Pasaje clave: Hebreos 11.

A veces pensamos que por ser hijos de Dios y tener un Papá poderoso y amoroso de nuestro lado, los problemas desaparecerán inmediatamente. Y más cuando esperamos que Dios conteste todas nuestras oraciones (o deseos) como si fuese el genio de la lámpara mágica.

A esto se le suma la presión que sentimos cuando en medio de las dificultades, escuchamos frases como: “necesitas tener más fe”, o “tal vez no oras lo suficiente”. O, “si realmente eres cristiano no deberías tener estos problemas”. Como si ser hijo de Dios te hiciera inmune a los problemas de la vida.

¡Gracias a Dios, la Biblia dice otra cosa! No necesitamos tener más fe sino poner en acción la que ya tenemos, aunque sea pequeñita como una semilla de mostaza.

¿Sabes qué es fe? Fe es creerle a Dios. Esto es mucho más que “creer en Dios”. Muchísima gente cree en Dios, pero no le creen a Dios. Tu fe se activa y crece cuando le crees a Dios en todo momento y no solo en las circunstancias difíciles.

Si lees Hebreos 11 encontrarás un largo listado de personas que le creyeron a Dios a pesar de los obstáculos.

¿Sabes cómo aprendes a creerle a Dios y a desarrollar tu fe? Veamos algunos ejemplos:

Tienes que preparar, para un examen, una materia que no te gusta mucho. No te sientes seguro. Oras y le pides a Dios una Palabra. Él te dice “Todo lo puedes en Cristo”, “Te doy espíritu de sabiduría y revelación”. Entonces tú le crees y dices: “Estudiaré y aprobaré esta materia porque todo lo puedo en Cristo. Gracias Señor por darme tu sabiduría para preparar ésta materia”. Al hacer esta declaración de fe le estás creyendo a Dios.

Seguramente tus emociones te seguirán haciendo sentir inseguro. No creas en lo que sientes (aunque sea muy real), créele a Dios. Estudia con la seguridad de que Dios te da sabiduría y que en Él puedes aprobar. Si Dios te dice: “Yo estoy contigo, no tengas miedo”. Créele. Di: “En el nombre de Jesús, rechazo esta sensación de miedo porque el Señor está conmigo y nada me pasará”.

En vez de quejarte y de amargarte proclama esta verdad: “A los que aman a Dios todas las cosas les ayudan a bien”. Y algo diferente comenzará a suceder en tu vida.

Demuestras también tu fe, teniendo actitudes de obediencia. Cuando Dios te da una orden, un mandamiento, y lo obedeces, también estas activando fe en su Palabra. Recuerda cuán importante es confiar en Dios, creerle a Él, porque sabe lo que es mejor para ti.

Piénsalo

¿Qué situación difíciles has estado enfrentando últimamente?

¿Cómo puedes aprovechar esas situaciones para poner en marcha tu fe en Dios?

Por Edgardo Tosoni

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