Nuestra preocupación por la seguridad de un joven que es encomendado a nuestro cuidado debería motivar a los líderes juveniles a estar adecuadamente preparados para emergencias. Un conocimiento funcional de primeros auxilios puede significar la diferencia entre la vida y la muerte en circunstancias críticas.

  • Si la persona está consciente, no permitas que se duerma. Mantenla hablando y tan alerta como sea posible. Averigua qué droga(s) ingirió y en qué cantidad.
  • Si la persona está inconsciente o en coma, revisa su respiración. Asegúrate de que la garganta esté libre de obstrucción. Revisa su cuerpo para ver si posee algún collar, brazalete, o tarjeta médica de emergencia que identifique una condición médica que podría haber causado los síntomas que estás viendo. De otra manera, busca botellas, frascos de pastillas, o cualquier otra evidencia de lo que pudo ingerir o inyectarse.
  • Pregúntales a sus amigos qué podrían saber, a pesar de que sientan temor de responder por miedo a meterse en problemas.
  • Si eres capaz de identificar lo que ingirió o se inyectó y tienes un teléfono a tu disposición, llama a emergencias, o al centro de control de envenenamiento, o a un hospital y pide instrucciones acerca de qué hacer ahora.
  • Si no tienes acceso a un teléfono y puedes conseguir ayuda en un período de tiempo relativamente corto, no induzcas el vómito.
  • Si la persona está consciente y ha tomado una sobredosis en un período de dos horas, diluye el veneno o las drogas en el estómago con dos o tres tazas de agua.
  • Si la sobredosis fue inyectada, limpiar el estómago será de muy poca ayuda.
  • Lleva a la persona al hospital o clínica de emergencia más cercano lo antes y lo más seguro posible. Lleva cualquier botella vacía o frascos de las pastillas que sospechas que tomó.
  • Asegúrate que otra persona vaya al hospital con el conductor y la persona con sobredosis para que él o ella puedan monitorear la respiración y proveer asistencia si el joven vomita.

Extracto del libro Cómo Ayudar a Jóvenes en Crisis.

Por Jim Hancock y Rich Van Pelt

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