1. SERVICIO A LA LUZ DE LAS VELAS.

Al final de un programa de jóvenes o de un servicio de adoración, entreguémosle a cada uno de los presentes una vela pequeña. Con la luz de la vela del altar, encendamos la vela de cada persona. Mientras prendemos las velas, cantemos algunas canciones de verdadera adoración o mantengámonos en completo silencio. Cuando todas las velas estén encendidas, salgamos lentamente del edificio a un lugar al aire libre anteriormente designado. Allí debe haber una cruz en el piso dibujada con cinta adhesiva. (Preparada de antemano). Expliquemos al grupo que las velas que sostienen representan sus vidas.

Hagamos que todos coloquen sus velas sobre la cruz. Cuando esto ocurra, tendremos una cruz ardiente. El grupo después tendrá que formar un círculo alrededor de la cruz y cantar. Se puede dar un mensaje muy corto y terminar con una oración. El grupo debe ir saliendo silenciosamente y permitir que cada uno permanezca allí el tiempo que quiera. (Clifford Lee).

2. EL CUERPO DE CRISTO EN ADORACIÓN.

Esta actividad es buena para un servicio de adoración de jóvenes, enfatizando que el cuerpo de Cristo no solamente ilustra las relaciones entre los creyentes, sino también la relación que existe entre el cuerpo y su cabeza.

Antes del servicio, pidámosle a algún artista del grupo o de la iglesia que dibuje una silueta humana de tamaño real (de unos 1,70m) en un cartel de color. (Probablemente tendremos que utilizar varias cartulinas.) Seleccionemos un color para piernas y brazos, otro diferente para la cabeza, el cuello y hombros; y uno más para la parte más importante del cuerpo. Después cortemos el cuerpo para formar un rompecabezas (el número de piezas debe ser igual a la cantidad de participantes). No cortemos la cabeza en partes, dejémosla en una sola pieza. En negrita con un marcador mágico, escribamos en la cabeza: «Jesucristo».

En esta parte del servicio, solicitemos que cada joven y adulto (incluyéndonos) tome una pieza del rompecabezas y le escriba su nombre. Después hagamos que todos los que tengan una pieza del mismo color se reúnan en un grupo para unir sus partes antes de que todo el grupo arme todo el rompecabezas. Mientras los chicos arman sus piezas, alguien debe pegar la cabeza del cuerpo a la pared (o de cualquier manera que escojamos para armar el rompecabezas).

Después que cada equipo ha trabajado en su parte del rompecabezas, deben unirse para armar el rompecabezas completo. Primero indiquemos que el grupo que tiene el cuello y los hombros vaya a pegar sus partes debajo de la cabeza, luego seguirá el grupo con las partes del cuerpo, y finalmente será el turno de las piernas y brazos.

Esta actividad debe ser utilizada como una parte del tiempo de adoración, no para todo el servicio. Mientras se leen ciertos pasajes de la Escritura (1 Corintios 12), se pueden cantar himnos o coros apropiados, tomar la Santa Cena, y compartir y orar; de este modo la actividad propuesta logra que el tiempo de adoración sea más eficaz y significativo.

Esta dinámica demuestra vivamente lo que Pablo decía cuando se refería a los cristianos como los miembros del cuerpo de Cristo. También brinda a los jóvenes y adultos la oportunidad de trabajar juntos construyendo un símbolo del cuerpo de Cristo. Variando un poco el patrón básico, es posible ilustrar otras verdades, por ejemplo: cómo funciona el cuerpo cuando ciertas partes están enfermas, quebradas o perdidas. (Douglas Swank).

Extracto del libro Reuniones Creativas Para Refrescar tu Ministerio

Por Autores Varios

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