Los beneficios de este acercamiento educativo

Nos provee concentración y continuidad

Los tres acercamientos educativos que mencionamos hasta ahora se encuentran limitados por el tiempo. Los grupos pequeños, las entrevistas personales de acompañamiento espiritual y las reuniones del grupo de jóvenes tienen una duración limitada y una periodicidad en el tiempo.

Un encuentro de grupo pequeño puede durar, incluido el tiempo informal y de comunión, tres horas, en el mejor de los casos. Sin embargo, en una situación óptima, este grupo solo se reunirá una vez a la semana. En algunos lugares, los compromisos de los participantes hacen que la periodicidad sea menor y únicamente puedan reunirse quincenalmente.

Asimismo, mencionamos que los jóvenes necesitan cierta extensión de tiempo para poder madurar espiritualmente. Además, también nosotros, como responsables de sus vidas, necesitamos que esos encuentros tengan continuidad en el tiempo. Esto es importante para que puedan estar bajo nuestra influencia y de ese modo incidir sobre ellos a través de nuestras vidas y enseñanzas, y poder causar un impacto. Así que, tanto los jóvenes como nosotros precisamos que esos encuentros tengan continuidad en el tiempo, porque de esa manera nuestra influencia e impacto espiritual será mucho mayor que si trabajamos en los momentos fraccionados que nos proporcionan las actividades semanales de la iglesia local.

Pensemos en un retiro breve de un fin de semana. Si el grupo sale el viernes a la tarde y regresa el domingo a la noche, habrán pasado 48 horas juntos (o sea, 38 horas concretamente, porque el resto del tiempo será de descanso), sin tener que esperar hasta las vacaciones y sin tener que organizarlo con muchos meses de anticipación.

Para pasar juntos 38 horas a través de los demás acercamientos, se necesitan:

El retiro o campamento nos brinda un espacio para estar concentrados en Dios.

Tanto los adultos como los jóvenes vivimos en una sociedad que cada vez nos impone mayores exigencias de tiempo. Muchos jóvenes están demasiado atareados con sus estudios, trabajos o ambas cosas al mismo tiempo. Sin duda, el tiempo es uno de los bienes más preciados del momento en que nos toca vivir. Existe un sentir generalizado de que falta tiempo para poder hacer todo aquello que uno querría o debería hacer.

Dedicar tiempo a concentrarnos en el Señor no es un lujo, sino una necesidad vital. Sin embargo, no siempre podemos dedicar el tiempo que desearíamos o necesitaríamos. Las demandas de tiempo a las que nos vemos sometidos, a menudo, lo impiden.

El campamento, encuentro o retiro puede ser un tiempo muy especial y significativo para poder concentrarnos en buscar al Señor y pasar tiempo en su presencia. Usar este acercamiento educativo nos permite detener la carrera en nuestra vida cotidiana, alejarnos del mundanal ruido y de todas aquellas situaciones diarias que luchan por nuestra fidelidad y dedicación. Se pueden dejar de lado las preocupaciones cotidianas durante unos días, para que la mente y espíritu se dediquen a conocer al Señor, a buscarlo y a aprender de él.

Nos permite crear un ambiente educativo propicio

Explicamos anteriormente que el ámbito en el que se desarrolla el proceso educativo con los jóvenes es esencial. Aunque este pareciera no tener ningún valor pedagógico o espiritual en sí mismo, en buena medida determina la eficacia de todo el trabajo y el impacto espiritual que pretendemos lograr en la vida de los jóvenes.

El ambiente es el hilo conductor que posibilita la transmisión de los valores espirituales. Es la tierra fértil en la que podrán germinar las semillas de Cristo que pretendemos sembrar en sus corazones. Para que una planta pueda crecer necesita el ambiente adecuado, con ciertos ingredientes combinados en la proporción correcta. Tanto la escasez como el exceso de agua, luz, temperatura y otros factores, pueden resultar igualmente perjudicales. Se hace necesaria una combinación adecuada para que la planta pueda crecer.

Este acercamiento educativo nos posibilita crear un ambiente que se caracterice por el amor, la espiritualidad, la aceptación, la comprensión y el desafío espiritual; todo lo cual, como veremos posteriormente, favorece y permite el crecimiento y la madurez espiritual

Permite la integración y el desarrollo de amistades

Félix conoció a su esposa en un campamento para estudiantes. Y no se trata un caso aislado. Los campamentos son un semillero de noviazgos y profundas amistades entre muchachos y muchachas. De hecho, dejando de lado las bromas, esa es la motivación que lleva a muchos jóvenes a participar de este tipo de actividades. Si bien esa no debería ser la única motivación, se trata de un estímulo genuino. La amistad es uno de los ingredientes más importantes para la vida de cualquier joven, y poder satisfacerla en un campamento, encuentro o retiro es una motivación legítima que no deberíamos juzgar ni condenar.

Los encuentros, retiros y campamentos posibilitan el desarrollo de amistades profundas que pueden tener una influencia determinante en la vida de muchos de ellos. Tanto jóvenes como adolescentes pueden enfrentar desafíos y decidir comprometerse a vivir vidas mucho más consagradas y dedicadas al Señor. Todo joven necesita encontrar un grupo en el que pueda desarrollar amistades. Si no encuentra esa posibilidad en el contexto de la iglesia, lo buscará afuera, en otros lugares. Estas actividades proveen muchas oportunidades para conocer a otros, buscar y finalmente encontrar buenas amistades.

Por otro lado, este acercamiento educativo permite la integración de personas nuevas, tanto cristianas como no cristianas, en el contexto del grupo de jóvenes. La posibilidad de convivir durante varios días de forma continua con otros jóvenes los ayuda notablemente a romper muchas de las barreras e inhibiciones que les impiden integrarse en un grupo.

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