Excelentes propuestas para que los adolescentes y jóvenes se involucren con las personas mayores.

AYUDA EN EL INVIERNO

Barrer las hojas secas es solo el comienzo de todo lo que nece­sita hacerse durante el invierno a favor de los asilos y las perso­nas mayores de la iglesia, especialmente si vivimos en latitudes frías. Antes de que llegue el clima helado, los chicos pueden acondicionar ventanas y puertas para que no entren el viento y el frío, cubrir los muebles del jardín o trasladarlos bajo techo y arreglar las persianas, tareas todas difíciles y aun imposibles para las personas mayores, pero que tan solo les llevaría una hora o dos de trabajo a algunos jóvenes dinámicos.

Y no nos olvidemos de los mayores en la primavera siguien­te, cuando las casas tengan que ser reacondicionadas para el clima cálido y el césped necesite ser cortado. (Howard Chapman).

CENA PARA VIUDOS Y VIUDAS

Para juntar a los adolescentes con las personas mayores de la iglesia, hagamos que el grupo de jóvenes planifique, prepare y sirva (en mesas, no en estilo buffet) una cena para los viudos y viudas. Luego de la cena, ofrezcamos diversión: películas viejas, canciones grupales, juegos. Aquellos chicos que no estén for­mando parte del espectáculo pueden hacerse cargo de limpiar y ordenar todo. Las personas agasajadas estarán muy agradecidas, y los chicos disfrutarán tanto de la diversión, ¡que incluso tal vez se convierta en un acontecimiento anual! (Dawn Cahili).

MINISTERIO DE ALARMAS CONTRA INCENDIOS

Este proyecto de servicio podría literalmente salvar vidas. Vayamos con los jóvenes a instalar detectores de humo a bate­ría en las casas de las personas mayores de la comunidad.

Primero, decidamos cómo costear o donar los detectores y las baterías. En la época de Navidad muchas tiendas suelen vender con grandes descuentos. O, lo que es mejor, el jefe de bomberos local a menudo tiene contactos con proveedores que donarían los detectores con la condición de que el grupo que haga las instalaciones entregue una lista con las personas que recibirían el servicio.

Segundo, preparemos una lista de personas mayores que podrían necesitar este servicio. Luego realicemos una encues­ta telefónica preguntando a esas personas si aceptarían que los adolescentes concurrieran a sus casas para instalar el detector de humo en forma gratuita. Los jóvenes también podrían chequear las baterías de los detectores que ya se encuentren colocados en las casas. Coordinemos un horario (habitualmente una tarde de domingo o de sábado) en el cual las personas podrían estar en casa para recibir al equipo de servicio.

Tercero, averigüemos si el jefe de bomberos puede propor­cionar también diapositivas, videos, u oradores voluntarios que vengan a la reunión una semana antes del proyecto para sensibilizar a los jóvenes con respecto a las prácticas de segu­ridad contra incendios y también acerca de los riesgos especí­ficos que enfrentan las personas mayores. Un número des­proporcionado de incendios ocurre en las casas de las perso­nas mayores, por lo que este proyecto significa la diferencia entre la vida y la muerte. (Mark Forrester).

BANQUETE INTERGENERACIONAL

Esta actividad es al mismo tiempo un proyecto de servicio y una actividad divertida para los grupos de jóvenes. Los chicos organizarán un banquete completo, con espectáculo y todo, e invitarán a los miembros ancianos de la iglesia para que con­curran como invitados. Los jóvenes pueden mandar a hacer la comida, llevar cada uno algún alimento, o prepararla ellos mismos. Sin embargo, a menudo es mejor que los chicos no tengan que pasar demasiado tiempo en los preparativos de la comida, ya que necesitarán el tiempo para estar con sus invi­tados.

Cada adolescente tendrá asignado un grupo de personas a las que pasará a buscar por sus casas, las llevará de regreso, y se sentará con ellas durante el banquete. Se enviarán invita­ciones a las personas ancianas junto con tarjetas de R.S.V.P. (confirmación de presencia) que deberán retornar a la iglesia. Tengamos en cuenta que debemos planear un menú que los miembros mayores puedan comer, y preparar un espectáculo breve y animado. Para asegurarnos de lograr una velada exi­tosa, planifiquemos todo con algunas semanas de anticipa­ción y hagamos una buena promoción. Una iglesia organizó esto por dos años en forma consecutiva, con una asistencia de más de ciento setenta y cinco de sus miembros ancianos cada año. (Larry Osborne)

RIIING… ¡POSTRE!

“Querido: Usted acaba de convertirse en un beneficiario de «Riiing, ¡Postre!». El grupo de jóvenes de la iglesia pensó que usted podría disfrutar un delicioso pastel preparado por una magnífica cocinera de nuestra propia congregación. ¡Qué lo disfrute y que Dios lo bendiga!”.

Riiing, ¡postre! es un proyecto de servicio divertido para nues­tro grupo. Pidamos a los chicos que busquen personas de la iglesia que puedan donar varios pasteles, tartas, y otros postres. Luego permitamos que los chicos lleven los postres hasta la puerta de las casas de algunas personas mayores, o de los asilos, que toquen el timbre, y que corran. Las personas bene­ficiadas abrirán la puerta y encontrarán un pastel y una pequeña nota como la que se muestra en la ilustración. ¡Intentemos con un pastel en la puerta del departamento de policía! (Jim Halberc)

Extracto del libro Campamentos

Por Autores Varios

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