Idea principal
Caín ilustra una de las consecuencias más brutales del pecado, la ruptura de las relaciones entre los seres humanos, que aquí, se manifiesta en una indeferencia ante la suerte del prójimo, en su caso su propio hermano.
Desarrollo
Ya vimos anteriormente al referirnos a adán y eva que la ruptura entre los seres humanos es una de las consecuencias del pecado.
Desde entonces los seres humanos vivimos enfrentados. Este enfrentamiento nos lleva a opresión de unos seres humanos sobre otros. Incluye el infligir dolor y sufrimiento a otros cuando estos se enfrentan con nuestros planes, propósitos e intereses. Este enfrentamiento ni siquiera respeta los lazos y vínculos familiares. Ya vimos cómo adán, para salvar el pellejo no dudó en acusar a eva abiertamente.
En el caso de caín esta ruptura entre los seres humanos se manifiesta de forma tremenda e increíblemente brutal. Caín mata a su hermano abel a causa de los celos, envidia y amargura que sentía hacia él. A juzgar por lo que nos dice la historia bíblica todo se debía al rechazo que caín sufrió de la ofrenda que había presentado a dios. La ofrenda de abel fue de mejor calidad y aceptada por el señor. Aquello fue demasiado para caín, le generó toda una serie de sentimientos que no supo dominar y le llevaron a acabar con la vida de su propio hermano.
Dios consideraba a caín responsable de la suerte de su hermano y, por eso, lo confrontó abiertamente preguntándole por abel.
La respuesta de caín describe lo que podría llamarse «el síndrome de caín» este síndrome consiste en eludir, en no sentirse responsable por las necesidades, situación o suerte de nuestro prójimo.
El cainismo consistiría precisamente en la falta de preocupación por las necesidades de otros seres humanos. La suerte de nuestro prójimo no nos incumbe, debe ser responsabilidad de cualquier otro, pero naturalmente, no de la nuestra. El síndrome de caín nos hace vivir centrados en nosotros mismos y despreocupados de lo que sucede con otros seres humanos en nuestro entorno, incluso aquellos más cercanos, aquellos con los que estamos ligados por los vínculos más fuertes, los propios lazos de sangre.
Sin embargo, dios pide cuentas a caín acerca de su responsabilidad. Caín es llamado a cuentas sobre la suerte de su hermano abel y es considerado culpable por haber faltado a su deber con respecto a su hermano. Dios sí consideró a caín guardián de su hermano.
Aplicación en un mundo postmoderno
El síndrome de caín es omnipresente en la sociedad postmoderna. Las presiones, demandas, exigencias y compromisos de la vida actual son tremendos y nos afectan a todos. A mayor complejidad en la vida corresponde una mayor presión.
Por otra parte, otra característica de nuestra sociedad es el radical hedonismo que nos empuja a todos nosotros a buscar el placer y huir de todo tipo de dolor al precio que sea.
La combinación de los dos factores antes mencionados nos lleva a la tentación de vivir centrados en nosotros mismos, nuestros problemas, nuestras necesidades, nuestra autorrealización, nuestro desarrollo personal, nuestras propias carencias, dejándonos poco, si algún, tiempo para poder pensar en otros y en sus necesidades.
Caín, con su experiencia nos enseña acerca del peligro de olvidar que somos guardianes de nuestros hermanos, que somos responsables de ayudar a nuestro prójimo en sus necesidades, luchas, carencias, problemas y tensiones.
Además, caín nos recuerda que dios nos considera responsables y, por ello, nos pedirá cuentas acerca del modo en que hemos llevado a cabo nuestra responsabilidad.
Caín nos desafía a vivir una vida de solidaridad, de compasión, de entrega sacrificial a nuestro hermano.
Extracto del libro “Personajes Bíblicos en un Mundo Posmoderno”
Por Félix Ortíz