Pasaje clave: 1º Timoteo 1:12-17.

¿Alguna vez sentiste que Dios se ha cansado de perdonarte?

¿Sientes que su paciencia tiene un límite y que no está dispuesto a darte nuevas oportunidades?

¿Te sigues sintiendo culpable aún después de haberle pedido perdón, una, dos, tres o más veces?

¿Piensas que Dios podría usarte para algo importante a pesar de lo que has hecho?

Lee el pasaje clave y piensa por un momento en la vida de Pablo. Antes de su conversión y de servir a Dios, perseguía y mataba a los cristianos. Era incrédulo, blasfemo e insolente. Pero la gracia de Dios es más grande que el pecado. Por lo tanto, no hay pecado que Dios no perdone, por más terrible y desagradable que pueda ser.

El Antiguo Testamento está lleno de historias de personas como tú y yo, mentirosas, egoístas, envidiosas, rebeldes y desobedientes. Pero cuando confesaron sus pecados y pidieron perdón, Dios las perdonó completamente y usó sus vidas de maneras increíbles.

Esto no significa que ahora pecaremos para probar que, pese a todo, Dios puede perdonarnos y usarnos. Pero ya que todos pecamos, necesitamos pedirle que nos perdone y nos mantenga en el camino correcto. Dios no está buscando superchicas ni superchicos, sino jóvenes capaces de reconocer que han pecado, que su pecado las lastima interiormente y lastima el corazón de Dios, y que necesitan confesárselo y apartarse de él, para ser perdonadas. Sólo a ellos, Dios les dará su perdón y una nueva oportunidad de usarlos para su reino.

Pero hay dos cosas importantes que tienes que saber:

1. El único pecado que Dios no perdona es aquel que no estás dispuesto a confesar. Si no hay confesión, si no hay renuncia, no habrá perdón.

2. Tu enemigo espiritual, Satanás, te odia. Y aunque hayas confesado tu pecado y hayas sido perdonado por Dios, te hará sentir que aún llevas tu pecado. Te hará pensar que Dios está terriblemente enojado por lo que has hecho. Te hará creer que para ti ya no hay perdón. Sembrará en tu mente dudas acerca de Dios (“no me ama”, “no me escucha”, “me castigará”, “ya no le importo”) y se reirá de ti mientras te alejas del amor de Dios. ¡No lo permitas! “En el nombre de Jesús, apártate de mi vida diablo mentiroso”.

Dios tiene el poder de hacer borrón y cuenta nueva con tu vida. ¿Lo crees? Dios es más grande que cualquier pecado que puedas cometer. Su perdón es enorme. Te ama, te perdona y te da una nueva oportunidad. ¿Puedes creerlo?

Dile ahora mismo a Dios: “Gracias Papá celestial por amarme, por perdonarme y darme nuevas oportunidades. Creo que la sangre del Señor Jesús me limpia total y completamente. Creo que borras mis pecados y nunca más te acordarás de ellos. Y para mi no hay ninguna condenación”. Hazlo. Él desea oírte.

Piénsalo

¿Qué te impide recibir el perdón de Dios?

Piensa en un área en la que sigues pecando. Pide perdón y el poder para cambiar. Y desafíate a honrar a Dios por encima de tus propios impulsos y deseos.

Por Edgardo Tosoni

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