SEMANA 1. ESTUDIO 1.

Según una antigua leyenda, en un principio, Dios creó a los pájaros sin alas. Después, puso las alas sobre el suelo, a ambos lados de sus y les dijo: «Ahora deseo que tomen su identidad y la utilice”. Algunos pájaros se negaron a levantar sus alas. No pasó mucho tiempo antes que otros animales los mataran, ya que los pájaros eran muy lentos moviéndose a pie. Otros decidieron tomar las alas y colocarlas sobre sus hombros. Al principio les parecían pesadas, pero a medida que se acostumbraron a ellas, parecía que las alas les cre­cían en el cuerpo. Los pájaros comenzaron a experimentar con sus alas, ahora adosadas al cuerpo, subiéndolas y ba­jándolas. Como podrás imaginar, pronto algunos levanta­ron vuelo. Otros los siguieron rápidamente y muy poco después, toda una bandada se elevaba hacia las nubes.

El hecho es que cada uno de nosotros fue creado para ser alguien. Fuimos creados para tomar nuestra identidad y elevarnos. Dios tenía un plan maestro en mente cuando creó este mundo, y tenía un rol planeado para cada uno de nosotros cuando nos creó. Lo que hoy parece ser una carga, una discapacidad, una carencia, un problema o una imposibilidad… ¡puede ser en realidad, tus alas!

¿Qué carga, discapacidad, carencia, problema o impo­sibilidad que tienes podría, en realidad, ser tus alas?

1. Sólo Tú.

El Señor nos llama a cada uno de nosotros a ser sus ami­gos. Así nos convertimos en siervos buenos y fieles, dis­puestos a ser y hacer lo que él desea que seamos y haga­mos. Y lo que el Señor desea es que cada uno de nosotros llegue a ser ese alguien que él nos creó para que fuéramos. El Señor te hizo con una serie de huellas digitales que son únicas. Nadie más las tiene. Sólo tú. Lo mismo sucede con las huellas de tus pies, tus manos, tu voz y tu código genético (ADN). Eres una persona única, con un cuerpo nunca hecho antes.

Escribe un hecho único acerca de ti.

El Señor te hizo con una historia que nadie más tiene. Te puso en un lugar y un tiempo especial dentro de la his­toria, y te ha dado una secuencia y una serie de experien­cias únicas en tu vida. Eres alguien único, con un pasado, un presente y un futuro que jamás han sido vividos antes.

El Señor te hizo con una serie de habilidades, talentos, dones y potencial que nadie más tiene exactamente en esa misma combinación y en ese mismo nivel. Te ha dado oportunidades de desarrollar esos dones. Te ha dado inte­reses y deseos y sueños que son únicamente tuyos. Eres al­guien único, con un potencial nunca antes realizado.

¡Hay esperanza! El Señor te hizo para bien. Él te diseñó con la idea de algo bueno. Dijo: «Es bueno», cuando tú naciste. Él desea que siempre seas física y espiritualmente sano, y que tus necesi­dades sean satisfechas. Su mayor esperanza es que tomes las decisiones correctas en tu vida para poder vivir con él por toda la eternidad.

El Señor te ha dado un potencial de gloria: esplendor y lustre en tu vida, que reflejen su gloria. Tú tienes la gloria interior de saber que eres alguien que está conectado con el supremo Alguien.

(CONTINÚA…)

Extracto del libro “Venciendo en la Tierra de los Gigantes” (Edición Para Jóvenes)

Por William Mitchell

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