Pasaje Clave: Jueces 11:29-40

Sin pausas continúa nuestra historia. Terco el rey amonita (vs.28).

CON EL ESPÍRITU SANTO ES MÁS FÁCIL
¿Quién viene sobre la vida de Jefté? (vs.29)
Recuerda algo importante: En el A.T., el Espíritu Santo no habitaba en la vida de las personas, no hacía morada en ellos, no se quedaba a vivir en sus vidas. El Espíritu iba y venía, daba poder, daba palabra, daba fuerzas sobrehumanas para hacer proezas y se retiraba. Volvía a venir sobre las personas escogidas, éstas cumplían el propósito asignado, y el Espíritu se iba nuevamente. ¿Y por qué? Porque aún no había nacido, muerto y resucitado el Señor Jesús.
Hoy, en cambio, si Jesús es nuestro Señor y salvador, el Espíritu Santo vive en nosotros, habita en nosotros para siempre. Nunca se irá. Nunca nos abandonará. Y con él en nuestras vidas, ¡todo es más fácil!
Mi pastor, Daniel Cattaneo, escribió lo siguiente en uno de sus devocionales diarios: “Viene un nuevo capítulo sobre tu vida. Algo nuevo trae el Espíritu Santo, es el mismo Espíritu, pero es algo nuevo. Es el mover de Dios en un soplo diferente para la misión y la época particular que ahora estoy viviendo. ¿Puedes creerlo para ti?” (@CattaneoDani)
Si tienes al Espíritu Santo, entonces tienes todo lo que necesitas para vivir una vida completa. Sí, obvio, tendrás que tomar decisiones correctas, tendrás que elegir lo que te sana, tendrás que alejarte de todo lo que te enferma y te frena en tu vida, pero con Él es más fácil. Él es tu amigo, tu consolador, tu ayudador, tu guía, tu maestro. De Él recibes el poder, el amor y el dominio propio que necesitas para vivir tu vida a full. No lo ignores.

¡¡PIENSA ANTES DE HABLAR!!
Hasta aquí todo bien con Jefté… Hasta aquí… Porque el tipo se apresuró en hablar. ¿Qué le promete a Dios? (vs.30-31)
¿Qué sucede luego? (vs.32-33)
¡Wooww! Las palabras de Jefté “suenan reespirituales” pero tienen cero revelación de Dios. ¡Dios no acepta sacrificios humanos! Jefté se la da de espiritual pero no anticipa las consecuencias terribles de sus palabras.
Que alguien “suene” espiritual y bíblico no significa que lo sea.
¿Quién es la primera persona que sale a recibirlo luego d su victoria? (vs.34)

Ella es feliz… Ella danza, baila y festeja… Ella es virgen y enamoradiza…
Ella sueña con ese chico que la amará y a quién amará…
Ella habla con sus amigas de sus muchos planes y sueños…
Ella disfruta cada momento…
Ella ama a su papá… Ella es única para él…
Ella es feliz…

Hasta hoy…
¿Cómo reacciona su padre cuando la ve y qué le dice él? (vs.35)

Ella acepta su cruel destino…
Ella se somete a la palabra con la que fue marcada…
Ella ya no ríe ni festeja…
Ella habla con sus amigas de su gran dolor…
Ella vaga sin consuelo hacia su cruel final…
Ella llora su virginidad… Ella llora por aquel chico a quien nunca amará…
Ella llora por los sueños que no cumplirá…
Ella llora por su papá… Ella llora por sí misma…
Ella no es feliz… A ella solo le queda morir…

¿Cómo termina esta tristísima historia? (vs.39-40)
Un padre sin revelación de Dios, con una bocaza muy grande y sin pensar en las consecuencias de sus palabras, le acaba de arruinar la vida a su hija.
Pero no sólo arruinó la vida de su única hija, sino también su propio legado. Por ignorante, Jefté destruyó a sus futuras generaciones. Ningún hijo hablaría de él, ningún nieto lo recordaría, ningún bisnieto se sentiría orgulloso por su gran victoria sobre los amonitas. Nadie de su sangre.
Lo más patético es que Jefté jamás reconoció su error, incluso parecería que culpa a su propia hija de haber salido primera a recibirlo (vs.35).
¿Lo hizo a propósito? No. No lo hizo a propósito… pero lo hizo.
¿Quería arruinarle el futuro a su hija? No. No quería… pero se lo arruinó.
Hay padres y madres así. Con sus palabras de juicio, de descalificaciones, de manipulación, de insultos, de comparaciones, de miedos, de sobre-protección, marcan negativamente a sus hijos, le truncan su futuro. Determinan para ellos un destino de enfermedad, de miedo, de escases, de inutilidad, de fracaso. ¿Lo hacen a propósito? La mayoría de los padres, no, algunos sí… pero lo hacen. Que tu destino, tu futuro, tus sueños, estén marcados por la mirada y la palabra de Dios, entonces te irá bien. Piénsalo.

Extracto del libro Desafíos para Jóvenes y Adolescentes: Jueces.

Por Edgardo Tosoni

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