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Blake y Mouton en su libro The Managerial Grid [La cuadrícula administrativa], proponen un estilo ideal de liderazgo. Según su cuadrícula hay dos variables funda­mentales que son: interés por la producción e interés por las personas. En compa­ración con el esquema que estamos usando, estas variables cumplen la misma fun­ción que la variable de relaciones y la de programas. La tesis de Blake y Mouton es que el nivel de resultados de una organización depende de que los líderes pongan un alto interés en las relaciones cercanas y en la producción o en las actividades y programas.

A primera vista esto es correcto y esta es la presuposición de la mayoría de las iglesias por lo menos en América. Esta es la posición tradicional de aquellos que han estado involucrados en el entrenamiento de líderes juveniles por años (se puede notar en algunos libros) y también fue mi posición por largo tiempo. Tiene que ver con la leyenda que antes mencionaba. Pero el estudio de Hersey, Blanchard y Johnson significó un cambio de paradigma en el mundo de la administración organizacional y cambió mi compresión de los estilos de liderazgo. Estos autores proponen que no hay un estilo ideal para conseguir el desempeño deseado en una orga­nización sino que hay distintos estilos que son productivos en situaciones diferen­tes y el mejor liderazgo es el que «aprende» a adaptarse a distintos estilos.

Vamos a los estilos. Los cuatro estilos adaptables propuestos por Hersey, Blanchard y Jhonson son los siguientes según las correspondientes características:

  • Estilo 1 (El) – Liderazgo altamente directivo.
    • Se trata de alguien que ordena.
    • Pone mucho énfasis en los programas, actividades y resultados.
    • Poco cuidado en las relaciones cercanas.
    • Toma la mayoría de las decisiones.
    • Da instrucciones precisas.
    • Alta supervisión de los resultados.
    • Establece metas para toda la organización.
    • Define los roles de los demás.
  • Estilo 2 (E2) – Liderazgo altamente directivo a la vez que altamente relacional.
    • Se percibe como alguien que inspira y persuade.
    • Mucho énfasis en los programas, actividades y resultados.
    • Mucho cuidado en las relaciones cercanas.
    • Persuade a los demás a seguir sus decisiones.
    • Da instrucciones abiertas dando la posibilidad a los seguidores a sumar su criterio.
    • Inspira a los demás a seguir sus propias metas.
    • Explica los roles de los demás señalando su importancia.
  • Estilo 3 (E3) – Liderazgo altamente relacional.
    • Se percibe como alguien que comparte. Le presta máxima atención a las relaciones y pone los programas y actividades en un segundo plano.
    • Bajo desempeño en los programas, actividades y resultados.
    • Mucho cuidado en las relaciones cercanas.
    • Se esfuerza por conseguir consenso en las decisiones.
    • Toma decisiones en conjunto.
    • Llega a un acuerdo en cuanto a las instrucciones.
    • Pregunta a los demás cuáles son sus metas.
    • Los dirigidos establecen sus propios roles.
  • Estilo 4 (E4) – Liderazgo mínimamente directivo y relacional.
    • Se percibe como alguien que delega y deja ser y hacer. Baja participación en los programas, actividades y resultados. Poco cuidado en las relaciones cercanas. Deja que los demás tomen sus propias decisiones. Se limita a indicar el resultado final esperado o los propósitos. Los dirigidos establecen sus propios roles.

Estilos, programas y relaciones

La gran idea de estos conceptos es que hay distintos estilos que pueden ser efec­tivos según las distintas edades y las distintas situaciones ministeriales. Los líderes efectivos no se comportan siempre igual y cada estilo puede ser bien o mal usado según las necesidades de ordenar, persuadir, compartir o delegar de cada situación.

Veamos el siguiente cuadro:

EFECTIVO NO EFECTIVO
E 1 Dice Demanda
Guía Domina
Dirige Ataca
Establece Limita
E 2 Persuade Manipula
Vende Sermonea
Inspira Miente
Explica Racionaliza
E 3 Da participación Condescendiente
Anima Indefinido
Acompaña Inseguro
Respeta Queda bien con todos
E 4 Delega Abandona
Observa Esquiva
Asigna No quiere trabajar
Da libertad No le importa

 

Si miras las palabras dentro de la columna EFECTIVO te vas a dar cuenta de que — sea cuál sea el estilo— todas son positivas. Dios me regaló el privilegio de tra­bajar con una cantidad increíble de líderes de distintos estilos y de todos he apren­dido muchísimo. Lo que me ha preocupado es que muchos fueron «convencidos» de que no solo existía un único estilo válido (el del líder directivo sumado a todo lo que tiene que ver con la cultura machista) sino que ellos mismos estaban condenados a trabajar desde uno solo de estos estilos. Es cierto que todos tenemos tendencias y cualquiera que me conoce hace años sabe cuáles son las mías. Pero en lo últimos años me ha reconfortado encontrar cierta confusión con respecto a mi estilo y es porque ya no tengo solo uno, sino que uso diversos para distintas circunstancias.

Si Hersey, Blanchard y Johnson estuvieran en nuestra conversación dirían:

«Usando el liderazgo situacional, uno siempre debe recordar que no hay una manera mejor que siempre es efectiva para influenciar a otros en torno a los resultados esperados».

Extracto del libro “El Ministerio Juvenil Efectivo”

Por Lucas Leys


MAS INFO

Lee el siguiente devocional de la serie: ESTILOS DE LIDERAZGO (PARTE 2)

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