Definición y uso que Jesús les dio

Los acercamientos educativos son recursos que podemos utilizar en el proceso de la pastoral juvenil; son canales o rutas a través de los cuales llevamos a cabo el proceso educativo. En el ministerio de Jesús, nuestro modelo, podemos rastrear cuatro acercamientos educativos básicos: los grupos grandes; los grupos pequeños; el acompañamiento espiritual; y los campamentos, encuentros o retiros. En los siguientes capítulos desarrollaremos con detenimiento cada uno de ellos. Aquí veremos algunas ilustraciones bíblicas y daremos una breve explicación de cada uno.

Los grupos grandes

Un veloz repaso mental por los evangelios nos sirve para recordar que Jesús dedicó parte de su tiempo a las multitudes. El Sermón del Monte (Mateo 4:24-5:2; Marcos 3:7-13; Lucas 6:17-20), ocasión en la que una gran multitud se reunió a su alrededor, y en la que él les transmitió información acerca del reino de Dios, ha de ser, sin dudas, el ejemplo más emblemático de este acercamiento. Otros ejemplos son las predicaciones relacionadas con la multiplicación de los panes y los peces, y su enseñanza cotidiana en el templo o las sinagogas. En cada caso vemos un mismo sermón transmitido a todos sin distinción.

Aquí el enfoque no está puesto precisamente en el tamaño del grupo. No necesariamente un grupo se convierte en «grande» por incluir determinada cantidad de integrantes, sino por la heterogeneidad de las personas que lo componen, es decir, por su diversidad. En un grupo grande es normal encontrar diferentes niveles de interés, compromiso, crecimiento y necesidades.

Un acercamiento de este tipo no permite satisfacer las necesidades concretas e individuales de cada persona. Si no se quiere correr el riesgo de dejar afuera a un sector más o menos grande de la audiencia, habrá que contentarse forzosamente con un acercamiento global y general.

Los grupos pequeños

Es indudable que las masas fueron importantes para Jesús, pero también es cierto que el pequeño grupo de sus discípulos siempre constituyó su prioridad. De hecho, los evangelios señalan que el Sermón del Monte fue dirigido a sus discípulos, aunque la multitud también lo escuchó.

Dos fantásticos libros que analizan a fondo el trabajo educativo de Jesús, Plan supremo de evangelización, de Robert Coleman, y The Training of The Twelve [El entrenamiento de los doce], de A.B. Bruce, señalan que las masas nunca fueron la prioridad de Jesús. No queremos decir que no resultaban importantes para el Maestro, sino que no constituyeron su prioridad.

Fue al pequeño grupo formado por los doce discípulos que le dedicó la mayor parte de su tiempo; y esta concentración se hizo más evidente a medida que el fin de su ministerio terrenal se iba acercando. En los capítulos 13 al 15 del Evangelio de Juan observamos que Jesús trabajaba con ellos de forma intensa. Una lectura de estos capítulos nos permite observar la diferencia que existe entre los contenidos, los temas y la forma en que Jesús se dirigía a este pequeño grupo.

El acompañamiento espiritual

En muchos pasajes significativos vemos que Jesús trabajaba con las personas de forma individual, resolviendo él directamente sus necesidades específicas. La mujer samaritana, Nicodemo, Pedro y el joven rico son algunos de los muchos ejemplos que muestran que Jesús se dedicaba a los seres humanos de forma personal, y que ajustaba sus enseñanzas y ministerio a las necesidades reales, específicas y únicas de ellos.

Los campamentos, encuentros o retiros

Rastrear en la Biblia el acercamiento educativo de los campamentos, encuentros o retiros puede resultarte más difícil; sin embargo, también estuvo presente en la tarea educativa de Jesús. Aunque no siempre con el éxito deseado, en más de una ocasión invitó a sus discípulos a retirarse a un lugar solitario, con el fin de estar a solas con ellos.

Marcos 6:30-33 parece indicarnos que, de tanto en tanto, Jesús necesitaba apartarse de las multitudes y concentrarse en sus seguidores más cercanos. No parece impropio pensar que Jesús pasaba largos periodos alejado de todo ministerio público, para concentrarse en sus seguidores más cercanos. No olvidemos que, aparte del círculo íntimo de los doce discípulos, en las Escrituras se mencionan dos círculos más amplios (Lucas 10:1; Hechos 1:15). Tal vez el ejemplo más claro se encuentra en el libro de los Hechos de los Apóstoles, en el capítulo uno. Después de su resurrección y antes de su ascensión, Jesús pasó cuarenta días con sus discípulos, enseñándoles acerca del Reino. ¡No está nada mal un retiro de cuarenta días! Fue un tiempo especial en el que se apartaron con un propósito específico para poder cumplir un objetivo concreto.

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