Estrategias para impulsar un corazón para Dios

Si la meta suprema para nuestros adolescentes es un corazón para Dios, entonces necesitamos preguntarnos qué cosas prácticas podemos hacer para esto en ellos. Como en todo lo demás, si es que vamos a ser exitosos, necesitamos saber a donde estamos yendo y cómo llegar allí. Permíteme sugerir varias cosas que puedes hacer para alentar un hambre por Dios en tus adolescentes. Ten en cuenta que todas estas cosas también se pueden aplicar a niños menores, pero son de importancia particular durante los años de la adolescencia.

  1. Haz que el culto familiar sea una prioridad y hazlo atractivo. Esto implica, primero que nada, que captes la atención de tus hijos. Implica atraerlo e involucrarlo. También significa atraerlo y ganarlo hacia la voluntad y el camino de Dios. Para lograr esto, nuestros tiempos de culto familia necesitan ser agradables, relevantes, desafiantes e interactivos. El culto familiar no necesita ser una faena monótona y aburrida para nuestros hijos; puede ser un tiempo familiar agradable que está centrado en la Escritura. Permíteme mencionar algunas cosas que hemos hecho para involucrar a nuestros adolescentes.

Hemos tratado de mantenerlos interesados y desafiados usando buenos libros cristianos como la base de nuestra instrucción y discusión. He encontrado que mucha de la literatura cristiana devocional orientada a los adolescentes es demasiado superficial y muchas veces, basado en demasía en la psicología. (Por ejemplo, mucho de esta literatura trata de la autoestima, una categoría que no se encuentra desarrollada fuertemente en la Escritura). Nuestra familia ha buscado libros buenos, prácticos y divertidos que están orientados a los adultos y los leemos a nuestros hijos. Unos buenos ejemplos de éstos son las obras de Steve Brown y Max Lucado.

Me anticipo en la lectura del libro y adapto el vocabulario al nivel de los niños menores que participarán en el devocional. El propósito es hacer que el libro sea entendible para los menores y, sin embargo, sea desafiante conceptualmente para los mayores. He recomendado a Steve Brown y a Max Lucado porque son excelentes contando historias y constantemente construyen puentes entre la verdad de Dios y la vida diaria.

Al estar desafiando a tus adolescentes en el culto familiar, haz que estos tiempos sean momentos de conversación. Haz que hablen para ver si entendieron, para ver si tienen dudas o confusión, y para ver si pueden conectar las cosas discutidas con lo que está pasando en sus propias vidas.

Hemos encontrado que pasar tiempo en Proverbios y los Evangelios es muy útil para mantener interesados a nuestros adolescentes. No podrás encontrar otra porción de la Escritura más práctica que el libro de Proverbios. Literalmente, es imposible leer un capítulo que no hable directamente de las cosas que enfrenta cada uno de nosotros. Los proverbios a menudo inician buenas discusiones.

Los Evangelios también tocan la vida real. Dios ha venido en carne, y camina entre la gente, involucrándolos en una consideración de las verdades del reino de Dios. Cristo, el experto en preguntas, el experto en relatar historias, el experto en ilustrar, puede captar la atención de tus adolescentes cuando los estés ayudando a entender los asuntos importantes de los que habló.

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