“Mata y come”. ¿Cuáles serán nuestros “mata y come” de hoy? ¿Cuáles, concretamente, los paradigmas que tendríamos que cambiar para producir resultados positivos que se reflejen en los jóvenes que ganamos? A continuación veremos algunos de ellos. Podrás añadir a estos ejemplos los que vayas descubriendo que existen en tu propio medio.

Paradigma Número 1: “Mis ovejas son las que están en el redil” (Redil=iglesia).

Permítanme ilustrarles este paradigma contándoles una experiencia que mi marido, Christian, tuvo hace unos años.

En una ocasión él estaba orando por un evento que estábamos organizando para los jóvenes de nuestra iglesia. Estábamos orgullosos de ser los líderes de jóvenes de un grupo de aproximadamente quinientos chicos y chicas, en la ciudad de Mar del Plata. De pronto el Señor le habló a Christian y le dijo que él estaba “cumpliendo la parábola de la oveja perdida a la inversa”. Sorprendido, se preguntó que significaría aquello, cuando sintió que la voz de Dios le indicaba: “Sí, se te escaparon noventa y nueve ovejas y estás cuidando una sola, porque si esa se te pierde, entonces dejarías de ser pastor”.

¡Fuerte, ¿no?! Allí él comprendió a lo que se refería el Señor, cuando miró a la ciudad, con aproximadamente ciento cincuenta mil jóvenes, y luego miró la iglesia, con solo quinientos. Proporcionalmente, eran las noventa y nueve las que estaban fuera del redil y había que ir a buscarlas. Entonces, el paradigma que tuvo de romper fue el de “estos son mis jóvenes”, los de la congregación local, para pasar a ver a los ciento cincuenta mil de la ciudad como todo el rebaño completo.

En otra ocasión (y esta también es una anécdota suya), por el mismo tiempo, tuvo una visión en la que veía un reloj y una brújula. Orando, en una especie de conversación con el Espíritu Santo, le preguntó por el significado de aquellos dos instrumentos. “La brújula es porque estás perdido, y el reloj es porque estás llegando tarde”. Perdido, porque se estaba enfocando solamente en el grupo juvenil de la iglesia, cuando la necesidad más grande estaba afuera; tarde, porque cuando un joven se suicida o una chica aborta o entra en las drogas es porque el diablo llegó primero. (No vayan a pensar que el Señor siempre le habla así, pero creo que Él necesitaba sacudirlo para poder cambiar sus paradigmas).

Muchas veces creemos que estamos haciendo lo correcto, cuando en realidad estamos tan encerrados en nosotros mismos que no podemos ver claramente la realidad. Como si usáramos lentes que distorsionan nuestra visión. Es que los paradigmas son como lentes que nos ponemos en diferentes ocasiones. Algunas veces usamos las gafas oscuras, y nos tornamos pesimistas. Otras, vestimos los lentes de aumento, y vemos las cosas sobredimensionadas.

Necesitamos un cambio de paradigmas. Necesitamos un cambio de lentes.

Extracto del libro “Tribus Urbanas”

Por María J. Hooft

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