Continuemos.

3. En las Situaciones que Vivo Diariamente.

Son muchas las cosas injustas que suceden. Padres que se separan. Hijos abandonados. Suicidios. Bebés que mueren. Niños maltratados. Adolescentes que abandonan su casa. Muerte de seres queridos. Accidentes. Y muchísimas cosas más…

Los buenos y los malos sufren. Los cristianos también sufrimos. A veces decimos: “¡No es justo, yo no merezco esto! ¿Por qué a mí?». Pensar que los cristianos, porque somos hijos de Dios, nunca vamos a sufrir es un engaño, una falsedad. Los cristianos también sufrimos. El sufrimiento es parte de la vida. Dios nunca nos prometió un lecho de rosas. Él nunca dijo que la vida sería fácil y que a la gente buena sólo le pasarían cosas buenas. Los accidentes, las enfermedades, los problemas económicos, también nos suceden a los cristianos.

Y no eres el único que experimentó situaciones difíciles. Mira a los siguientes personajes bíblicos:

  • Job (Job 1 y 2).
  • José en la cárcel (Génesis 39).
  • David perseguido (1ºS. 19 al 27).
  • Jeremías en el pozo (Jer. 37 y 38).
  • Los amigos de Daniel en el horno (Dn. 3).
  • Daniel en el foso de leones (Dn. 6).

¿Qué le dijo Jesús a sus discípulos en Juan 16:33? ¿Y qué nos dice en Mateo 28:20?

Hay aflicciones, sufrimientos y situaciones difíciles, pero el Señor nos dice que confiemos en Él que ha vencido al mundo de donde provienen la aflicción y el sufrimiento.

¡Creéle! En medio de tus situaciones más difíciles, en vez de encerrarte en vos mismo, fumarte un porro para “volar” un poco, irte de tu casa, ponerte como loco o buscar desesperadamente el “amor” en alguien… mirá adentro tuyo la vida de Cristo. ¡Buscálo! ¡Creéle! Vale la pena. Y recordá que no hay sufrimiento que dure para siempre.

A veces nos preocupamos: «¿Y si me sucede algo grave a mí o a las personas que quiero?». Entonces nos sentimos muy tristes y comenzamos a sufrir. El Señor no quiere vernos entristecidos por esto. Él quiere que vivamos tranquilos y con confianza.

Mirá lo que dice Romanos 8:28. TODAS LAS COSAS nos ayudan a bien. Por esta razón debemos estar confiados. No importa lo que pase, va a ser positivo y útil para nosotros, por más doloroso que sea. Él ordena todas las cosas para nuestro bien, aun cuando no entiendas porque tiene que pasarte justo a vos. Son muchas las cosas difíciles que no vas a comprender, aprendé a confiar en el Señor. Aprendé a creérle a Él en medio de esas circunstancias.

¿Si tengo un accidente sin buscármelo? Todas las cosas me ayudan a bien.

¿Y si me muero? Todas las cosas ayudan a bien.

¿Qué dice Filipenses 1:21? ¿Y el Salmo 48:14, qué me promete?

No es fácil aceptar esto. Aceptar la enfermedad, el dolor, la muerte… y menos ¡que me suceda a mí! Pero no importa lo que pase, ni cuán grande sea el sufrimiento, nunca estamos solos. Nadie nos separará del amor de Jesucristo (Romanos 8:35 al 39).

Aún en las situaciones más difíciles aprendé a sentirte SEGURO en el Señor. Aprendé a experimentar su paz en medio de ellas.

¿Tener qué en las pruebas? (Santiago 1:2).

¿Tenés pruebas? ¡Gozáte en el Señor! Sumo gozo, la mayor alegría cuando pasés por el sufrimiento. Porque Dios está trabajando en tu vida, te está corrigiendo, perfeccionando, te está haciendo semejante a su Hijo. Aunque no entiendas nada de lo que te está pasando. El sufrimiento que Dios permite te hace MAS QUE VENCEDOR.

Ser más que vencedor es pasar por la prueba y alcanzar una posición mucho mejor que la que tenías antes: Más maduro, más fuerte en el Señor, con mayor confianza en Él, más seguro, más parecido a Jesucristo, más paciente… No hay sufrimiento que dure para siempre.

Extracto del libro “Verdades Que Sanan”

Por Edgardo Tosoni

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