• .La Cultura establecerá la agenda para la vida. Una agenda es un plan. Se trata de lo que estamos haciendo y porqué lo hacemos. Una agenda siempre expresa las prioridades y valores. Un plan de vida se forma determinando lo que es valioso y diseñando un plan para adquirirlo. La agenda de la vida de una persona en cualquier cultura expresará lo que es importante para esa cultura. Si tuvieras que hacer una lista de prioridades de nuestra cultura, ¿Cuáles escribirías? ¿Cuán diferentes son éstas de tus propias prioridades? ¿Cuán diferentes son de las prioridades bíblicas?

Nuestra cultura siempre expresa su perspectiva sobre lo que es importante, lo que es valioso y los que es «verdadero». Por ejemplo, cuando tu adolescente puede ver una semana de comedias, dramas, noticias, entrevistas televisivas y espectáculos televisivos y nunca escuchan que Dios sea mencionado o se incluya la Biblia en el debate, la cultura les está diciendo poderosamente lo que es importante y lo que no lo es. Imagina la influencia de la televisión sobre un adolescente que ve estos programas tres horas cada noche, veintiún horas a la semana. Eso alcanza como 7700 horas durante sus años de adolescencia. Durante estas horas de bombardeo cultural, usualmente está relajado y no está pensando críticamente. Está inhalando el aire cultural con muy poco pensamiento de protección. La perspectiva de la vida que se le presenta influenciará su punto de vista de la vida y su plan, si inhala la cultura indiscriminadamente y acepta sus prioridades.

¿Cuántas familias cristianas están tan comprometidas con la enseñanza, relaciones, compañerismo y ministerio de su iglesia local que rechazarían un ascenso u oferta de trabajo que los alejaría del cuerpo de Cristo en el cual están comprometidos? La mayoría de las familias cristianas se aventarían al trabajo con la esperanza de encontrar una «buena iglesia» a donde van. Una de las debilidades de la iglesia occidental es que es muy transitoria, es difícil que se desarrollen las relaciones y se reconozcan los dones para que el pueblo de Dios puede hacer lo que él les llama a hacer. ¿Está mal mudarse? ¡No! Pero debemos tomar esta decisión desde el punto de vista de los valores bíblicos y no seguir ciegamente la cultura circundante. No le enseñaremos a nuestros adolescentes a vivir con sus ojos abiertos si nosotros tampoco lo hacemos.

  • La cultura definirá y dará forma a nuestras relaciones. Tales cosas como nuestra perspectiva de la autoridad y el gobierno, nuestra perspectiva sobre el hombre y la mujer y sus papeles, nuestra perspectiva de los niños y su lugar en la sociedad, nuestra perspectiva de las relaciones entre el hombre y la mujer, nuestra perspectiva de la sexualidad, y nuestra perspectiva de los ancianos, son ejemplos de las maneras en las que la cultura le da forma a nuestras relaciones.

Un ejemplo de la influencia poderosa de la cultura sobre nuestras relaciones es la redefinición radical de la familia que ha ocurrido recientemente. El término «familia» solía describir a un esposo (hombre) y una esposa (mujer) que estaban casados (entre ellos), y a sus hijos. Ahora tiene una variedad sin fin y confusa de significados. Tenemos la tentación de pensar que esta redefinición de la familia nunca nos influenciará, pero no necesitamos ver mucho más allá del vasto número de divorcios y familias con sólo un padre en la iglesia para que humildemente recordemos que estamos siendo influenciados.

Para los adolescentes, la influencia de la cultura no es menos poderosa. Hay una presión en nuestra cultura para que los muchachas y los muchachos formen parejas («voy a salir con . . .»). Existe un fuerte énfasis físico en estas relaciones, que es evidente en la razón por la que una persona es considerada como atractiva («Es un mango» o «Es una muñeca») y en el énfasis en la expresión sexual. (La canción dice, «Tengo sed de tus caricias») Ser «sexi» tiende a recibir más votos que ser «maduro». Y en una cultura enfocada en lo físico, decir que alguien tiene una personalidad agradable (lo cual significa que son amables, educados, generoso, pacientes, etc) es el beso de la muerte.

Otra evidencia de la influencia cultural sobre las relaciones es la manera en la que los varones adolescentes tienden a relacionarse entre ellos. Es decir, la imagen machista, arrogante y burlona que tratan de proyectar. Este lenguaje podrido, la torcedura de las reglas y la fanfarronada que dice «lo haré como me de la gana» son alimentados por un torrente sin fin de eventos deportivos y comerciales, que presentan a héroes arrogantes que no respetan a nadie y promueven la filosofía de que si usas los zapatos correctos, tienes suficientes músculos, crees en ti mismo y te aseguras que nadie te estorbe, puedes ser y hacer lo que te de la gana. Por sobre todas las cosas, nunca debes dar la apariencia de timidez o mostrar o reconocer tu debilidad. Este estilo temerario de relaciones masculinas no sólo se ha deslizado a las ligas deportivas de nuestra cultura, sino ha establecido el tono de las relaciones en las calles y pasillos de la vida. No podría ser más atrayente para la naturaleza pecaminosa su materialismo, independencia, arrogancia egocéntrica y poder ostensible. Observa cómo se relaciona tu adolescente con sus coetáneos, hermanos, contigo y otras personas en autoridad. ¿Puedes observar la influencia de la cultura circundante en su estilo de relacionarse?

(CONTINÚA… DALE CLICK ABAJO EN PÁGINAS…)

DEJA UNA RESPUESTA

Por favor ingrese su comentario!
Por favor ingrese su nombre aquí