Hablamos de edificar Identidad y hablamos también de edificar Autoimagen. La 3° piedra que tenés que colocar en tu vida para vivir en victoria es SEGURIDAD.

Son tres los aspectos en los que necesitamos sentirnos seguros:

1. En Mi Conciencia.

En esta área Satanás quiere debilitarnos y hacernos perder la confianza. Quiere acusarnos y condenarnos, pero mirá lo que dice Romanos 8:33-34.

Siempre que pecamos nuestra conciencia comienza a molestarnos. El Espíritu Santo se entristece dentro nuestro y nos sentimos culpables. Entonces aparece Satanás y comienza a acusarnos una y otra vez, haciéndonos sentir que todo está perdido, que no hay ninguna solución. Esto nos produce miedo e inseguridad. Es necesario que aprendamos a resolver este conflicto de nuestra conciencia rápida y eficazmente.

El Espíritu Santo quiere guiarnos hacia la solución. Recordá Romanos 8:34.

Cristo murió en nuestro lugar, Él cargó nuestros pecados y derramó su sangre en la cruz. ¿Quién me condenará? ¡Nadie! Porque Cristo murió por mí. La muerte de Jesús me da seguridad. Las cosas que yo pueda hacer no sirven. Solo sirve la muerte de Jesús y su perdón. Cuando pequés no dejés que Satanás te ate con sus acusaciones y sentimientos de culpa, seguí la guía del Espíritu Santo por medio de la Palabra.

¿Y qué me dice el Espíritu Santo que haga cuando peco?

En Proverbios 28:13 está la respuesta. El Espíritu, por medio de la Palabra, me dice: Arrepentíte y confesá tus pecados. No te condenés a vos mismo, renunciá al pecado y te transformaré totalmente.

Confesar es la solución. No sirve condenarte a vos mismo, ni culpar a otros, ni buscarle explicaciones a tu pecado, ni ocultarlo. Solo sirve arrepentirte y confesárselo al Señor. Y la sangre de Jesús te limpiará, te justificará, te acercará nuevamente a Dios y te dará SEGURIDAD en el área de tu conciencia porque desaparecerán tus sentimientos de culpa y Satanás no podrá seguir acusándote (1° Juan 1:7).

Saber que Jesucristo me limpia de todo pecado me da seguridad. Pero después de haberte arrepentido y confesado el pecado, tenés que apartarte de él, renunciar, decidir no pecar más, no volver a ofender a Dios. Tomá la decisión de crecer y mejorar.

Mirá Romanos 8:33 ¿por qué nadie puede acusarte?

Dios te declara justo, sin pecados, sin condenación. ¿Por qué?

Porque Cristo murió, Él se hizo cargo de nuestros pecados y de nuestra condenación.

El diablo le dice a Dios: “Este adolescente pecó, por lo tanto debe morir”.

Dios le responde: “Tenés razón, merece la muerte. Pero él ¡ya murió! Murió con Cristo y ahora es alguien nuevo. Ya no hay condenación para él”.

2. En la Obra que Dios está Haciendo en Mi Vida.

¿Será cierto que Dios me perdonó? ¿Seguirá ocupándose de mí? ¿Cumplirá en mi vida lo que El me promete en su Palabra? ¿Me transformará en la semejanza de su Hijo?

Volvé a leer Romanos 8:29-30. ¿Qué verbos utiliza el apóstol Pablo para enseñarnos lo que Dios hizo y hará con nosotros?

¿Para qué nos predestinó el Señor? Volvé al vs.29.

Dios me conoció antes que naciese, me predestinó, me justificó. ¡Tengo SEGURIDAD!

¿Me glorificará? Mira el vs.30.

¿Completará lo que comenzó en mí? Fijáte en Filipenses 1:6.

¿Quién intercede por nosotros para la perfección de nuestras vidas? Leé el vs.34.

Lo que Dios comenzó en vos está asegurado y sus grandes propósitos y su obra en nuestras vidas también están asegurados. ¡Entregáte cada día al Señor, renunciá a tus egoísmos, confesále tus orgullos, arrepentíte de tus pecados. Renunciá a todo lo que Él no te ha dado, ni a lo que quiere para vos. Buscálo sinceramente, y Él seguirá transformando y perfeccionando toda tu vida.

Sé que Dios está haciendo algo en mí y esto me da seguridad.

(CONTINÚA…)

Extracto del libro “Verdades Que Sanan”

Por Edgardo Tosoni

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