El apóstol Pablo nos habló también de algo más en relación con esto del Espíritu que vive en nosotros. Él lo llamó el fruto del Espíritu Santo. Además de darnos dones y talentos, el Espíritu Santo también produce el fruto del Espíritu Santo en nuestra vida. Es un fruto muy variado según Gálatas 5.22-25.

Volviendo a los dones, dice la Biblia que debemos utilizarlos para el bien de todos (Romanos 12.7). Para que eso ocurra, es imprescindible que reflejen el fruto del Espíritu que vive en nosotros. Para eso nos los da Dios. Lo triste es que muchas veces la gente se confunde cuando ve manifestarse los dones, porque su uso no se acompaña del fruto que el Espíritu Santo debería producir. En su libro La generación emergente, mi amigo Júnior Zapata incluye la siguiente lista de cosas que le fascinan al diablo cuando observa a ciertos cristianos:

  • 1. Tienen en sus automóviles calcomanías de Jesús por todos lados, pero manejan como endemoniados.
  • 2. Como si fueran ‘pescadores’ usan ‘pescaditos’ como dijes, y tienen la ilusión de que eso les hace cristianitos.
  • 3. Critican a los vecinos porque les duró hasta la madrugada el fiestón, pero en el culto del domingo despiertan al vecindario cantando a gritos: echó a la mar los carros de faraón…
  • 4. En la iglesia los hermanos les dicen ‘hermanitas’ a las mujeres, y en la calle les dicen ‘mamacitas’.
  • 5. Llegan temprano el domingo al culto porque son ‘buenos servidores’, pero durante la semana llegan tarde al trabajo porque son malos trabajadores.
  • 6. Los papás prefieren salvar al mundo entero para quedar bien con el pastor, en lugar de salvar a sus propios hijos y quedar bien con el Señor.
  • 7. Oran en voz alta frente al palacio de gobierno: ‘Que Dios prospere a esta nación’, pero al mirar sus impuestos eligen la evasión.
  • 8. Las hermanas, en su tele, hasta el canal tienen marcado, porque así pueden cambiar de Benny Hinn a Walter Mercado.
  • 9. Enseñan que Jesús nació como pobre, pero le ponen un precio a todo lo que tiene su nombre.
  • 10. Como dicen ‘Si eres de los nuestros al cielo subes’, el precio de los conciertos está por las nubes.
  • 11. Entre sí se llaman hermanos, como si fueran familia, pero viven como enemigos llenos de envidia.
  • 12. Dicen que Jesús vino a liberar, pero usan las reglas para esclavizar.
  • 13. Piden dinero a la gente más de lo que se lo piden a Dios, y dicen: ‘Si tú me das uno el Señor te da dos.’
  • 14. Se enorgullecen de conocer la Palabra de Dios; pero conocen poco al Dios de la Palabra y no reconocen su voz.
  • 15. Hablan más de sus pastores de lo que hablan de Jesús; prefieren hablar de su iglesia que hablar de la cruz.
  • 16. Los jóvenes danzan y danzan, aunque el cuerpo les duela pero son tan haraganes que les va mal en la escuela.
  • 17. Los viejos critican a la nueva generación, pero se olvidan que las almas importan más que la tradición.
  • 18. Invierten su dinero en ropa, en música y en conciertos, pero no tienen cómo sostener a los misioneros.
  • 19. En sus iglesias quieren tener al presidente, al empresario y al profesional, pero nadie quiere al drogadicto, a la prostituta y al homosexual.
  • 20. Cantan ‘firmes y adelante,’ pero se quedan en el templo y no van a ninguna parte.

Estas actitudes muestran a la persona que no quiere usar sus dones y talentos para reflejar el fruto del Espíritu Santo.

LOS LENTES MILAGROSOS

El abuelo Nybakken amaba la vida, especialmente cuando podía jugarle una broma a alguien… Pero un frío día sábado, en la ciudad de Chicago, Dios le jugó una broma a él. Nybakken era carpintero y en ese día particular estaba trabajando como voluntario para hacer un armario que permitiera ordenar y guardar ropa usada en buen estado, que su iglesia pensaba enviar a un orfanato en China.

Cuando el abuelo terminó de construir el armario, ayudó a guardar y ordenar la ropa en categorías para que fuera más fácil distribuirla en el orfanato. Al terminar el día el abuelo Nybakken estaba feliz por el trabajo y contento de haber sumado su granito de arena. Camino a casa metió su mano en el bolsillo para sacar sus lentes, pero no estaban… Seguramente se le habían caído sin darse cuenta. ¿Pero dónde? El viejo carpintero no tenía dinero para remplazar esos lentes, que habían sido una inversión especial. Pensó que no era justo perderlos y le reclamó a Dios con frustración: ‘Viajé desde lejos para hacer este servicio y trabajé hasta el cansancio, pero ahora ocurre esto.’

Algunos meses después, el director del orfanato de China visitó la pequeña iglesia del viejo carpintero. Agradeció a la gente por su fidelidad en ayudar al orfanato. Hizo una pausa y dijo: ‘Quiero agradecer especialmente los lentes que enviaron… Mi trabajo se había vuelto casi imposible sin ellos y habíamos puesto el problema en oración con el equipo porque todos sabían cuánto los necesitaba. En esos días llegaron las donaciones de esta iglesia, y al abrir el armario más grande, encima de la ropa estaban estos lentes. Nos sorprendimos, porque cuando enviamos la lista de lo que necesitábamos no habíamos incluido los lentes, porque no sabíamos cómo dar a entender las medidas y el aumento de los lentes. Pero cuando me los puse vi que eran exactamente como los necesitaba. Como si hubieran sido hechos a medida para mí, y con el aumento necesario en cada uno de los cristales. Muchas gracias por su increíble generosidad. No sé cómo pudieron hacerlo.’ La congregación escuchó las palabras del misionero, aunque no sabían muy bien de qué hablaba. Pero en las filas del fondo, con lágrimas en sus ojos, estaba un hombre común que en un día poco común había sido usado por el Carpintero de carpinteros de una manera extraordinaria, porque estaba haciendo su tarea lo mejor que podía.

Eso hace nuestro Dios: cada uno de nosotros sirve a los demás con sus dones y talentos, y el Señor reúne esos granitos de arena y hace una montaña de bendición.

¿CÓMO ENCUENTRO MIS DONES?

1. Concéntrate en el fruto. Si te esmeras por expresar el fruto del Espíritu Santo en tu vida, pronto surgirán maneras que te resultarán naturales para hacerlo. Esas maneras tendrán que ver con tus dones y talentos.

2. Explora las posibilidades. Obviamente, la Biblia es la fuente básica de donde podemos obtener información acerca de los dones. Luego averigua qué creen en tu iglesia y tu denominación. Hay dos posiciones extremas en cuanto a cómo se consideran los dones, y ambas son equivocadas. Están los fóbicos: los que tienen miedo a todo lo relacionado con el Espíritu Santo. Y están los maniáticos: los que creen que todo tiene que ser sobrenatural, y están siempre haciendo alarde de los dones que tienen. Busca el equilibrio sano en la Palabra de Dios. Y no te mandes solo: eres parte de un cuerpo donde hay muchos dones y todo debe funcionar en forma coordinada y armoniosa. Dios quiere dar a conocer su persona y su mensaje por medio de esa acción conjunta de los dones.

3. Prueba todos los dones que creas tener. Nunca sabrás si tienes la habilidad de escribir un libro a menos que comiences por escribir un cuento, una canción o una poesía. Hay algunos dones espirituales que no se presentan a través de estos experimentos, pero podemos descubrir la mayoría de esta manera. Intenta diversas cosas para probar qué te gusta hacer y en qué te sientes respaldado por el Señor cuando lo estás haciendo. Presta atención a las necesidades que hay a tu alrededor, y comienza por ahí. Muy probablemente te sorprenderás.

4. Examina tus sentimientos. Hacer la voluntad de Dios es agradable (Hebreos 13.21). A veces Dios nos pide sacrificios, pero no siempre es esa la regla. Fuimos originalmente diseñados para disfrutar haciendo lo que Dios nos dio para hacer, de modo que nuestros sentimientos también pueden ayudarnos a averiguar cuáles son nuestros dones. Si experimentamos entusiasmo o placer haciendo algo para el Señor, seguramente tiene algo que ver con los dones espirituales que el Señor nos dio.

5. Evalúa la eficacia. Yo he experimentado mis dones espirituales de muy diferentes maneras. Sé que algunos de ellos son parte de la mochila que Dios me dio para caminar con él habitualmente, pero hay otros que he puesto en práctica en muy pocas ocasiones, aunque con propósitos muy evidentes. Si te empecinas en hacer algo, pero ves que no tienes resultados, no te desanimes y comienza a probar con otro don. Los dones tienen la finalidad de ayudarnos a hacer algo, de modo que al ponerlos en práctica podemos evaluar si logramos algo o no.

MÁS ALLÁ DE TUS LÍMITES

Algunos psicólogos nos explican que desde pequeños comenzamos a establecer ciertos límites a nuestra personalidad y conducta. Algunos los llaman mitos de la persona o mitos de la familia. Estos mitos se convierten en fronteras que no cruzamos. Por ejemplo, nos colocan el rótulo de ‘él es el vago de la familia’ o ‘ella es la artista’ o ‘desde pequeño es muy desordenado’. Escuchamos frases como estas desde niños, y poco a poco nos vamos acomodando a ellas y terminamos convencidos de que ‘somos así’. Pero los psicólogos los llaman mitos porque muchas veces no son reales. Se convierten en una tradición familiar y creemos que son inmutables, pero en realidad son conductas que podemos cambiar. Lo mismo ocurre con lo que creemos que podemos hacer y lo que no. ¿Por qué quedarnos encerrados en esas fronteras?

Para ser un rebelde tienes que escapar de tus límites. Tú puedes hacer cosas que otros no saben ni creen que puedes hacer. Pero tú tienes que decidir hacerlas. Investiga. Prueba. Ejercita. Perfecciona. Dios te dio la capacidad de dejar una marca en este mundo que nadie más puede dejar. Tienes experiencias, tienes talentos y tienes la promesa de Dios de que cuentas con su Espíritu para darle al mundo una fragancia que nadie recibiría si no haces tú parte. (Mateo 7.7)

Extracto del libro Rebeldes Con Causa

Por Lucas Leys

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