Los medios de comunicación.

Luego de la escuela, es muy posible que el televisor sea la atracción a la que nuestros adolescentes dediquen más cantidad de tiempo. Es importante y decisivo que entendamos que, si bien los medios de comunicación no forman parte de una conspiración mundial de fuerzas ocultas que traman destruir los valores de nuestros hijos, no es menos cierto que estos medios no son ideológica, moral, filosófica ni políticamente neutros. Transmiten los valores, las filosofías y los principios de aquellos grupos, ya sean políticos o económicos, que se encuentran detrás de ellos.

Ni las personas más ingenuas creen hoy en día que los medios de comunicación son neutros. Cualquier lector crítico podría fácilmente decir qué valores y partidos políticos defienden los diarios de mayor circulación de España, Argentina o cualquier otro país hispano parlante. Lo mismo podríamos afirmar de las cadenas de radiofonía o de televisión.

Veamos un ejemplo que puede ser más ilustrativo que mil explicaciones.

En una entrevista publicada en La Vanguardia, uno de los diarios españoles de mayor difusión, José María Benet i Jornet, autor de los famosos «culebrones» de la cadena de televisión TV3, ampliamente seguidos por los jóvenes españoles, afirmaba muy rotundamente: Doy clases de ética a través de mis series. Cualquier conocedor de los contenidos de sus producciones podría afirmar que entre sus contenidos éticos se encuentran: la homosexualidad, la adicción a las drogas, la violencia, el asesinato, el incesto y otros productos de lo que él denomina «nuevas sensibilidades sociales». De la entrevista se deduce que, a través de personajes que ilustran los principios éticos (sic) antes mencionados, Benet i Jornet está haciendo una obra de concienciación de la nueva realidad social.

Algunas personas defienden a los medios de comunicación, afirmando que solo reflejan la realidad social en la que vivimos y que, por lo tanto, no son culpables de llevar a nuestros comedores la realidad social existente allí afuera. Esta afirmación es más que cuestionable. En una obra anterior, Jóvenes españoles 94, el profesor Elzo afirma la capacidad que tienen los medios… de amplificación social, de lograr llegar a mucha gente con un impacto significativo, elevando la «visibilidad» social de lo que emiten y «ocultando» socialmente lo que no nos presentan, que pasa así más inadvertido.

Dicho con otras palabras, son los medios de comunicación los que deciden lo que es real y lo que no lo es, simplemente eligiendo a qué contenidos le darán prioridad informativa y a qué otros relegarán a la inexistencia.

¿La sociedad es tal como la presentan los medios de comunicación? Absolutamente no, pero así es como ellos desean que nosotros creamos que es. Ya lo dijo claramente un antiguo primer ministro israelí cuando afirmó: Los medios de comunicación no reflejan la realidad social, sino que la crean.

Sin duda, algunos de los lectores afirmarán que existe un cierto alarmismo y catastrofismo en la visión que aquí se presenta acerca de los medios de comunicación y su influencia en nuestros adolescentes. Es posible. Sin embargo no creemos que sea así. Pongamos las cosas en perspectiva. Pensemos en un adolescente que se está planteando los valores morales y espirituales de sus padres y que, día tras día, recibe desde los medios de comunicación mensajes que defienden, promueven y presentan como normales y aceptables valores y estilos de vida contrarios, cuando no radicalmente opuestos, a los defendidos por sus progenitores. ¿No supone esto una presión sobre el adolescente en una etapa de tremenda crisis y vulnerabilidad?

El profesor Elzo y sus colegas, personas a las que otorgamos el beneficio de ser especialistas no vinculados emocionalmente con el tema dicen:

La televisión, además de su poder para generar conformidad, emocionalismo y cierta superficialidad, concentra un alto poder de crear «visibilidad social» y una fuerte capacidad de fortalecer no solo los valores existentes, sino de «crear» nuevos, emitiendo unidireccional y sistemáticamente algunos y «omitiendo» total o muy parcialmente otros, con lo que se logra también «modificar» el elenco de valores socialmente relevantes y las pautas de conducta social.

(CONTINÚA… DALE CLICK ABAJO EN PÁGINAS…)

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