¿Qué apariencia tiene un adolescente que entiende y participa en la lucha espiritual? Permítanme listar varias cualidades que serían parte de su vida:

  1. Tendrá un temor de Dios genuino e interno. Este es el fundamento de una vida espiritual. El temor de Dios es el principio de una vida verdaderamente sabia (Prov. 1:7). El necio no tiene temor de Dios en su corazón, por lo tanto, vive por lo que pueda traer el momento y por lo que sus ojos pueden ver. ¿Qué es el temor de Dios? Es el motivador indiscutible de la persona espiritual. Dios, su presencia, su voluntad y su gloria son la razón para la persona espiritual para hacer lo que hace. Tiene una motivación única en su vida – vivir la vida para agradar a su Señor. No vive para su propio placer o el placer de otros. No vive por aquello que puede poseer. Hace lo que hace porque Dios existe y ha hablado. Este es el único sistema de guía en su existencia. No hace lo que hace porque alguien está observando, o por temor a las consecuencias, sino, al final de cuentas, por un amor y reverencia profunda y adoradora por Dios. El pensamiento de desobedecer a sabiendas y al propósito es impensable para esta personas.

Esto es lo único que mantendrá puros a nuestros adolescentes en los tiempos de tentación cuando no estemos cerca y la presión esté sobre ellos para salirse de los límites establecidos por Dios.

  1. Además del Temor de Dios, pero que está directamente relacionado con él, tenemos la sumisión a la autoridad. Una de las cosas tristes que escucho decir a los padres es, “Paul, por favor, tienes que esperar que los adolescentes se rebelen. Sencillamente es parte del crecimiento”. No creo que alguna vez debamos esperar casualmente o aceptar la rebelión de alguien. ¡Siempre está mal y siempre es peligrosa!

Si una persona teme a Dios será sumisa a las autoridades que Dios ha puesto en su vida. Una persona que no hace caso a la autoridad, habla en contra de la autoridad o busca esquivar a las autoridades en su vida no está aprovechando la ayuda divina para pelear la batalla espiritual. Dios ha puesto a las autoridades en nuestras vidas para restringir el pecado. Una persona que tiene consciencia de su pecado y que desea vivir piadosamente no se irritará en contra de la autoridad. Sino la apreciará y se someterá a ella. Este es el espíritu que deseamos ver en nuestros adolescentes.

Algo no anda bien cuando un adolescente ve a la autoridad como algo negativo o punitivo. Nuestra meta es enseñar a nuestros adolescentes a admitir su necesidad de la autoridad ordenada por Dios y la importancia de su sumisión voluntaria a ella. Lo que queremos es que crezcan para ver a las figuras de autoridad en sus vidas como instrumentos de ayuda, dirección, protección y restricción amorosamente dados por un Dios que conoce sus corazones y la naturaleza de su lucha en este mundo caído. Al final de cuentas queremos que digan, “Mis autoridades son algo que necesito, deseo y por lo que estoy agradecido a Dios por haberlo puesto en mi vida”.

Esta meta puede parecer algo irreal por dos razones. Primero, muchos de nosotros nos hemos acostumbrado tanto a aceptar reacciones negativas por parte de nuestros adolescentes que nos sorprende cuando responden con aceptación, respeto y obediencia voluntaria. En vez de esperar el respeto y estar angustiado en medio de la rebelión, hemos sucumbido ante la creencia cultural de que la rebelión es la norma aceptable en los años de la adolescencia.

 

(CONTINÚA… DALE CLICK ABAJO EN PÁGINAS…)

DEJA UNA RESPUESTA

Por favor ingrese su comentario!
Por favor ingrese su nombre aquí