¿De Qué Se Trata?: Mostrar la forma en que Jesucristo convierte la vida de las personas y les hace vivir un mundo diferente al que vivían.

Había dentro de un pozo oscuro y profundo una gran comunidad de ranas. Y en todas ellas existía la curiosidad de saber qué es lo que había más allá de luz que estaba muy por encima de ellas.
La rigidez de la sociedad y sus gobernantes les impedían siquiera pensar en ello, ya que habían advertido que después de la luz no había más que desgracias y sufrimiento. Cualquiera que osara pensar en ello sería duramente castigado y quien se atreviera a ir a la luz no sería recibido en la comunidad nunca más.
Un buen día una rana joven dijo a sus amigas: «Yo iré a la luz y no regresaré jamás».
Al escucharla, las demás se quedaron perplejas. Algunas le aconsejaron no hacerlo y otras la delataron. Por eso, los gobernantes decidieron ejecutar a aquella joven rana al día siguiente. Sin embargo, muy temprano, la joven rana esperó, saltó al balde que a diario bajaba por agua y fue al encuentro de la luz.
Cuando los gobernantes se enteraron de la desaparición de la rana pusieron leyes más estrictas para que nadie hablara de lo sucedido. Dijeron que habría muerto en la luz y nunca regresaría.
Pero a los pocos meses, se escuchó un grito al final de la luz: «¡Hola!». Abajo todos escucharon y una respondió: «¿Hola?». La misteriosa voz volvió a hablar desde arriba: «Soy la joven rana que escapó». Rápidamente comenzaron las preguntas: ¿Cómo te va arriba? ¿Sufres mucho? ¿Deseas regresar?
«Nada de eso -contestó la rana-  me va muy bien, hay muchas cosas distintas, acá todo es de colores, no es verde y negro como allá abajo, hay muchos tipos de ranas bonitas y hay muchas más comunidades. También hay mucho alimento y a propósito me he casado y ahora tengo siete hermosos hijos. ¡¡No volvería abajo ni loco!!. Además -agregó- el que quiera venir, es bien recibido, les aseguro que les encantará».
Las autoridades se admiraron y emitieron una nueva ley: Quien piense en irse será ejecutado inmediatamente. Y además condenaron a aquella rana valiente a nunca más regresar a la comunidad.
Cuenta la historia que al día siguiente, el balde que bajaba diariamente al pozo, subió repleto de ranas ansiosas por salir.

Piénsalo.

Así es con Cristo. Él quiere darte una vida mejor y un ambiente distinto en el que vivir. Sólo tienes que decidirte a salir de los viejos preceptos del mundo.
Medita brevemente con los jóvenes en Gálatas 4:1-6.

Por Rafael M. Santana.

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