«Cuando te metes en el mundo de los negocios, si alguien cuestiona tu integridad, ¡estás muerto!», dice C. E. Andrews, presidente de RSM Business Services, expresidente de la gigante corporación Sallie Mae, donde trabajó luego de veintinueve años de experiencia con la famosa corporación Arthur Andersen. «No tienes segundas oportunidades cuando tienes una marca negra en tu integridad», continúa diciendo el experto visitante a la Universidad de Maryland.
Arthur Andersen, Sallie Mae, Enron, WorldCom y otras quiebras similares como las de Lehman Brothers, Washington Mutual o Sunbeam nos dicen que no importa qué tan grande puedas llegar a crecer o cuántos millones acumular, la falta de integridad te hundirá tarde o temprano.
Nosotros nunca sabemos qué negocios nos perdemos cuando decidimos ser corruptos en vez de ser honestos. La falta de honestidad, a largo plazo, no paga.
La falta de integridad en nuestros negocios es como un cáncer que se está comiendo a la sociedad. Francis Fukuyama, en su libro Trust (Confianza) explica, justamente, cómo es que la falta de confianza entre los empresarios de hoy hace que los negocios y la economía en general sean mucho más lentos y complejos que los tratos que cerraban nuestros abuelos con solo un apretón de manos. Nuestros abuelitos valoraban su palabra. Nosotros, valoramos los resultados, hacemos cualquier cosa con tal de lograr lo que queremos.
Dice el Banco Mundial que la corrupción en el sector público es, indiscutiblemente, un problema en los países en desarrollo. Yo agregaría, quizás el más serio.
Stephen Carter, profesor de la Escuela de Leyes de la Universidad de Yale y autor del libro Integrity (Integridad), explica que la integridad requiere de tres pasos concretos:

1. Discernir lo que está bien de lo que está mal (saber qué es lo bueno y lo malo).

2. Actuar de acuerdo a esas convicciones, aun a pesar de tener que pagar un precio en lo personal por hacerlo.

3. Expresar abiertamente frente a otros que uno está actuando de acuerdo a su propio discernimiento del bien y del mal.

Cuando viajo ofreciendo conferencias, especialmente en aquellas que presento para empresarios y políticos, con regularidad defino «integridad» de la siguiente manera: Integridad es… Hacer lo que se tiene que hacer, Cuando se tiene que hacer, Como se tiene que hacer, Sin importar las consecuencias.
Si queremos disfrutar de la prosperidad integral, entonces, en primer lugar debemos desarrollar un carácter íntegro, sólido. Debemos descubrir las cosas en las que creemos y aprender a vivir de acuerdo con ellas, cueste lo que nos cueste. Ese es el tipo de hombre o mujer que el mundo admira.

Se dice que Abraham Lincoln dijo una vez: «Tú puedes engañar a todos algún tiempo, puedes engañar a algunos todo el tiempo, pero no puedes engañar a todos todo el tiempo».⁷ Eventualmente la gente a tu alrededor sabrá quién realmente eres. Especialmente la gente que se encuentra más cerca tuyo. Tu falta de integridad no solo afectará tu vida personal y familiar. También afectará tu futuro. Ya en los libros de la Ley de Moisés, se dice que los pecados de los padres impactan a sus hijos hasta la tercera y cuarta generación.

No hay un legado más precioso que podamos dejar a nuestros herederos que el ejemplo de un carácter sólido… a pesar de las consecuencias. Piénsalo.
Cuando tomas decisiones de negocios o decisiones económicas, debes hacer lo que es correcto, no lo que es conveniente.

Debes entregar tu vida en pos del bien, oponerte al mal, aunque eso te cueste todo lo que tienes. Puede que no veas el impacto de tus decisiones en el transcurso de tu vida, pero serán como temblores que impactarán el futuro de tu familia hasta la tercera y cuarta generación. Créeme: todo lo que el hombre sembrare, eso también segará.

PARA HABLAR CON TUS AMIGOS:

1. Lee esta frase a algún amigo y pregúntale qué es lo que piensa: Abigail Van Buren (famosa escritora de la columna Dear Abby, Querida Abby), dijo una vez que la mejor manera de juzgar el carácter de una persona es:
a) Observando cómo trata a aquellos de los que no recibirá ningún beneficio.
b) Cómo trata a las personas que no pueden responderle de la misma manera en la que son tratadas (como los meseros en restaurantes, los que sirven estacionando autos, o las señoras que limpian casas).
¿Puedes hacer una lista de las personas como estas con las que tú te pones en contacto durante el día?

LA INTEGRIDAD EN LA BIBLIA

Personalmente creo que la Biblia es el texto que más ha influenciado la forma en la que vemos lo que está bien y lo que está mal en el mundo de hoy, especialmente en el mundo occidental. ¿Te gustaría ver algunas cosas que dice la Biblia con respecto al tema de la integridad?

1. Tener una vida religiosa no significa que seamos íntegros delante de Dios. Lee los siguientes versos y menciona los diferentes pecados cometidos por gente religiosa:
Jeremías 7.9–11
Mateo 21.12–13
Mateo 23.25
Tito 1.10–11

2. Lee estos versos y escribe por qué será que Dios demanda de nosotros absoluta integridad:
San Juan 1.14
San Juan 14.6
San Juan 16.13
1 Juan 5.7

3. Lee San Juan 8.44 y medita en quién le da vida a las mentiras que decimos.

4. Lee los siguientes versos y coloca al lado de cada uno cómo lo aplicarías el día de hoy, en nuestra sociedad, y qué significa cada uno para tu vida personal. Proverbios 4.24, Proverbios 6.12, 16, 19, Proverbios 12.22, Efesios 4.25, Proverbios 14.5 y 25, Proverbios 16.11, 20.10 y 20.23, Proverbios 23.10, Lucas 3.12–14, 1 Corintios 6.7–10.

Extracto del libro «Una Esperanza y Un Futuro»

Por Andrés Panasiuk

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