1. Tienen un sentido de llamado

Para muchos es obvio pensar que la decisión de ir a hacer misiones en lugares alejados y con culturas diferentes tiene una única explicación en un llamado espe­cial del Señor. Pero el ministerio juvenil es tan “transcultural” como cualquier minis­terio a otra geografía. Involucra cambios de lenguaje, diferentes vestimentas, música, danzas exóticas y distintas presuposiciones morales. Si aquellos que se dísponen a participar del ministerio con adolescentes no sienten un llamado claro y específico a trabajar con ellos, ocurrirá una de dos cosas o ambas: se sentirán muy pronto miserables o harán sentir miserables a sus adolescentes. Tener la convicción de que Dios es quien nos ha convocado a hacer los que hacemos es la única fuente de afirmación donde deberíamos depositar nuestra confianza. Los resultados son impredecibles en el ministerio en general, cuánto más en el ministerio con la edad, más impredecible. Solo un sentido de llamado claro es lo que hace al líder seguir adelante.

  1. Están preparados para aconsejar

Ante tantos mensajes contradictorios y tantos cambios complejos ocurriendo a esta edad en este tiempo, es necesario que aquellos que lideramos a esta genera­ción tengamos respuestas sobrias. El rol de modelo que a cada líder de adolescen­tes le toca debe ser ejercido con responsabilidad. Aquellos que han sabido aconsejar a sus jóvenes pronto comenzarán a recibir más jóvenes pidiendo consejos. Los líderes efectivos están preparados para la tarea de aconsejar. Para ello se especia­lizan en las cuestiones de la cultura adolescente, la crisis familiar, la búsqueda de la identidad y en los distintos métodos para hacer una consejería efectiva.

  1. Brister en su clásico libro del cuidado pastoral en la iglesia dice lo siguiente:

Las dimensiones subconscientes de la personalidad, la dinámi­ca de la conversión religiosa, el significado del simbolismo en la adoración, los componentes de culpa y hostilidad, el cuidado de las almas de personas desesperadas y atrapadas en las distorsio­nes de nuestra cultura, requiere que nuestros ministros de hoy tengan conocimientos especializados.25

Puedo decir sin vergüenza que aunque constantemente estoy predicando en eventos grandes y púlpitos conocidos, he observado frutos más milagrosos dando consejería. Qué gran placer recibir una carta o un email de algún joven contándome que lo que hablamos le sirvió para tomar una mejor decisión o que a partir de ese momento se siente mucho más fuerte. En la mayoría de seminarios hay cursos de consejería y te recomiendo tomarlos aunque no pienses hacer toda una carrera. Claro que también es bueno comprarse buenos recursos. Algunos materiales de consejería que pueden ayudarte:

  • Capacitados para restaurar. Por Jay Adams. Editorial Clie.
  • Cómo guiar a los adolescentes a la libertad en Cristo. Por Neil T. Anderson y Rích Miller. Editorial Unilit.
  • Manual de Billy Graham para obreros cristianos. Por Billy Graham. Editorial Unilit.
  • Manual para consejeros de jóvenes.Por Josh Mcdowell y Bob Hostetler. Editorial Mundo hispano.
  1. Trabajan en equipo

Los líderes juveniles efectivos saben que solos no pueden lograrlo todo. Entienden que Dios capacitó a su cuerpo con distintos roles y dones (1 Corintios 12:4-30) y que es tarea del líder equipar a otros para la tarea del ministerio (Efesios 4:12). Los líde­res efectivos también entienden que la misión es más importante que la posición. Por eso reconocen las habilidades de otros y les facilitan la tarea sumándolos al trabajo.

Son tantas y tan complejas las necesidades de los jóvenes hoy que es imposible para un solo o una sola líder estar cerca de todos sus adolescentes a menos que sea un grupo verdaderamente reducido. Pero si el anhelo de un ministerio juvenil es mul­tiplicarse hace falta mayor mano de obra. Los líderes sobresalientes reconocen esto y dedican buena parte de su tiempo a reclutar voluntarios para su ministerio juvenil:

Para aquellos que son verdaderos líderes, edificar un equipo y mantenerlo es sin discusión una de las empresas más realizado­ras imaginables. Al líder le permite ejercitar sus dones a través de sacar lo mejor de cada participante, invertir en aquellos individuos y descubrir el gozo de morir a uno mismo para beneficio de otros. Jesús nos dejó su modelo. ¿Qué más podemos pedir?

Los ministerios para jóvenes carentes de un equipo de trabajo suelen estar sobrecargados, tensos y demasiado cansados para una nueva visión. Cuantos más líderes de calidad se tenga, más posibilidades de maduración y resolución de con­flicto tendrán los jóvenes.

Los jóvenes no necesitan solo líderes atléticos que sepan tocar la guitarra y sean extrovertidos. Si algún miembro en el equipo de liderazgo tiene estas característi­cas, sensacional; pero hay jóvenes que se identificarían mejor con personalidades más similares a las suyas. Los mejores equipos son los que tienen una buena dosis de diversidad de intereses, personalidades, estilos y edades. Tener líderes adultos por ejemplo, enriquece al ministerio con experiencia, contención y modelos.

Los líderes juveniles simplifican las tareas y las demandas del ministerio consi­guiendo y estimulando la gente adecuada para cada una de ellas.

Extracto del libro “El Ministerio Juvenil Efectivo”

Por Lucas Leys

Lee el siguiente devocional de la serie: SEÑALES DE LÍDERES SOBRESALIENTES (PARTE 3)

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