El PRIMER DÍA

El día más importante en un campamento es el primero. Asegurémonos de que la primera impresión sea la mejor posible. Brindemos abundante y buena comida, actividades variadas que los entusiasmen y tengan un contenido de calidad. Permitamos a los acampantes suficiente tiempo libre como para conocer y explo­rar los alrededores. Si el viaje fue largo, planifiquemos reuniones más cortas y proveámosles bastantes actividades. El primer men­saje debe ser más bien sencillo, para permitir a los acampantes la oportunidad de conocer al orador como persona y al mismo tiem­po recibir un adelanto de los temas a ser tratados más adelante.

REUNIONES

A. Reunión matutina: La reunión matutina tiene que planificarse como para obtener la mayor participación posi­ble de los acampantes. Las siguientes sugerencias representan algunas de las formas más eficaces de lograrlo:

Antes de la reunión de la mañana, tengamos un tiempo devocional, personal o por habitaciones, para estudiar y debatir el pasaje al que se referirá más tarde el orador. De este modo, los acampantes podrán aportar lo que aprendieron allí durante la reunión.

Preparemos una breve dramatización para representar delante de todo el grupo, que plantee un dilema sin resolver. Luego dividamos a los acampantes en pequeños grupos para que debatan sobre la dramatización; podemos separarlos por habitaciones o con otro criterio a elección. Juntemos a todos nue­vamente para que expresen sus conclusiones. Tal vez ellos pue­dan representar la dramatización otra vez, cambiándola del modo que deseen.

B. Seminarios: Los seminarios son sesiones de una hora u hora y media, que tratan sobre temas especializados. Puede haber seminarios abiertos (sin límite en cuanto al número de asis­tentes) o seminarios cerrados (con asistencia limitada). Se debería ofrecer una variedad de seminarios para que los acampantes tuvieran opciones en cuanto a los temas entre los que elegir. Los seminarios pueden orientarse hacia la teología (sobre el Espíritu Santo, la justicia de Dios), enfocarse en temas cotidianos (como el materialismo o el sexo), o basarse en estudios bíblicos (pasajes de Romanos, los evangelios, y otros). Los seminarios de asistencia limitada pueden ofrecer «tarjetas de ingreso» a los acampantes según su orden de llegada. Cuando se complete el cupo del semi­nario, el resto tendrá que asistir a su segunda opción. El número total de «tarjetas de ingreso» de todos los seminarios debe ser igual al número de acampantes.

C. Reunión vespertina: Esta reunión es la más importante del día. Debemos lograr que sea también la más esperada. Una reunión como esta incluye mucho canto, buena diversión y música especial, en la que se perciba calidad y variedad. No debe durar más de una hora y media.

D. Diversión a la hora del almuerzo: La hora del almuerzo puede y debe ser el punto focal de diversión e información. Podemos incluir en esos momentos los anuncios sobre los horarios de las actividades que se desarrollarán duran­te la tarde, los acontecimientos especiales, los puntajes de las competencias, la limpieza de las habitaciones, los cumpleaños, las dramatizaciones, algunos trucos y entretenimientos, y cosas semejantes. El siguiente modelo es un típico ejemplo de humor a la hora del almuerzo:

Desfile de moda del inspector de limpieza. Todos los accesorios serán exhibidos como en un desfile de modas por el inspector de limpieza. Estará integrado por las prendas halladas dispersas por ahí al revisar las habitaciones. El inspector de limpieza se colocará todas las prendas al mismo tiempo. Seguramente lucirá una buena combinación de trajes de baño, pijamas, camisones, y otras cosas. Debe vestirse con cuidado, de modo que al quitarse una prenda y entregarla a su dueño (que estará reclamándola), la siguiente prenda se vea por primera vez. Por ejemplo, podría colocarse un traje de baño cubierto por unos pijamas, cubiertos por un camisón largo.

Extracto del libro Campamentos

Por Autores Varios

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