ADOPCION DE UN ABUELO

Este es un magnífico proyecto de servicio que puede realizar­se sin alejarnos de casa. Se aplica mejor a los jóvenes más maduros, que estén dispuestos a comprometerse a largo plazo.

Luego de visitar un asilo o casa para personas mayores, que normalmente son poco visitadas, presentemos una idea al grupo. Preguntemos a los jóvenes si estarían dispuestos a adoptar a una o más de estas personas ancianas como abue­los o abuelas. Esto incluiría visitarlos de un modo regular, recordarlos en ocasiones especiales, llevarlos a pasear cuando sea necesario, y simplemente comportarse con ellos como un buen amigo durante un período largo de tiempo, tan largo como sea posible. Este proyecto debería incluir momentos en que los jóvenes dialogaran entre ellos para evaluar su avance y descubrir cuáles son los problemas que se enfrentan con mayor frecuencia. Para la mayoría de los jóvenes esta será una experiencia en extremo gratificante, y las personas mayores lo apreciarán inmensamente. (Willam C. Moore).

FIESTA PARA MAYORES DE 65

Esta propuesta consiste en que los jóvenes de la iglesia orga­nicen una fiesta para los miembros ancianos de la comuni­dad. Que organicen juegos, sirvan refrescos, canten canciones de tiempos pasados, y realicen actividades con ellos, en lugar de convertirlos solamente en público. Este maravilloso pro­yecto de servicio provocará que las personas mayores se sien­tan un poco más jóvenes y ayudará a los adolescentes a valo­rar a los ancianos. (Dawn Boyd).

ALMUERZO SACRIFICIAL

Algún domingo, después del culto, podemos servir al grupo de jóvenes un almuerzo sacrificial, compuesto de arroz y té (dieta asiática) o frijoles, pan y agua (dieta centroamericana). Cobremos a cada asistente por el almuerzo y enviemos todo el dinero a una de las tantas organizaciones que se ocupan del hambre en el mundo. Utilicemos también videos, literatura, pasajes bíblicos, música, poemas, y experiencias narradas por alguien que haya visto los resultados del hambre. (Don Masón).

CLUB A.P.M.

A.P.M. significa Ayuda para Personas Mayores, y el Club A.P.M. es un programa para que adolescentes y adultos tra­bajen juntos en ayudar a los mayores con trabajos que ellos no pueden realizar por sí mismos. Este ministerio debe tener una continuidad, a diferencia de otros que son eventos únicos. Que los adultos especializados entrenen a los jóvenes para hacer trabajos de carpintería, plomería, electricidad, tapicería, o lo que sea necesario, y les brinden dirección y supervisión mientras realizan el trabajo. Los chicos más jóvenes pueden desarrollar tareas como lavar ventanas y paredes, barrer hojas, mover nieve con la pala, trasladar muebles, escribir cartas, y cosas por el estilo. Muchas otras personas que deseen partici­par, pero en un modo menos directo, pueden proporcionar ayuda financiera, traslados en automóvil o camión, y otras tareas de apoyo. Lo importante es que todo esté prolijamente organizado y se lleve a cabo en un modo regular. Muchos organismos dedicados a las personas mayores pueden sumi­nistrar información acerca de dónde se encuentran las necesi­dades más grandes, e informar a los ancianos de la comunidad que este servicio se encuentra disponible en forma gra­tuita o a un costo muy bajo.

Un programa como este no solo proporciona una ayuda valiosa a los abuelos, que de otro modo deberían pagar por la realización de estos trabajos, sino que también genera para los jóvenes la oportunidad de dar algo significativo y de construir relaciones con un segmento de la sociedad que a menudo ignoran. (Terry Stoops).

FIESTA DE HORNEADO DE PANES

Pidamos a los chicos de nuestro grupo de jóvenes que reúnan todos los ingredientes necesarios para preparar montañas de panes; tanto panes grandes como panecillos. Luego organicemos un sábado de horneado de panes. Primero, que los chicos pre­paren la masa y la coloquen en fuentes para horno para dejarla leudar. Mientras esperamos que leude, los chicos pueden jugar y socializar. También podrán seguir con la recreación cuando metan los panes en el horno y mientras se cocinen.

Una vez que el pan esté listo, preparemos algo de sopa y ten­gamos un almuerzo con sopa caliente y pan recién horneado. Podemos pedir a cada uno que lleve una lata de sopa (de cual­quier tipo) y mezclarlas todas en una gran olla. Luego del almuerzo, envolvamos los panes que sobraron, que deberían ser bastantes, y visitemos las casas de algunas personas ancianas de la iglesia. Pasemos unos breves momentos conversando con ellos, y dejémosles un pan recién horneado y una notita de aprecio, algo como: «Gracias por ser parte de nuestra fami­lia en Cristo». Ellos se sentirán felices, y verdaderamente se establecerán relaciones entre los jóvenes y los ancianos. El grupo podrá terminar el día con una puesta en común de lo que sucedió cuando visitaron a las personas mayores, y tal vez con una lección bíblica relacionada con el pan. (Jim Eider).

Extracto del libro Campamentos

Por Autores Varios

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