1. LOS 5 SENTIDOS Y LAS ESCRITURAS
Para agregarle una nueva dimensión a nuestro próximo estudio bíblico o lección, comencemos leyéndole el pasaje al grupo. Después expliquemos que vamos a leerlo nuevamente mientras los estudiantes cierran sus ojos y dicen que perciben de la historia o situación. En otras palabras, queremos que se imaginen que ellos mismos se encuentran en la escena que estamos describiendo. Luego tendrán que decir qué es lo que ven, escuchan, huelen, saborean y sienten. Con la imaginación activa que la mayoría de los adolescentes poseen, los resultados serán sorprendentes. Por ejemplo, cuando Jesús calmó la tormenta en Mateo 8, las reacciones pueden ser las siguientes:
- Vista: nubes oscuras, relámpagos, grandes olas, gaviotas.
- Oído: truenos, chapoteos, hombres gritando, bote quebrándose.
- Gusto: agua, sal, miedo, el almuerzo que nos comimos sube y baja.
- Sensaciones (tacto): Sentirse mareados, que el bote se mece, percibir la humedad y el frío.
- Olfato: lluvia, sal, personas mojadas que huelen mal, olor a pescado.
En la sección de sensaciones se tendrá en cuenta no solo el sentido del tacto sino también las emociones: miedo, ira (porque Jesús estaba durmiendo), confusión, frustración, etc. Este enfoque puede ayudar a los jóvenes a relacionarse con las Escrituras de una manera fresca e íntima. (John Collins).
2. 60 MINUTOS BÍBLICOS
Uno de los programas de televisión que más permanencia ha tenido en el aire es el programa de noticias «60 minutos». Generalmente presenta reportajes de investigación de calidad junto con un poco de drama excitante. ¿Por qué no usar el formato de este programa como un ejercicio de estudio bíblico?
Dividamos a los jóvenes en pequeños grupos y propongámosles que realicen un informe periodístico a partir de un texto bíblico; y luego presentemos sus conclusiones o hallazgos como si se tratara de uno de los programas de «60 minutos». El siguiente ejemplo toma los eventos que tuvieron lugar en Pentecostés como fueron descritos en Hechos 2.
60 minutos. Pentecostés: Lo que ocurrió realmente en el aposento alto.
- Los hechos (Hechos 2:1-4).
- Entrevistas a los testigos (Hechos 2:5-13).
- La conferencia de prensa de Pedro (Hechos 2:14-41).
- El seguimiento de la información (Hechos 2:42-47).
- Las reacciones de la gente.
Cada grupo puede escoger una sección, representar los acontecimientos, seleccionar un reportero que describa la acción y así sucesivamente. Dejemos que la creatividad del grupo desborde. (Bruce Schienke).
3. CARROS LOCOS
Esta idea animará incluso al grupo de jóvenes más indiferente durante el próximo estudio bíblico. Hagamos el estudio desde el carro. ¡Eso es correcto! Para ello utilizaremos preferiblemente automóviles de cuatro puertas. Dividamos a los chicos de a cuatro por carro, suministrémosles Biblias y las preguntas de discusión (o cualquier lección regular que usemos) e informémosles cuál es la regla principal de este estudio: la persona que se encuentra en el asiento del conductor es el único que puede hablar. Si lo chicos quieren preguntar algo, deberán esperar hasta que les toque manejar.
Digámosles a los jóvenes que cada tres o cuatro minutos haremos sonar un silbato, que será la señal para que todos cambien de posiciones en su propio carro en el sentido de las manecillas del reloj. A partir de ese momento la discusión debe continuar con un nuevo líder. Cuando los estudiantes hayan pasado por todos los asientos del automóvil, el próximo silbato indicará que deben salir de su carro original y dirigirse al asiento del conductor de otro auto, y así sucesivamente. Si esto se vuelve aburrido después de un rato, toquemos el silbato dos o tres veces seguidas, ¡la gente se moverá con rapidez de un carro a otro! Nosotros podemos controlar lo rápido o lento que queremos que progrese el estudio. Es posible hacer lo mismo adentro o al aire libre con sillas, pero simplemente resulta más divertido en el estacionamiento de la iglesia o en el garaje de algún miembro del grupo. (Michael W. Capps).
4. HOJAS PARA HACER TRAMPA
¿Queremos que nuestros estudiantes tomen un tiempo durante la próxima semana para repasar la última lección que dimos? Digámosles que durante la clase siguiente tendrá lugar un concurso a partir de ese material, con tentativos premios por altas calificaciones. Entreguémosles tarjetas (de esas que se usan para hacer trampa en los exámenes de la secundaria), pero legítimas para que estudien. Incluso sería interesante darles una copia de las preguntas del concurso. Añadamos referencias a las Escrituras dentro de las preguntas para permitirles hallar las respuestas por ellos mismos en la Biblia. En resumen, hagamos todo lo que esté a nuestro alcance para que les vaya bien en el concurso. Sin embargo, durante el día de la competencia no podrán usar los apuntes durante la prueba. (Len Cuthbert).
5. ESTUDIOS BÍBLICOS CON LECCIONES PLEGABLES
Para lograr que los chicos queden fascinados con algo impredecible y poco convencional, preparemos esta ayuda visual para la lección.
En un papel de periódico grande confeccionemos una lista de los conceptos más importante de la clase que daremos, en el orden en que serán presentados. Por ejemplo, tomemos las Bienaventuranzas (Mateo 5:3-12). Cada versículo tiene dos partes. Una que comienza diciendo: «Dichosos…» y la otra que da la razón de ello: «porque». En el texto encontramos un total de nueve bendiciones. Usando dos pliegos de periódico, doblemos el papel de abajo hacia arriba en segmentos de cinco centímetros para obtener cinco rectángulos largos (en forma de abanico). Despleguemos el papel, luego escribamos el nombre de la lección en el rectángulo de arriba («Las Bienaventuranzas»).
En los próximos cuatro rectángulos, coloquemos la parte del versículo que comienza con «Dichosos» en la parte izquierda y su correspondiente resultado en la sección derecha. En el segundo pliego, sigamos el mismo patrón para los últimos cinco versículos. Utilicemos muchos colores al escribir los textos en cada rectángulo. Luego volvamos a doblar los pliegos y asegurémoslos con un clip, para que no se abran. Cuando estemos listos para dar la clase, peguemos a la pared los pliegos sujetos con el clip. Mientras enseñamos la lección simplemente vayamos removiendo el clip y desplegando cada parte cuando llegue el momento de exponerla. Algunos chicos querrán seguirnos con sus Biblias, pero otros no. Este tipo de técnica nos ayudará a combatir la indiferencia de los chicos a leer y escuchar la Palabra de Dios. (Mark Simone).
Extracto del libro Reuniones Creativas Para Refrescar tu Ministerio
Por Autores Varios