Cumbieros y tropicales: A los varones se los distingue por su ropa colorida, sus cadenas doradas y su estéreo siempre al máximo volumen sonando canciones pegadizas. Son alegres y andan por ahí “Livin’ la vida loca”. La estética femenina pone de manifiesto los atributos de las chicas: polleritas muy cortas, blusas anudadas en la cintura o musculosas cortas, cabellera siempre larga y suelta. El género tropical incluiría el reggaetón, en cierto modo por el estilo de vida de sus seguidores.

Cumbia villera: Si bien podría estar abarcado en la clasificación general anterior, por la casi similitud de su vestimenta, códigos y lugares que se frecuentan, tiene aspectos muy distintivos dignos de mencionar, ya que no es básicamente el género musical lo que prima, sino el fenómeno social subyacente. Los participantes de esta tribu (netamente argentina, pero con equivalentes en el continente), en su mayoría pobladores de las villas de emergencia, encuentran en las letras una forma de escape, una vía de protesta. Los villeros/as suelen usar remeras de su club de fútbol, rosarios de plástico del color de su club y pantalones de jogging (las chicas bien subidos y ajustados).

Hip hoppers y rapperos: Se los llama también B-Boys, bailan break dance, hacen piruetas y andan “graffiteando” cuanta pared virgen encuentren. Usan pantalones “bolsilludos”, y remeras varios talles más grandes, gorrita para atrás, muchos anillos y cadenas, “zapatillones” caros sin atar los cordones y con la lengüeta sobresaliendo; los chicos son musculosos y están muy asociados al género skater. Eminem es el ícono máximo por su historia. Ellos dedican mucho tiempo a elaborar las letras que componen con un sentido de crítica social. Originalmente son una tribu de protesta, pero actualmente muchos chicos adhieren más bien por la onda.

Skappers: Los fans del ska, que tiene orígenes jamaiquinos, suelen vestir con ropa a rayas o cuadros blanco y negro o también pueden usar indumentaria elegante como trajes. Generalmente se mezclan y confunden con los punks, grunges o heavies, con quienes no tienen muchas diferencias. En Latinoamérica no es una tribu muy difundida, pero tiene sus fieles y sus bandas locales. Actualmente el género no se encuentra en su forma más pura, sino que se combina generando hibridaciones con el rock, punk, reggae, etc. Algunas veces se involucran en actos de violencia.

Skaters, bikers y traceurs: Estos últimos, cultores del parkour, un nuevo deporte extremo urbano. Comparten vestuario: ropa grande y cómoda, gorra al revés, lentes de sol, tatuajes y aros; escenarios y filosofía “lúdica-adrenalínica”. Se reúnen en torno a plazas, monumentos con escalinatas y todo lugar donde la topografía urbana les permita ensayar sus maniobras. Son exigentes consigo mismos en cuanto a alcanzar las metas propuestas. Les gusta la música con mucha fuerza y se dicen, en general, fanáticos del hardcore para energizarse y el ska para poner una cuota alegre.

Darks, mansons, góticos y alternodarks: son los oscuros habitantes de la noche. Los góticos son ultra barrocos. Suelen vestirse con ropa de estilo medieval, con puntillas, volados, encajes, botones forrados, ropa larga y símbolos sacros. Todos de negro, a rabiar. Los seguidores de Marilyn (no la Monroe, por si acaso) se pintan la cara de blanco y los labios y uñas de negro, se delinean los ojos, emulando rasgos de muerte. Son rebeldes al sistema pero no violentos. Suelen reunirse cerca de cementerios o catedrales góticas, porque allí encuentran silencio y paz.

Extracto del libro Tribus Urbanas.

Por María J. Hooft.

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