoy convencido que cuando la gente joven se tope con Jesús, dejarán el tipo de Cristianismo cómodo en donde la gente es normal y predecible, y correrán hacia el anormal e impredecible Jesús.

Deseo que más de nosotros tuviéramos el coraje para responder a la salvaje voz de Dios en nuestras vidas, tal como aquél loco Jesús.

Por Mike Yaconelli

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