¿De Qué Se Trata?: Mostrarles a los adolescentes y jóvenes cómo la Palabra de Dios es luz y dirección en sus vidas diarias.
Pasaje clave: Salmo 119:105.
PREPARACIÓN PREVIA.
Antes de que los jóvenes lleguen a la reunión, transforma el salón en un laberinto. Utiliza mesas, sillas, sogas, cajas, cortinas y todos los elementos que tengas para construirlo. Coloca obstáculos en el camino para que los jóvenes se encuentren con «ciertas» dificultad el recorrerlo. Apaga las luces. El salón tiene que quedar completamente oscuro.
INTRODUCCIÓN.
Explícales a los jóvenes antes de ingresar, que el salón está en completa oscuridad y que hay obstáculos que impiden avanzar. Pídeles que comiencen a ingresar y caminen a través del laberinto a oscuras. Luego de que todos hayan pasado una vez, pídeles que lo vuelvan a recorrer, pero esta vez entrégales una pequeña linterna.
DESARROLLO.
Después que todos hayan atravesado el laberinto por segunda vez, enciende la luz y pregúntales:
¿Qué sentiste al pasar por el laberinto a oscuras?
¿Qué complicaciones encontraste en el camino?
¿Te ayudó usar la linterna?
En el «laberinto de nuestras vidas» ¿cuál, piensas, que será la «linterna» que nos ilumina?
Después que todos hayan respondido pídele a un voluntario que lea el Salmo 119:105. Forma pequeños grupos y dales como tarea explorar el Salmo 119 en busca de los beneficios que se obtienen por leer la Palabra de Dios, y en qué sentido ella es lámpara y lumbrera para nuestras vidas. Después de 10 minutos, que cada grupo comparta sus descubrimientos.
CONCLUSIÓN.
Finaliza desafiándolos a vivir guiados con la Palabra de Dios. A tomar la Palabra como una poderosa luz para sus vidas.