Descubrimiento personal.

El grupo debe estimular a los integrantes a descubrir las verdades de las Escrituras por ellos mismos. En general, en los grupos pequeños no se predica; más bien el líder dirige un estudio de la Palabra en el que los miembros descubren por ellos mismos los tesoros bíblicos. Es muy conocido el principio de que aquello que las personas descubren por ellas mismas tiene más fuerza y resulta más significativo para sus vidas que lo que otros les transmiten. En el ámbito de un grupo pequeño, todos los miembros pueden ser protagonistas del proceso de aprendizaje.

La demostración histórica

El crecimiento importante y significativo de la iglesia cristiana durante los primeros siglos se debió a la estructura de los grupos pequeños. No olvidemos que, si bien los judíos convertidos al cristianismo continuaron reuniéndose en el templo hasta su destrucción, también se juntaban en las casas. Las comunidades de los gentiles no se reunían en templos, sino más bien en casas particulares, con las limitaciones del tamaño que ello podía conllevar. Es evidente que coexistían en una misma ciudad varias casas que se utilizaban como locales de reunión, y que cuando se habla de la iglesia de un determinado lugar (por ejemplo, de Filipos o de Roma), la misma estaba integrada por las diferentes casas donde los creyentes se reunían.

Muchos de los grandes avivamientos de la historia tuvieron su soporte básico en los grupos pequeños. Así, por ejemplo, el avivamiento ocurrido en Alemania en el siglo XVIII, conocido con el nombre del «Pietismo Alemán», encontró en los grupos pequeños uno de los motores que lo impulsaron. El avivamiento Moravo, que se produjo también en el siglo XVIII, se basó en buena medida en los grupos pequeños naturales que constituían la base del crecimiento de los discípulos. Esos grupos, denominados «coros», estaban organizados en función del estado civil de sus miembros, dividiéndose en: casados, solteros, niños, jóvenes y viudos. Similar fue la experiencia del Metodismo, organizado en sociedades religiosas compuestas por doce miembros. Esos grupos, al frente de los que había un líder, oraban juntos, leían la Biblia y ofrendaban. El Gran Avivamiento Americano del siglo XVIII tuvo su génesis en pequeños grupos de oración. Finalmente, un ejemplo más contemporáneo es el avivamiento que aún tiene lugar en Corea. Paul Y. Choo es el pastor de la mayor iglesia del mundo (más de 500.000 miembros), la que está dividida en miles de grupos pequeños que son la base de su crecimiento, cuidado pastoral y evangelización.

Extracto del libro “Raíces”.

Por Félix Ortiz.

Lee Para Líderes – La Razón de Ser de los Grupos Pequeños

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