Pídele a Dios que te enseñe a través de los pasajes y utiliza las siguientes preguntas: ¿Qué es lo que notas acerca de quién o qué realiza el equipamiento? ¿Puedes detectar una tendencia? ¿Qué es lo que percibes acerca del que está siendo equipado? ¿Qué notas sobre los resultados? Lleva un registro de tus reacciones y pensamientos. En cada uno de estos tres pasajes de las Escrituras podemos ver a un agente divino equipando:

  • En Hebreos 13 es Dios el que a través de Jesús equipa.
  • En 2 Timoteo 3, es la Palabra de Dios la que equipa.
  • En Efesios 4 los que equipan son los líderes dotados de dones, usando los dones que les fueron dados por Jesús.

Dios Equipa

Dios mismo puede equipar. ¿Te diste cuenta por qué? Para hacer su voluntad… Dios ha estado listo y dispuesto a ayudarme a hacer su voluntad desde el principio. ¿Pero cuándo y cómo nos equipa Dios? Si podemos encontrar el cuándo (como cuando en medio de nuestra ajetreada vida le damos a Dios la oportunidad), Dios se encargará del cómo.

Una de mis personajes favoritos de las Escrituras es Asaf, un músico levita autor de varios Salmos. Asaf inicia el Salmo 73 lamentándose por el hecho de haberse mantenido puro para nada. Los malvados, haraganes y flojos, que no se han mantenido puros en lo absoluto, no muestran tener preocupaciones ni cuidados. Y se divierten en grande. Asaf se pone celoso hasta el punto de querer tirar la toalla y alejarse de Dios. Hasta que entra en el santuario de Dios. Y en una explosión de epifanía espiritual, logra ver a través del engaño que está a punto de destruirlo. Inicia el salmo listo para cruzar al lado oscuro, sin querer saber nada de Dios. Sin embargo, lo concluye deseando todo lo que tiene que ver con Dios. ¿Qué fue lo que produjo esa diferencia?… Su tiempo en el santuario.

¿De qué se trata eso? Como levita del tiempo del reinado de David, encargado de ministrar frente al Arca del Pacto, Asaf entraba y salía del santuario de Dios una y otra vez, posiblemente todos los días. Pero su entusiasmo espiritual había decaído completamente. Asaf había llegado al límite de querer abandonarlo todo. Yo conozco ese sentimiento… Pero algo sucedió en una ocasión en particular en la que Asaf entraba y salía del santuario. Algo poderoso e inesperado. Asaf se percató de la presencia de Dios. Y eso lo cambió. De hecho, lo equipó para vencer la tentación que lo estaba acechando.

Eso es lo que sucede cuando dejamos que Dios sea el que equipe. Experimentamos a Dios. Y de repente nos damos cuenta de que podemos conocer la voluntad de Dios y cumplirla. Nuestro trabajo es buscar ese tiempo en el santuario. Dios hará el resto. Al ministrar a los jóvenes, nuestro trabajo es proveer esos momentos de santuario y confiar en que Dios los equipará.

La Palabra de Dios Capacita

El hecho de que la Palabra de Dios equipa es lo que me motivó a escribir este libro, y posiblemente sea lo que te haya guiado a leerlo. Espero que sea un buen primer paso para descubrir el cómo, y que te anime a encontrar el cuándo. En 2 Timoteo 3:16-17 se nos ofrece una magnífica visión de lo que la Palabra de Dios puede hacer para equiparnos: enseñar, redargüir, corregir, instruir en justicia. No es casualidad que precisamente eso sea lo que tú y yo deseamos alcanzar dentro del ministerio juvenil. Sin embargo, las Escrituras lo pueden hacer mucho mejor que nosotros. Y las Escrituras lo hacen sin manipular ni cargar con sentimientos de culpas. Las Escrituras van directamente hasta las coyunturas y la médula (Hebreos 4:12).

¿El resultado? El cumplimiento del sueño de todo líder juvenil: los jóvenes son equipados para toda buena obra. Eso suena a que los jóvenes están cumpliendo el llamado de Dios para sus vidas. Y eso se ve como un ministerio juvenil vigoroso.

Uno de los primeros pasos que podemos dar para experimentar el equipamiento que viene de la Palabra de Dios es este: Permitir que las Escrituras nos enseñen. Confía en el hecho de que Dios está mucho más interesado en usar su Palabra para transformar a nuestros jóvenes que cualquiera otra de nuestras fascinantes historias o conmovedoras ilustraciones. Las Escrituras son poderosas en sí mismas. De hecho, probablemente es mejor que sea así.

Considera una de las victorias más decisivas de Israel en la que aniquilaron la ciudad de Hai. La batalla tenía todos los elementos como para convertirse en una película de acción y suspenso: astucia, emboscadas, todo listo a tiempo, un bloqueo de las comunicaciones, dependencia total entre los soldados, y una absoluta y rotunda victoria. Después de que el polvo se asentó (literalmente), Josué reunió a todo Israel para hacer una fiesta por la victoria. La escena era como la que se ve en los vestuarios deportivos después de una victoria peleada. Se daban entre ellos palmadas de celebración, había historias que contar, y abundaban los abrazos… Pero eso no fue lo que él hizo. Una vez que todos estuvieron reunidos, Josué leyó el libro de la ley. Cada palabra de ella (Josué 8:34-35).

En medio de toda la conmoción, Josué dejó que las Escrituras fueran las que enseñaran. Al escuchar las palabras de Dios, especialmente las bendiciones y maldiciones que Dios había señalado por la obediencia y desobediencia, la gente descubrió que su magnífica victoria había venido por sorpresa. Si ellos eran obedientes, Dios siempre los libraría. En tanto que Israel se preparaba para una celebración final, Josué les decía: «Actúen como si ya hubieran estado ahí antes. Y por todos los medios, vivan en obediencia, para encontrarse en este punto de nuevo». Sin embargo, él permitió que las Escrituras se los dijeran.

Los Líderes Dotados Equipan

Aquí es donde tú, el líder de jóvenes, entras en la tríada de equipamiento. Muchas veces yo sospecho que lo mejor que pueden hacer los líderes dotados para encender el verdadero katartizo (equipamiento) es quitarse de en medio y dejar que los otros dos elementos (Dios y su Palabra) hagan el trabajo. Pero Dios tiene un papel especial para los líderes y sus dones. Efesios 4:7-16 revela una lista de resultados que los jóvenes pueden experimentar cuando los líderes usan al máximo sus dones espirituales. Si esto no te impresiona, deja que se metabolice la Palabra en ti un poquito más. Te garantizo que lo hará. Posiblemente te estés preguntando: ¿Soy yo uno de esos líderes? ¿Será que califico para uno de los cinco dones que menciona Pablo en Efesios 4?

Esto es lo que sabemos: los dones espirituales son habilidades sobrenaturales dadas por el Espíritu Santo a los creyentes en Cristo (1 Corintios 12:7). Todo creyente tiene por lo menos un don espiritual, y te aseguro que tú no eres la excepción, sin que importe que sientas que no tienes dones en algún momento en particular.

El estudio inductivo de estos tres importantes pasajes te dará un amplio panorama caleidoscópico de la riqueza tan variada de los dones espirituales mencionada en el Nuevo Testamento: 1 Corintios 12, Efesios 4 y Romanos 12. Si nunca has identificado cuál es tu don espiritual (o dones), o si cuestionas que los dones estén vigentes en nuestra era, te recomiendo enfáticamente que hagas tu propia investigación en estos capítulos llenos de poder. Pocas cosas en la vida (y me atrevo a decir nada en la vida) traen tanta recompensa como descubrir la manera en que Dios te ha llamado, equipado y dotado de forma única para las buenas obras que él ha preparado de antemano para que solo tú andes en ellas (Efesios2:10).

Mientras tanto, aquí tenemos algunos pensamientos acerca de los dones específicos mencionados en Efesios 4. Los cinco dones mencionados ahí, apostolado, profecía, evangelismo, pastorado y enseñanza, comparten un denominador común muy importante. Cada uno de ellos involucra comunicación(es hablado). Por eso estos dones se conocen como los dones del habla.

Si estás inmerso en el liderazgo de jóvenes, hay grandes probabilidades de que tengas un don del habla; posiblemente alguno de los dones de liderazgo que menciona Efesios 4. La comunicación es un elemento clave en el ministerio juvenil, ya sea que estés al frente dando las pláticas o guiando la alabanza, o que seas un voluntario que acompaña a los jóvenes en una relación uno a uno. La comunicación es la comunicación, independientemente de que tu audiencia esté conformada por cientos de chicos o por un puñado de ellos.

Por qué no lo desglosamos un poco más. La evidencia de que el Espíritu Santo te ha equipado para hablar en su nombre tiene poco o nada que ver con el hecho de que te guste hablar, de que detestes o te encante ser la persona que se para al frente, o de que la audiencia o los jóvenes crean que eres bueno. La comunicación sobrenatural se puede dar en una conversación telefónica, al costado de una cancha de fútbol, o en un estudio bíblico de hogar. No limites las formas en las que Dios puede usar tu boca para comunicar sus verdades.

Si después de haber escudriñado las Escrituras y haber hablado con Dios, sinceramente no crees que él te haya dotado para guiar a los adolescentes en un estudio bíblico, entonces considera esto: Tal vez, solo tal vez, no seas el indicado para esa actividad. Posiblemente haya un voluntario o alguien del equipo de líderes o de tu entorno que tenga un corazón dispuesto hacia la Palabra de Dios y amor por los jóvenes. Esa persona puede ser un maestro-discipulador dotado con los dones espirituales que produzca los resultados de Efesios 4 en tu ministerio juvenil. Así que dale toda la libertad para hacerlo.

Extracto del libro Cómo Enseñar la Biblia Con Creatividad

Por Barry Shafer

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