El poder lo otorga y esta es una de las razones que lleva a individuos, organizaciones de todo tipo, partidos políticos y gobiernos a conseguir y acumular la mayor cantidad posible del mismo. Tener más y mayores cuotas de poder significa tener más y mayores cuotas de control. Cuanto más control tenemos sobre las cosas mayor sensación de seguridad tenemos. Poder, control y seguridad van íntimamente unidos. Los cristianos no estamos exentos de la tentación de buscar el poder para tratar con ello de obtener más control y, consecuentemente, dotar a nuestras vidas, nuestro futuro, de mayor seguridad y estadidad.
¿Es malo desear tener seguridad y estabilidad? ¡En absoluto! El problema viene cuando tratamos de hacerlo en las fuentes equivocadas y no buscarlo en Dios.
David nos recuerda que nuestra seguridad, confianza y estabilidad con relación al futuro nunca vendrá de los recursos y el poder humano sino de poner nuestra confianza en el Señor y su control soberano de todas las cosas.
Preguntas de interacción
1. ¿En dónde pones tu confianza, en los recursos de este mundo o en los de Dios?
2. ¿Cuáles serían los equivalentes actuales de confiar en ejércitos, carros de guerra, arcos y espadas?
3. ¿Qué situaciones estás viviendo que te exigen poner tu confianza en el Señor?
Extracto del libro “Personajes Bíblicos en un Mundo Posmoderno”
Por Félix Ortíz